Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]

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-Me alegro de verte.- me dijo con una sonrisa muy agradable.

Yo no sabía que decirle, me quedé en blanco.

-¿Qué queréis pedir?- nos preguntó cogiendo una tablet para tomar nota.
-Dos descafeinados por favor.- pidió Clady por mi.
El chico tomó nota y se fue a atender a otra mesa.

-Ese es el chico de ayer.- pensé en voz alta.
-¿Qué?- dijo Clady mirándome extrañada.
-Ese es el chico que me escribió su número en el papel.- le dije llevándome las manos a la cabeza.
-¿Por qué no me lo habías dicho antes?- me dijo con un brillo de misterio en los ojos.
-Me quedé pillada, ¿no oíste lo que me dijo?- le dije mirándola asustada a los ojos.- Me dijo "me alegro de verte".- le dije imitando su voz, pero ni punto de comparación con la suya verdadera, era jodidamente sexy.
-Vaya.- exclamó.-Estaba mirando aquel chico.- lo señaló disimuladamente.-Está muy bueno.- me dijo con una sonrisa pervertida.-Pero la pena es que tiene novia.- señaló a su compañera de mesa.
-No tienes remedio.- le dije finalmente suspirando.
Esta se rió y yo me uní a ella.

Pasaron cinco minutos y una mujer nos trajo los descafeinados, en su espuma había dibujos, a Clady le dio el que tenía una flor y a mi el que tenia un corazón. Lo que se considera un art latte.

-De parte de aquel chico.- me susurró al oído agachándose hacia mi.
Me señaló al chico de la pizza, al quien nos había atendido, ¿por qué?no lo entendía.
La mujer se fue y mi amiga se me quedo mirando a los ojos.

-Abre la nota.- me dijo mientras que movía el descafeinado y me señalaba con los ojos un papel doblado que había al lado de la taza.
Yo no me había dado cuenta, y la cogí porque no me quedaba otra.
"Estás muy guapa"
Me ruboricé, miré a mi amiga y después me di cuenta que este me estaba mirando.

Clady al ver mi reacción me quitó la nota de mis manos.
-Uyyyyy...-dijo doblando de nuevo la nota.-Pareces ser que has ligado.-me dijo guiñándome un ojo.
No, no y no, imposible, soy una chica que se deja utilizar, y no le he gustado nunca a nadie, siempre me han rechazado, me insultaban, me decían gorda y también que nunca encontraría a nadie siendo así.

Me bebí el descafeinado rápidamente y miré a mi amiga.
-Vámonos.- le dije levantándome.
Esta al verme no dijo nada y se bebió como pudo lo poco que le quedaba del descafeinado.

Me fui a la barra y me atendió de nuevo aquel chico, me dio un ticket de lo que le debía y le tiré las monedas sobre la barra, lo fulminé con la mirada a la vez que una lágrima salia de mi ojo, a este se le fue la sonrisa de la cara y yo me fui de ahí casi corriendo, Clady iba detrás mía.

-Ey, ey, ey.- me dijo agarrándome del brazo.-¿Ahora que te pasa?.- me preguntó cuando me había parado.
-No es el lugar correcto para hablar.- le dije mientras que me secaba la lágrima con la mano.

Ella no me dijo nada y nos fuimos directas a la parada de autobús, nos dejó enfrente del parque que había al lado de mi casa.
Nos dirigimos hacia el portal de mi piso y abrimos la puerta, subimos de nuevo las escaleras, pero esta vez era yo la que adelantó a mi amiga dejándola atrás y abrí la puerta de mi casa dejándola entreabierta para que ella entrara después.
Dejé las bolsas encima de mi cama y me senté en el suelo respaldándome en la pared.
Oí que había cerrado la puerta.
Clady preocupada al verme sentada en el suelo, se sentó enfrente mía de rodillas y apolló sus manos en mis rodillas.

-Cuéntame.- me dijo.
-¿Tu ves lógico que un chico sea así conmigo?- le pregunté entre sollozos.
-¿Por qué no?- me dijo esta algo extrañada.
-Siempre me han rechazado por mi cuerpo, no me creo que ese se haya "enamorado" de mi.- le dije hundiendo mi cabeza entre mis manos.
-La vida da muchas oportunidades, hay muchos hombres en el mundo y lo creas o no, alguno será el afortunado de estar contigo.- me dijo sonriente.
Yo alce la vista para mirarla.
-A lo mejor puede ser él ¿quién sabe?- me dijo levantándose del suelo.-Ahora levántate y limpiate esa cara, para esta noche quiero verte con la mejor sonrisa que tengas y que los enamores a todos.- me dijo tendiéndome la mano.

Yo se la ofrecí y me ayudó a levantarme, no sé que haría sin ella, la verdad, ella me anima y me hace subir mi autoestima.

Esta noche iba a ser mi noche, voy a darlo todo.