Hablando con sus suegros

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Casi a las diez de la noche sólo quedaba los suegros de Alfredo y parte de la familia de ellos. Paula y su familia se fueron  como a las ocho  y mis padres como hacen quince minutos, en este momento son las 9:42p.m. y ya quiero que llegue el momento de estar solita con este hombre. Nadie sabe la felicidad que siento por dentro,primero la sorpresa de ver a todas las persona queridas aquí, segundo el compromiso y tercero lo hermoso que me trata este hombre en frente de todos. No le importó mi físico, no le importa lo pasada de peso que estoy y tampoco le interesa mi dinero. Me siento como si estuviera viviendo el sueño de toda mujer: el hombre perfecto con todas las cualidades que uno quisiera, pero me pongo a pensar en Paula y su triste historia al casarse con un hombre que sólo la utiliza para que sea su sirvienta mientras que las demás son sólo muñequitas en caja de cristal. Me siento en una silla mientras sigo viendo a todas las demás personas riendo y comiendo, Alfredo compró mucha comida y muchas cosas de entremeses. Veo que está bailando con una niñita que me presentaron orita llamada Aleiny y a ella le encanta que le digan Aly, su nombre es la mezcla de Alfredo con los nombres de su mamá y de su papá y le pusieron así porque Alfredo ayudó a sus padres en todo momento cuando la madre de Aly estaba embarazada. Me doy cuenta que Alfredo quiere a los niños y eso me encanta porque es algo que quisiera también,aunque no rápido pero sí estaría dispuesta a tener 2 niños. Ahí Joana la madre de Mónica la ex de Alfredo me llama por mi nombre y cuando volteo está parada en el balcón de la casa,me levanto de la silla y voy directo a donde ella. Cada vez que alguien me llama de esta manera me pongo tan nerviosa que me da con reirme. Doy la vuelta para llegar al balcón pero cuando casi llego donde ella veo que abre la puerta de la casa y me dice: Entra.
Veo que se sienta en el sofá y a su lado está su esposo que me está mirando como si fueran a decirme algo malo.

-Hola.- madre de Mónica.
-Hola a los dos.

Ahí les doy una sonrisa a ambos y me dice el padre que tome asiento. Cuando termino de sentarme algo me dice que será una conversación muy larga.

-Sólo queríamos unos minutos  contigo. -dice Joana
-Sí claro.
-Primero que nada estamos muy contentos de saber que eres una mujer buena según lo que nos cuenta Alfredo y sabemos que lo harás feliz. -dice Joana
-Así mismo será.
-Pero también estuvimos hablando con Sam y él no está tan seguro que puedas hacerlo feliz a Alfredo.
-Bueno...de mí no tendrían que preocuparse,lo que pasa es que Sam y yo empezamos con el pue derecho por diferentes razones.
-Ok, es que mi esposo y yo le prometimos a mi hija que no abandonaríamos a Alfredo y hasta el momento no lo hemos hecho.- dice Roberto.
-Eso es bueno,se ve que al menos tendré otra familia para poder invitar a nuestras actividades.
-Siii,espero puedas confiar en mí y aunque nos conocimos hoy quiero que sepas que los visitaremos y te dejaremos nuestros números de celular para que nos llames cuando desees.-dice Joana

Ahí abren la puerta y el corazón vuelve a mi lugar cuando veo que es Alfredo con la niñita que bailaba.

-A tí misma te buscaba. -dice Alfredo.
-¿A mí?
- Si mi amorsote, a tí. -dice Alfredo.
-Pues aquí estoy, conversaba con tus suegros.
-Eso me parece bien amor pero también te buscaba por otra razón. -dice Alfredo.

Me tiro una sonrisita sarcástica pero en realidad él no sabe que en realidad quisiera que me saque de esa sala ya que me da nervios lo que me digan preguntando sus suegros. Sólo tres personas sabrían que necesito salir del interrogatorio y esos son mis padres y Paula. Aunque hay algo que me tiene preocupada y no sé como preguntar para no incomodar a nadie, es que todo esto es nuevo para mí. Desde que entré a hablar con los suegros de Alfredo me dí cuenta que hay unos bultos como de ropa en la sala.

-Sí mi amor dime.
-Hoy mis suegros se quedarán con nosotros.
-Ok.

Mi contestación sé que no fué la mejor pero pensaba que estaría a solas con él,necesito tener una conversación formal acerca de todo esto y ver su punto de vista.

-Pues perfecto.¿Pero que tal si nos entretenemos cantando?

Sus suegros empezaron a reir y ahí entran los demás familiares por la puerta. ¿Cómo que a cantar? Ahí veo que las demás personas se empiezan a acomodar en los sillones de la sala ylos demás se sentaron en el piso. Que rara y a la misma vez incómoda me sentí al estar rodeada de personas que me estaban brindando su compañía y su muestra de cariño sin siquiera conocerme. Pero lo más que me puso nerviosa fué cuando Alfredo empieza a hablar.

-Vane mi amor....quisiera que empieces tú a cantar.

Ahí mismo me quería morir de la verguenza.

El Hijo Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora