Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]

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Narra Siul:

Odiaba el echo de que Melune fuera a la fiesta y más sabiendo que también iría Steny y que cuando yo no mirase, le podría hacer algo sin darme cuenta.

Como hoy salía antes de trabajar, recogí el dinero suficiente para pagarle lo que le debía, incluso creo que cogí de más, pero a lo mejor si le daba más, podría dejar a Steny en paz.

Hice la maleta lo más rápido que pude y metí el dinero dentro de un sobre, después de esto, me dirigí hacia el coche y una vez que había arrancado, me dirigí hacia donde habíamos quedado.

Narra Melune:

Estaba haciendo la maleta, cuando de repente, escuché música procedente de la casa de Steny, se notaba perfectamente que la música era de Clady.

Ella y el reggaeton son íntimos amigos.

Menos mal que sólo me faltaba cerrar la maleta, pues, no soportaba la música, tenía dolor de cabeza, así que la cerré, cargué con ella y no me fui de casa sin antes tomarme una pastilla para calmar el dolor de cabeza.

Al salir del portal, fui caminando tranquilamente, el ruido de la música, iba disminuyendo a medida que avanzaba.

El móvil de vez en cuando vibraba, suponía que era el grupo, así que no le hice mucho caso.

La vibración cada vez era más intensa, ahí supuse que me estaban llamando.

Saqué el teléfono del bolsillo, la llamada paró.
Vi que tenía demasiadas llamadas pérdidas y todas eran de Siul.

Me iba ya acercando al lugar donde habíamos quedado, entonces no le contesté, ya lo visualizaba desde lejos respaldado en la puerta de su coche mirando el móvil.

Narra Siul:

Le llamé repetidas veces para hacerle venir antes que los demás, así le entregaría el dinero en privado.

No me cogía el teléfono, así que supuse que lo tenía en silencio.

Cuando me guardé el móvil en el bolsillo, vi a Melune a lo lejos.

Se acercaba, estaba cerca, estaba ante mi.

-¿Querías algo?- me preguntó.

Me saqué el sobre con el dinero del bolsillo trasero del pantalón y se lo entregué.

-Te he dado más de lo que te debía- añadí mientras este, sostenía entre sus manos billetes de quinientos.
-¿De dónde has sacado todo este dinero?- me preguntó.
-Eso no importa ahora- le contesté con una sonrisa- sólo te digo que si te he dado dinero de más, es por algo.

De lejos pudimos oír a una Steny eufórica corriendo hacia nosotros y a una Clady corriendo detrás de ella con una maleta enorme.

Miré a Melune y después miré a Steny, entonces vi en su rostro que ya comprendió a lo que me refería.

-Está bien...- dijo finalmente.
-Gracias tio- le coloqué la mano y este me la chocó.

-¿¡Llegamos tarde!?- preguntó Steny mientras que cogía aire seguidamente.
-No tranquila, venís a tiempo- contestó Melune.
-¡EHHHHHH A QUÉ ESPERÁIS!- se oyó la voz de Éneon a lo lejos.

Estaba montado en un descapotable rojo, dentro ya se habían montado Milda de copiloto y Mélica detrás.

-¡Qué pasada!- gritó Clady tras ver el coche.
-¡Wow!- soltó Steny.

Clady fue corriendo hacia el descapotable agarrando a Steny del brazo y dejando las maletas atrás.

Steny me miró algo confusa y yo sólo le sonreí, no me importaba que se montara en el descapotable de Éneon, era su cumpleaños, habría que dejarlo disfrutar de algo que no tendría todos los días: su descapotable lleno de chicas.

Abrí el maletero del coche y con ayuda de Melune, logramos meter las maletas de las chicas.
La que más pesaba era la de Clady, parecía que había metido ladrillos en vez de ropa.

Una vez que cerré el maletero, Melune dejó su maleta en la parte de atrás del coche y se montó de copiloto.

Oímos un pitido de un coche, me asomé por la ventanilla y vi que dentro estaban Isedo y Dail.

Miré al frente y Éneon arrancó, se podía oír perfectamente a las chicas gritar de la emoción y sobre todo entre todas ellas la que más destacaba era Clady, estaba hueca.

Nos pusimos en marcha.