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Narra Steny:

Necesitaba un abrazo y Éneon vino en el momento justo.

De tanto llorar creo haberle mojado el pecho con mis lágrimas, pero parecía no importarle.

-¿Mejor?- me preguntó acariciándome la espalda.

Sólo asentí con la cabeza y me abrazó más fuerte para después separarse de mi.

-Quiero irme- le dije mientras me secaba el resto de las lágrimas.

Me volvió a abrazar.

-No quiero volver a dormir en aquella habitación- le dije en el abrazo.
-Quédate en la mía- me dijo en el oído.
-¿No te importa?- le pregunté con el ceño fruncido.

Negó con la cabeza.

Me fui a mi habitación y recogí mis cosas para llevarlas a la habitación de Éneon, dejé fuera la ropa que me iba a poner mañana al irme y también el pijama para esta noche.

Fui de nuevo al baño, pero esta vez para cambiarme y volví de nuevo a la habitación de Éneon.

Escuché que paró la música y alguna que otra pisotada fuerte por las escaleras, pareció ser que subían a las habitaciones.

Me mantuve sentada en la cama contemplando el suelo.

-Éneon, déjame verla- pude oír en la puerta.
-Siul, quiere estar sola- contestó Éneon.
-Por favor, quiero explicarle lo que ha pasado.
-No quiere ver a nadie- contestó Éneon.

Se cerró la puerta.

-¿Estás mejor?- me preguntó con una sonrisa.

Asentí con la cabeza.

-Parezco una niña pequeña- le dije.
-¿Por el pijama de tortugas?- me preguntó entre risas.

Te tiré un cojín en la cara.

-Idiota- me ruboricé.
-Es broma- se rió.
-Ya en serio- suspiré- no pensé que llegara a reaccionar así ante un problema...
-Pero...- se sentó a mi lado- ¿qué ha pasado?
-Clady a besado a Siul- le contesté.

Vi cómo se le abrieron los ojos de par en par.

-¿En serio?- me preguntó bastante sorprendido.

Asentí con la cabeza.

-Pero, cada cosa ocurre por algo- me contestó con una sonrisa- a lo mejor él no era para ti y Clady tampoco es tu mejor amiga.

Me quedé pensando, la verdad es que tenia razón, cada cosa sucede por algo.

-Oye- le llamé la atención.

Me sonrió.

-¿Por qué te has besado con Mélica?- le pregunté para cambiar de conversación.
-Fue ella- me contestó- fue rápido, yo no me lo esperaba.
-No debería decirlo, pero... le gustas a Milda.

Sonrió.

-Lo sé.
-¿Ah, si?- contesté perpleja mientras me metía dentro de la cama.
-No soy tonto, además, me lo ha confesado ella misma muchas veces.

No salí de mi asombro.

-Pero ella a mi no me gusta- sonrió- me gusta otra persona.

¿Otra persona? La curiosidad me mata.

-¿Quién?- me atreví a preguntar.
-No te lo voy a decir- me sonrió.
-Porfa- insistí- sé guardar secretos- hice puchero.
-Me acabas de decir que Milda me quiere- me miró de reojo.

Mierda, no soy buena guardando secretos.

Me ruboricé.

-Bueno- suspiré- es cierto, no me lo digas si no quieres- hice otro pucherito.
-¿Te has enfadado?- me preguntó frunciendo el ceño.
-No, tranquilo- me reí.
-¿Seguro?
-Siiii...- le contesté metiéndome bajo las sábanas.

Noté cómo de repente se alzó hacia mi y comenzó a hacerme cosquillas.

Oh no.

-¡Para!- grité mientras me reía.
-¿Seguro que no te has enfadado?- me preguntó aún haciéndome cosquillas por la barriga.
-¡Si!- me reí- ¡por favor para!

Paró.

Respiraba continuamente, pues por culpa de las cosquillas, me quedé sin aire de tanto reírme.

Éneon estaba encima mía, demasiado cerca, lo miré a los ojos y le sonreí.

-Gracias- le abracé.

Este me devolvió el abrazo.

-No seas tonta- me dio un beso en la frente- estoy para lo que necesites- me sonrió.

Como una muñeca TRILOGÍA VENGANZA I [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora