10

199 18 6
                                    

La puerta del portal se cerró y yo me encaminé hacia el parque, subí un pequeño escalón que había en la entrada y me adentré, miré a los bancos para ver si lo veía y no hubo resultado.

¿Me ha dejado plantada? No, no, no, no quiero pensar eso... a lo mejor aún no ha llegado.

Me senté en el mismo banco donde me encontró Clady aquel día sola.

Pasaron diez minutos, aún no llegó, llegué a pensar que él también se estaba riendo de mi y cada vez tenía más ganas de llorar, eso me pasaba por confiar en alguien el mismo día que lo conocí.
Me enfadé conmigo misma y me levanté del banco dispuesta a irme a casa, total, no estaba muy lejos.

Unas grandes manos taparon mis ojos.
-¿Quién soy?- dijo aquella persona.
¿Le pego o me quedo quieta?
Opté por estar quieta.
-¿Siul?- le pregunté.
Me destapó los ojos y me di la vuelta, si, era él.

-Hola.- me saludó, se acercó a mi para darme un pico, pero yo me aparté
Este me vio y se paró.
-¿No me vas a dar un beso?- me dijo haciendo pucheritos.
No me hizo efecto aquel puchero, me quedé mirándole enfadada.
Este al ver que no me reí empezó a preocuparse.
-¿Te pasa algo?- me dijo asustado.
-¿Por qué has tardado tanto?- le pregunté, esta vez la que hizo pucheritos fui yo.
-¡Ah! Lo siento, es que no encontré aparcamiento cerca de aquí y tuve que aparcar una calle más abajo.- me dijo frotándose el cabello de la parte de atrás de la cabeza.
Entonces fui yo la que le di un beso y este me abrazó fuerte.
-Bueno, ¿nos vamos?- me dijo ofreciéndome su mano.
Yo asentí con la cabeza y le cogí de la mano.

Salimos del parque y nos adentramos en una calle que había detrás de mi piso, menos mal que mi casa no daba con la parte trasera, sino Clady ya me habría gritado o chiflado.

Nos dirigimos a su coche, un audi color granate y tras abrir el coche con el mini mando, me abrió la puerta del copiloto dándome a mi primero paso al interior del coche.

-Milady- me dijo abriendo el coche mientras que hacía una reverencia.
Yo me sonrojé y me metí dentro del coche, él cerró la puerta por mi y después dio la vuelta por la parte de atrás hasta llegar a la parte del piloto, entró y cerró la puerta.
Arrancó.
¿A dónde íbamos? ni idea, pero me comenzó a dar miedo al ver que me llevaba a un sitio muy lejos, por no decir que salimos de la ciudad.

Entró al interior de un bosque y subió colina arriba, la cuesta estaba muy empinada y me daba miedo de que pudiera suceder algo.
Siul vio mi expresión y acarició mi muslo para que me tranquilizara.

Llegamos al final de la colina, aparcó y nos bajamos, las vistas eran increíbles.
Me quedé pasmada viendo todo detenidamente, la luna llena y las estrellas que lucían el cielo, le daban un toque especial a aquel paisaje.

-¿Te gusta?- me preguntó abrazándome por la espalda y apoyando su cabeza en mi hombro.
-¡Es increíble!- exclamé, aún no salía de mi asombro.
Oí una dulce carcajada procedente de él y me abrazó más fuerte.

Nos quedamos hasta muy tarde sentados en el suelo hablando y mirando el paisaje.
Me contó que venía aquí siempre cuando sus padres se peleaban, tuvo una infancia muy dura, su padre era alcohólico y su madre trabajaba como puta, pero no les tenía rencor.
Su padre murió el año pasado y su madre ahora trabaja de cajera en un supermercado, de vez en cuando la visitaba.

Miré el reloj eran las tres de la mañana.
-Creo que ya se está haciendo muy tarde.- le dije levantándome del suelo o haciendo el intento, se me había dormido el culo.
-Quédate un poquito más.- se quejó él mientras me empujó hacia el suelo.

Me tumbó poco a poco en lo poco que había de hierba y se quedó encima mía.
Sonrió, su sonrisa me derretía.
Y me besó, más bien me llenó a besos, por no decirte que ya su mano bajó para meterse por debajo de mi camiseta y acariciar mi piel hasta llegar a mis pechos.
Llegó, me bajó el tirante, me tocó uno de mis senos.

-Emm...- pensé en voz alta.
Este paró y volvió a sonreír.
-Lo siento.- se disculpó levantándose de encima mía.
-No... si no pasa nada... sólo que ya es tarde...- le dije entrecortadamente.
Este me dio otro beso y me ayudó a levantarme.
-Tranquila, ya te llevo a casa.- me dijo una vez de pie.

Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora