Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]

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Estoy llegando a pensar que ha sido malísima idea traerme este maldito triquini.

Antes de salir me aseguré de que las cuerdas que hay en mi pecho estuvieran bien sujetas y las apreté lo máximo posible, pero parece ser que no sirvió de nada.

Jugando a la pelota se me ha aflojado tantas veces, que si no llega a ser por Mélica, no me daba cuenta y estaría haciendo nudismo.

Empiezo a pensar que Clady se compra estas cosas por el postureo.

Cansada, me fui a la otra punta de la piscina sola y me senté en las escaleras ocultándome tras una de las enormes macetas que había adornando el borde de la piscina.

Tranquilamente me dispuse a desatarme el cordón y encontrar alguna forma de atármelo correctamente para que no se desatase.

La suerte hoy no estaba de mi lado, pareció ser que pasó de largo.

-¿Necesitas ayuda?- me preguntó una voz masculina.

Me tapé rápidamente y miré para ver quien era.

Siul.

-He visto que te fuiste en la mitad de la partida- dijo poniéndose en frente mía- ¿esta es la causa?- miró mi pecho.

Yo sólo asentí, pero esta vez no estaba enrojecida, estaba harta del maldito triquini y ya me daba igual todo.

-¿Puedes quitarme los cordones?- le pregunté algo seria y suplicante.
-No hay problema- me contestó llevando sus manos hacia ellos.

Me sujeté la tela que cubría mis pechos apretándola un poco y dejé que Siul me quitara los malditos cordones.

Sigo sin comprender cómo narices Clady puso aquellos malditos cordones, estaban sueltos y no ocupaban la mayoría de sus agujeros correspondientes.

Una vez que terminó de quitarlos empezó a ponerlos correctamente.

-¿Te acuerdas del primer día en el que te conocí?- me preguntó mientras hacía su labor.
-Si, me entregastes una suculenta pizza- le contesté entre risas.

Este también se rió.

-Si te digo la verdad, tuve una corazonada- sonrió- sabía que te iba a ver más veces, como en la cafetería del centro y la fiesta en la casa de Éneon- esbozó una gran sonrisa.

Colocó finalmente los cordones y me hizo un nudo junto a un lazo perfecto.

-Y ahora te tengo aquí- acercó su cara a la mía- conmigo- finalizó la frase con un beso.

Ahora si que me puse roja.

-¿Nada que decir?- me preguntó.
-Si- le respondí.

Señalé entre mis pechos.

-¿Esto es resistente?- le pregunté con cierta duda.
-Veamos- me cogió de la cintura y me elevó para tirarme a la piscina.

Una vez bajo el agua palpé el nudo y en efecto, era seguro.

Iba a coger impulso para salir al exterior, pero noté que alguien me cogió de la cara y me besó.

Abrí los ojos bajo el agua confusa y vi a un borroso Siul.

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Otra fiesta después de comer, estos no se cansan.

Esta vez nadie se arregló para la ocasión, Éneon dijo que sólo era una despedida tras haber pasado tres estupendos días en su parcela.

Veremos a ver como sale esto.

Empezaron a beber alcohol como si se les fuera la vida en ello.

Mélica estaba tocada, Isedo, Dail, Clady e incluso Siul estaban completamente ciegos.

Yo esta vez me mantuve y junto a mi también estaban Éneon y Milda.

-Bebe un poco- me animaba Dail.

Yo me negaba y me iba para otro lado, tras el vinieron Melune, Clady e Isedo a decirme que bebiera algo, pero les decía que no con una sonrisa forzada, empezaban a agobiarme.

Siul bebía y bailaba al son de la música, parecía un chimpancé y eso me causó la risa.

-Tienes suerte de encontrar a alguien tan leal como él- me dijo Milda al oído.

Pareció ser que me había estado observando.

-Si, supongo- le contesté encogiéndome de hombros.
-¿Nunca has pensado si llegaría a ser infiel?- me dijo sentándose a mi lado.

Negué con la cabeza y seguí mirando a Siul, vi que se le acercó Clady para bailar con él.

Los contemplé.

-¿Y si llegara a pasar?- me preguntó Milda algo insistente.
-¿Tienes envidia?- le pregunté un poco harta por sus dichosas preguntas.

Ella me miró algo molesta por el comentario.

-¿En serio piensas eso de mi?- me preguntó.
-No es pensarlo, haces que lo piense con tanta preguntita- le dije molesta.

Miré hacia otro lado y vi que Mélica y Éneon estaban muy juntos.

Sonreí de medio lado.

-Mira- le señalé con los ojos a una nueva parejita- parece ser que se te adelantó tu hermana.

Y justo cuando Milda miró, ellos dos se estaban besando.

Milda gritó llevándose las manos a la cabeza y se fue de allí entre lágrimas, su hermana se percató de ello y fue corriendo tras ella.

-Milda, no, no es lo que parece- le decía esta.

Pero ella ya había salido corriendo de allí y Mélica iba en su búsqueda.

Miré de nuevo a "la pista de baile" y vi que Clady y Siul ya no estaban.

¿A dónde han ido?