Aparcó delante de mi casa, pero aún eran las siete de la tarde y no tenía ganas de subir, seguramente Clady ya se había ido o estaba en la casa de Melune ¿quién sabe?
-Es muy temprano para que te vayas ¿no?- me dijo mirándome haciendo pucheritos.
Oh, no, ataque de risa.
-Cierto- me reí.
Este se rió y apoyó su mano en el volante mientras que me miraba.
-¿Y bien?- me preguntó -¿a dónde vamos señorita?Pensé, conocía un sitio el cual no era visitado por nadie y estaba tranquilo, así sería más íntimo, lo que pasaba era que estaba un poco lejos.
Le miré.-¿Tienes gasolina?
-Está a tope- me respondió aún sonriente.
-Arranca, yo te guío- le dije mientras que me ponía el cinturón.
-Lo que usted mande- y arrancó.Salimos de la ciudad y a partir de ahí comencé a guiarle, de vez en cuando veía cómo Siul me miraba con curiosidad, pero yo le sacaba la lengua y este se reía.
-Ya estábamos cerca, un poco más y a la derecha.
Siguió mis órdenes.
-Ahora, adéntrate entre esos árboles y aparca- le dije mientras me desabrochaba ya el cinturón.Y eso hizo, aparcó bajo una palmera y me miró asustado.
-¿Y ahora?
Yo salí del coche y este salió también después de mi y cerró el coche.
Le cogí de la mano y le dirigí por un pequeño camino el cual ya no se veía apenas por la vegetación, finalmente llegamos a la costa de una playa tranquila y sin gente.-¡Wow!- exclamó este tras ver aquel lugar detenidamente.
-Increíble ¿verdad?- le dije mientras me quitaba las deportivas.
Este asintió con la cabeza mientras que seguía viendo el paisaje, yo mientras tanto, me encaminé hacia la costa y metí mis pies en el agua.Me traía recuerdos este pequeño trozo de playa, aquí venía siempre en bicicleta cuando estaba triste y no tenía con quien hablar, lo descubrí yo misma y estar ahí contemplando el paisaje me tranquilizaba.
Hacía mucho que no venía y menos acompañada, pero, él me enseñó su sitio favorito ¿por qué yo no?-¿Cómo sabías que esto existía?- me preguntó aún sorprendido.
-Mis momentos tristes me hicieron venir hasta aquí, desde entonces conozco este lugar - le contesté salpicando agua con el pie.Ví que se había quitado los zapatos y se había adentrado conmigo en el agua y me abrazó, le abracé más fuerte y le dediqué una sonrisa.
Este me dedicó una sonrisita rara, de la cual me hizo dudar, vi que se agachó rápidamente y me salpicó con el agua en la ropa.-¡¿Cómo te atreves?!- le grité una vez empapada.
Le salpiqué con más agua y salí corriendo como pude, el agua me hacía ir más lento y este me alcanzó empapándome de agua, parecía que me había tirado un cubo.
Esto ya era la guerra.Nueve de la noche, ya estaba oscureciendo y acabamos encima del poco césped que había en la tierra, nos reíamos cuando hacíamos tonterías y de vez en cuando nos dábamos algún que otro beso.
Estábamos más o menos secos y me levanté del suelo, tenía frío y mi ropa no estaba tan seca como esperaba.
Me froté los brazos intentando entrar en calor, pero fue en vano.Siul se acercó por detrás y colocó sus manos en mis hombros y me besó el cuello, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me hizo dar un pequeño respingón.
Este se levantó y me ofreció su mano para que en levantara, yo le ofrecí la mía y nos fuimos finalmente al interior del coche, al entrar puso el aire caliente para que no tuviera tanto frío.-¿Mejor?- me preguntó arrancando el coche.
Asentí con la cabeza mientras que le dedicaba una sonrisa y salimos de allí.Por el camino, me miré en un pequeño espejo que había en el retrovisor y me pinté los labios, este me vio y sonrió.
-¿Qué?- le pregunté una vez que me había retocado.
-Nada nada- me contestó riéndose.Lo miré.
-¿Te molesta?
-No, no, sólo que, se te va a desgastar el pintalabios...- dejó caer lo último.Me puse roja y no contesté, este seguía sonriendo.
Llegamos a la ciudad y pasó de largo de mi casa.
Me asusté.-¿A dónde vamos?- le pregunté mirándole fijamente a los ojos.
No contestó, seguía conduciendo.
Pasaron los minutos y aparcó en frente de una casa.
¿Me ha llevado a su casa?
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Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]
Mystery / ThrillerTRILOGÍA VENGANZA PRIMERA PARTE Había una cosa que odiaba de mí y es que, me dejaba utilizar como una muñeca... ¡Si, soy idiota, lo sé!, pero, pensaba que obedeciendo lo que me decían, encajaría en el grupo de "amigos" que consideraba que tenía. El...