Matthew.
Me extraña mucho la actitud infantil que Melodie a tomado conmigo me duele la espalda horriblemente gracias Dani por hacerme dormir en el sofá. En mi puta vida me vuelvo a dormir en otro lugar donde no sea mi suave y cómoda cama. Al llegar a Sydney, esa pequeña mujer que me saca de juicio se prepara para mudarse a otra habitación de la que ya teníamos juntos.
Raul le ayudaba con todo su equipaje, se mudará dos habitaciones hacia la izquierda de la nuestra, esto ya es demaciado creo que se esta pasando de la raya pero si se iba a poner difícil yo me pondría aún peor. No sabe que se esta envolviendo en un juego muy peligroso.
— Eres una niña pequeña Dani. — se que le caga ese nombre pero nos mi culpa que sus padres se lo hubieran puesto.
— No me digas así malcriado. — y dale con lo mismo.
— Cómo me llamaste Dani, no escuche muy bien.
— No es raro que no haya escuchado allá arriba el aire es mas frío, te congela los pensamientos. — y ahora se bula de mi. Voy a hacer que pague por sus crímenes.
— Bueno voy por mi equipaje y hablamos.
— Disculpa que dijiste. — No entendía que pasaba aquí.
— Ahora la que no escucha es otra, le recalque. — arruga su nariz ligeramente. Oh no la tercera guerra mundial va aquí comenzar.
— Tu te vas a quedar ahí sólo. — si que le gusta ver el mundo arder.
— Claro que no mí padre me envió aquí para vigilarte las 24 horas del día.
Siento que mi celular vibra, hablando del rey de Roma me está llamando mi padre que querrá ahora.
— Que mierda tienes en el cerebro Matthew, te mando con Melodie para que la cuides la alejes de Franzua y se la entregas en bandeja de plata, como le pase algo a esa niña te voy a desheredar me importa una mierda lo que diga tu abuelo alcahuete te dejo en la calle. — me grita por el teléfono.
Melodie se queda de piedra al escuchar todo lo que me dice, pero sus insultos para mi no son novedad así que hago lo de siempre ignorarlo, cada que se pone de ese genio lo ignoro es fácil para mi.
Varias maldiciones, insultos y malas palabras por parte de mi padre, poniéndome a analizar la situación fue algo estúpido llevármela para otra ciudad en la situación en la que nos encontramos. Le pudo haber sucedido algo por mi culpa, no lo había pensando muy bien fue algo precipitado lo se no volverá a suceder la seguridad de ella esta en mis manos ahora les prometí a sus padres cuidarla con mis vida. Grande Matthew Collins grande, pensé para mi.
— Jóvenes no quiero ser irrespetuoso pero podrían bajar el tono de su discusión no le dejan dormir a mi hijo. — un hombre de unos treinta años talvez un poco mas sale de la puerta en medio de nuestra habitaciones.
— Diles que se callen de una buena vez son las dos de la madrugada. — su esposa estaba dentro con su niño en manos.
Melodie aprovecha el desconcierto para entra a su habitación y cerrar si puerta no sin antes disculparse por los inconvenientes. Yo hago lo mismo pero no me iba a quedar con los brazos cruzados, bajo hacia la recepción estaba una chica de más o menos unos veintidós años limandoce las uñas, me regresa a ver con ojos de gata escudriñando cada parte de mi, no lo niego eso me incómoda.
— Hola me podrías hacer un favor. — su sonrisa se forma en un instante.
— Atrás hay un cuarto, no hay nadie. — dice mientras se muerde el labio. Mitos su gafe te dice Karla Pena, recepcionista.
— Karla verdad. — digo aclarando me la garganta. — Esa soy yo guapo.
— Es que me he dejado la llave de mi cuarto en la habitación me olvide sacarla. — una mueca de disgusto se forma en su cara.
— Cual es tu habitación, puedo dejar un remplazo, tu y yo podemos pasarla bien. — me susurra.
— Es la suite de alado de la presidencial. — Miro como le saltan los ojos, este hotel ya es caro de por si esa siute cuesta alrededor de mil dólares la noche.
— Ha es la Suite Silver, ten aquí está pero no la vuelvas a perder me dice acariciando mi pecho.
— No te preocupes guapa no lo volveré a hacer.
— Si te arrepientes puedes venir ar buscarme. — guiña su ojo y yo me doy la vuelta.
Una vez con la llave en mi poder subo a mi habitación, nesecito una ducha urgentemente.
Una vez que me he duchado tono dos copas del bar una botella de champánge, unos cubos de hielo y una corbata muy a lo Cristian Gey pensé para mi. Esta noche me voy a desquitar todas Melodie Carter, voy a hacer que exploten de placer vas a verlo y más que eso a sentirlo.
Máquineaba mi plan macrabo en mi mente, no iba a ponerme ropa sólo iría con la toalla en mi cintura, me arreglo mi desordenado cabello que cae a cada lado de mi cara, lo hago para tras con mis manos hago mi mayor esfuerzo pero aun así queda muy revuelto y despeinado. Tomó la llave que me dio la recepcionista, salgo de mi habitación suavemente.
Al llegar a la puerta de la suya entró muy despacio para no despertarla dejo todo en la mesa que esta alado de la cama tomó la corbata, me acercó a ella sigilosamente, me fijo que tiene un pequeño vestido de dormir de seda color negro, se había movido recientemente por lo cual no le cubre casi nada soy conciente de que su parte central esta expuesta, tan solo una pequeña tela esta en medio de mis dedos y su piel.
Empiezo a enredar la corbata en sus manos sin moverla, en un movimiento rápido jalo sus brazos y los amarró en la cama, ella ahoga un grito en su garganta estaba oscuro por lo que no podía ver, empieza a moverse sin control pero la relajo con un beso.
— Tranquila pequeña, soy yo pero no te relajes tanto por que esta noche vas a pagar. — le susurro mordiendo el lóbulo de su oído.
— Y ahora cómo te llamo. — me dice ya más relajada.
— En este momento por lo último que deberias preocuparte es por mi nombre. — muerdo su cuello.
Un gemido sale de ella pero lo apago estampando mis labios con los suyos.
— Va a ser una larga madrugada. — le sonrió.
Pam Pam Pam!!! Es el fin del mundo acaso he actualizado tres veces en esta semana pues si. Por que ustedes se lo merecen.
Espero que les guste me divertido mucho escribiendo este capítulo.
No te olvides de comentar, dejarme tus lindas deliciosas y suculentas estrellitas.
Te Quiero♡
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Amame hasta el final [TERMINADA]
Teen Fiction[Historia en proceso de edición] Melodie se cambia de ciudad por el contrato multimillonario que hizo su padre, sin saber que Matthew un chico sin modales y con fama de playboy que solo busca diversión le alcanzarán y pondrá su vida de cabeza. Una...