Matthew.
Verla en las manos de ese gilipollas hizo que mi corazón se acelerara, no solo porque me recuerda a lo que la zorra de Charlotte hizo con ese imbécil si no que Melodie es mía y solo yo puedo poner mis manos encima de su bello cuerpo, solo imaginarme de lo que pudo pasar si yo no estaba ahí quería matarlo a golpes uno tras otro hasta que deje de respirar, estoy tan cabreado que quiero zarandear a Melodie, no dice nada a mi lado sabe que estoy cabreado y agradezco el espacio que me ha dejado para poder tranquilizarme.
— Matthew no quiero estar aquí. — No digo nada, solo respiro muy agitadamente aun me sudan las manos quiero regresar ahí y golpearlo hasta cansarme.
— Ahora mismo Melodie no estás en posición para discutir.
— Tú no eres mi maldito dueño, yo puedo hacer con mi vida lo que yo quiera. — Sigue gritándome pero esta vez no pienso perder los papeles solo regreso a verla con ojos de asesino.
Creo que entendió lo que trate de transmitirle y seguimos en un silencio intenso, en donde solo era audible el paso de los demás coches a nuestro alrededor no sabía cómo despejar mi mente tenía un coctel de sentimientos en mi cabeza, un asqueroso nudo en mi estómago, lo estaba besando en mis narices. Al llegar a casa lo primero que hice fue desabotonar mi corbata la tiro a un lado en el sofá de piel que está en medio de la recepción.
— Ahora mismo todo el mundo fuera. — Hice que todos los que estaban en la casa salieran pitados de miedo de allí. Vi como Melodie daba media vuelta para querer huir.
— Tu no. — Le grite.
— Lo siento si sé que te he cabreado pero no fue mi intención.
— Pero qué coño dices como que no es tu intensión, yo vi como lo besabas.
Sin decir nada coge mi cara entre sus pequeñas manos, su contacto me pone aún más furioso, me ha besado y estaba a punto de pasar algo peor.
— Lo siento, sé que no soy perfecta, pero de verdad te quiero y no haberte visto una semana me ha puesto muy mal.
— Y por eso tienes que estarte besando con uno y con otro las veces que quieras.
Me estampo un beso, uno el cual lo había anhelado todo este tiempo estar alejado de ella me ponía más cabreado, la extrañaba ella era como un salvavidas en medio de tanta mierda en la cual vivo. La tomo en mis manos pero esta vez no pretendo ser suave no quiero que ella haga lo que le dé la gana conmigo cada que quiera, ninguna mujer lo podía hacer soy Matthew Collins con un demonio ninguna mujer podía jugar conmigo.
Le levanto el vestido, le doy la vuelta rompo sus bragas y empiezo a besar sus hombros con mi mano derecha masajeo sus pechos, dejando marcas ya características de mi por toda su espalda lo hago porque sé que eso le cabrea, le estampo mi mano en su perfecto y contorneado trasero la sostengo de las caderas y la embisto una tras otra vez mordía su espalda hasta mas no poder ella solo me respondía con gemidos uno tras otro y eso hacía que me volviera aún más loco. Una vez que termino empiezo a vestirme, no me importa nada solo quiero salir de allí no quiero verla ahora estoy tan cabreado que podría matar a cualquiera que se me ponga en frente.
Ya han pasado dos meses desde que no la he vuelto a ver, no niego que ella me pone mal y saber que puede jugar conmigo de ese modo me enciende una ira que ni siquiera sabía que existía, trato de no pensar en ella me he dejado de niñerías con ella soy un Collins después de todo tengo varias cosas en la que pensar no solo en ella definitivamente desde que apareció en mi vida solo he sido un juguete. He tratado de hacer bien las cosas para que mi padre me dejara en paz y no estuviera asediándome como habitualmente lo hacía le pedí que me diera un trabajo de medio tiempo en la empresa sé que no lo necesitaba pero por lo menos serviría para distraer la mente.
— Matthew, ya me has firmado los papeles que te he pedido.
— Elisa, cuantas veces te lo he dicho toca antes de entrar a mi oficina.
— Lo siento, lo siento solo es que después de todo lo que hemos hecho juntos creo que por lo menos me dejarías entrar a tu oficina sin tocar antes. — Me mira como si de una gata en celo estuviéramos hablando.
Tira todo lo que hace un minuto estaba encima de mi escritorio para sentarse enfrente mío posaba su pie muy peligrosamente en mi parte central, no era como si me disgustase pero tampoco me agradaba la idea de que hiciera cosas que no se lo pedía, sin decir nada solo nos mirábamos de una forma muy lasciva abrió sus piernas y para mi gusto ella estaba sin bragas me encantaba la vista en primer plano que me estaba ofreciendo pero aún seguía disgustado con el numerito que estaba haciendo.
— Elisa, que hare contigo pequeña gata de oficina.
— No me llames haci Matthew. — En un intento por cerrar sus piernas la tome del tobillo para impedírselo.
— Eli no comiences un juego el cual no vas a querer terminar.
Pose mis labios en su monte de venus y vi como poco a poco se iba entregando a mi quería poseerla pero en un recuerdo no muy grato se me paso por la mente el rostro rojo de Melodie cuando le hacía lo mismo a ella, quite a Elisa de mi escritorio para poder salir de allí, maldita sea no puedo creer que su fantasma ya no me deja tranquilo.
— No me hagas esto Matthew Collins. — Regrese a mirarla con una mirada glacial.
— Tú no eres quien para pedirme nada, así que es mejor que esto quede así.
Ella acabaría de sacarme de mis cabales, bajo su mano hacia mi bragueta, empieza a masajearme como si de eso dependiera todo lo que pasaría a continuación, que le den a Melodie, la tome del cabello y le deshice la cola de caballo que tenía le alce la falda he introduje mi erección por su perfecto trasero, ella era un mar de emociones entre gemidos de dolor y placer eso le enseñaría quien era el jefe, nadie podía contradecirme. Cuando termine me subí la bragueta y salí de la oficina dejándola encima de mi escritorio.
Me han dicho que hay personas que quieren que siga subiendo mas caps, pues pequeños pervetiditos ahí les va espero que les guste todo lo que maquineo en mi pequeña mente de ardilla jajajaja, dale a la estrellita y suscribete plis
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Amame hasta el final [TERMINADA]
Teen Fiction[Historia en proceso de edición] Melodie se cambia de ciudad por el contrato multimillonario que hizo su padre, sin saber que Matthew un chico sin modales y con fama de playboy que solo busca diversión le alcanzarán y pondrá su vida de cabeza. Una...