Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]

18

Me abrazaba por la espalda y yo abrazaba los brazos que me sujetaban, la luz del sol iluminó la habitación e hizo que me despertara.

Me moví en el sitio hasta toparme con su rostro.
Aún seguía durmiendo.

Me levanté de la cama y eso hizo que este se despertara.

-No te vayas- fue lo único que me dijo al abrir lentamente sus ojos.
-No tranquilo- le contesté.

Me abrazó volviendo a tumbarme en la cama.

-Venga, dormilón- le dije mientras intenté deshacerme de sus brazos que me abrazaban con fuerza.
-Un poquito más, venga- dijo aún sin soltarme.

Finalmente, sin resultado, acabé tumbada aún abrazada por él, pero no me dormí, sólo lo miraba a la vez que le hacía cosquillas en los brazos.

-Venga, Steny, para- me dijo mientras se reía.
-Si quieres que pare, despierta ya- le dije riéndome.

Finalmente se despertó y se tumbó encima mía hundiendo sus labios sobre los míos en un dulce beso.

Me llevó a mi casa en coche, eran las cuatro de la tarde, buscaba las llaves para abrir la puerta del portal y un chico interpuso su llave con la mía abriendo la puerta.

Era Melune.

Abrió la puerta y me dio paso para pasar.
"Creo que no me reconoce" pensé, "si tuviera el cuerpo de antes seguro que me abría cerrado la puerta en las narices"

Pasé sin decirle "gracias" y me fui directa al ascensor el cual ya arreglaron hace unos pocos días atrás.
Murano se quedó mirando los buzones, la puerta del ascensor aún no se había cerrado, pero cuando estuvo a punto de cerrarse un pie se interpuso en la puerta haciendo que esta se volviera a abrir.

De nuevo Melune.

Miraba sus cartas y alzó la vista para verme, yo no le miré y le di al botón que marcaba el número cinco.

-¿Chica nueva?- me preguntó abriendo una de sus cartas.

No le respodí, solo miraba la puerta del ascensor impacientemente.

¡BENDITO SEA EL DIA QUE SE ME OCURRIÓ SUBIR EN ASCENSOR! pensé a gritos irónicamente.

Melune pareció ser que no se dio por vencido y se acercó a mi.

-Oye guapa, no tengas miedo- me dijo posando su mano al lado de la pared acorralándome.

Lo único que hice fue fulminarle con la mirada e inconscientemente poner una mueca de duda ante su acción.

Este me sonrió acercando su otra mano a mi mentón.

Yo no aguantaba más y le empujé.

-¡Oye! ¿qué haces?- se quejó.
-¿Que qué hago?, ¿¡estás ciego!?- le grité- Me parece muy hipócrita por tu parte engañar a Clady de esta manera.

La puerta se abrió, y salí de allí con la llave preparada para abrir la puerta de mi casa.

-¿Eres Steny?- me preguntó algo aturdido por el golpe.
-Así es- le contesté metiendo la llave en la cerradura.
-La patito feo se convirtió en un cisne- se rió.

Volvió a acorralarme.

¿Esto es en serio?

-Déjame en paz- fue lo único que le dije.
Salí de sus brazos y me adentré en casa pegando un portazo.

"No te librarás de mi" pude oír desde dentro, "esto sólo ha comenzado" y cerró su puerta.

-¿Hija?- me preguntó alguien.

Me di la vuelta sobresaltada y vi que era mi madre.

-¡Joder mamá! no me pegues estos sustos- me quejé- ¿qué haces aquí? ¿por qué no me avisaste de que venías?
-Te mandé un mensaje- me contestó cogiendo una maleta vacía.

Cogí el móvil y lo miré para afirmarlo.

Mamá: Vuelvo a casa a recoger unas cuantas cosas, hemos decidido quedarnos a vivir a donde nos fuimos de vacaciones, este lugar es maravilloso.

-¿Os habéis comprado una casa?- le pregunté algo aturdida.
-Si, tu padre me convenció para hacerlo.

Se hizo el silencio.

-¿Seguro que eres mi hija?- me preguntó una vez que había cerrado la maleta.
-¿Quién crees que soy si no?- le pregunté yo.
-Parece ser que fue ayer cuando me despedí de una niña rechonchita e insegura de si misma- me dijo mientras me abrazaba.

Yo sólo me reí.

-Venga mamá, no seas teatrera, sigo siendo tu hija- le dije en el abrazo.

Habían pasado horas y mi madre aún recogía cosas, de momento llevaba ya cuatro cajas y tres maletas.

-¿Te ayudo?- le pregunté cuando oí un escandaloso ruido proveniente de su cuarto.
-¡No, no, tranquila!- me gritó desde la habitación.

Yo me acerqué para ver qué estaba haciendo y vi que se le había caído el armario casi encima.
Sobresaltada ayudé a empujarlo hacia la pared y la miré algo asustada.

-¿En serio?- le dije tras ver que en el suelo había una enorme caja negra llena de polvo- ¿Para qué te vas a llevar esto?
-Para recordarte- me dijo mientras que limpiaba la tapadera- recuerda que nos vamos lejos de aquí y tu te quedarás sola.

Abrió la caja, y rebosaron fotos de cuando yo era pequeña, pequeñas tarjetas que les hacia a mis padres cuando eran su día y dibujos mal hechos que hacia cuando me aburría.
La volvió a cerrar, pero si antes coger una carta que había en el interior.

-Ten- me la entregó.

La cogí sin rechistar, decía "Para Steny" y pude saber perfectamente que la letra era de mi padre.

-Leelo cuando me vaya- me avisó.

Dejé la carta encima de mi escritorio.