CAPÍTULO DIECINUEVE

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Liam.

Louis no le había mandado ningún mensaje, durante la noche, pensó que tal vez necesitaba tiempo para meditar, así que en la mañana decidió ir a su casa.

Condujo por 15 minutos, aparcó enfrente de la casa de Louis, bajo de su auto, se dirijo a la puerta, y tocó para anunciar su llegada.
Escucho unos pasos que se dirigían hacia la puerta para abrirla.
La puerta se abrió dejando a la vista aquellos orbes jade que le provocaban pánico.
Louis estaba en la cocina, lo cual casi nunca hacia.
Louis volteo a ver hacia la puerta para ver quién era, al encontrarse con la mirada de incredulidad de Liam tiro uno de los platos por accidente, así atrayendo la atención de ambos.
Liam aventó a Harry a un lado para que lo dejara pasar, Harry sólo trastabilló.
Liam se colocó detrás del castaño.

-¿Que hace este tipo aquí?- pregunto Liam cargando cada una de sus palabras con cierto odio.

-No tenía a donde ir- lo dijo lo bastante bajo como para que Harry no escuchara nada.- así que lo traje a casa.

-¿Y no se te ocurrió llevarlo a un hotel?-Liam no se molestaba en bajar la voz pero Louis le hizo un ademán de que bajara el tono.

-No Liam, el no sabe ni siquiera en donde esta.

-Louis no puedes ir por la calle recogiendo a todos los "necesitados" que encuentres en la calle.- Liam estaba molesto pero no por el hecho de que haya traído a alguien a dormir a su casa, sino de a quién había metido a su casa, ese chico le provocaba un temor increíble, una inseguridad que no podía explicar.

-Calla Liam, si te molesta, te puedes ir por donde llegaste- Las mejillas del castaño se calentaron por el coraje, y señaló la puerta, en señal de que Liam se fuera.

Liam lo miro, su mirada estaba cargada de frustración y enojo, dirigió su mirada al rizado que presenciaba la escena y lo fulminó con la mirada.

Camino hacia la puerta, donde aún se encontraba Harry.

-No se que te traes entre manos pero ten por seguro que lo averiguare solo una cosa alejate de Louis imbécil- salió de la casa azotando la puerta.

No podía creer que ese tipo estuviera en la casa de su castaño, tenía que averiguar quién y de donde era ese extraño, que ahora sabía que había dormido en la cama de Louis, cargado de coraje se subió a su auto, y empezó a conducir.

Harry.

Así que ese era su nombre "Louis".
Simplemente era perfecto.
La discusión había confundido al rizado, ¿quien era? ¿Porque se enojo tanto? ¿Odiaba a Harry?¿tenia algún motivo para odiarlo?.
A pesar de que ya lo había visto antes pareció como si fuera la primera vez.
Su enojo lo dejo aturdido.

Louis aún seguía en la cocina, se encaminó hacia Harry.

-¿Estas bien?- la voz de Louis estaba llena de culpa.

Harry sólo se limitó a asentir.

-¿Porque te grito así?- el timbre de voz de Harry era de un niño asustado.

-Creo que está Celoso- dijo soltando una risa.

-¿Es tu pareja?- pregunto, se le hizo un nudo en el estómago al pensar que así era, Harry bajo la mirada, casi escuchando un "si" de los labios del castaño.

-¿Que? Ja, claro que no, el solo es mi amigo- Louis levantó la cara del rizado por la barbilla obligándolo a mirarlo a los ojos- Creeme el no es mi pareja- ambos se miraron directamente a los ojos Louis aún tenía la mano en la barbilla de Harry, de pronto para ambos chicos, nada existía, todo lo que los rodeaba había desaparecido.
Sólo habían quedado Louis y Harry.
Harry no podía despegar los ojos de los ajenos, esos ojos le resultaban perfectos, jamás había visto algo tan hermoso.
Harry cerro los ojos, y después de un par de segundos sintió una ligera presión en sus labios.

Louis.

Al estar sus ojos conectados a los del rizado sintió una corriente eléctrica recorriendo todo su cuerpo.
Sintió que sus piernas de debilitaban y entonces vio como Harry cerraba sus ojos, contempló cada una de las facciones de su rostro.
No pudo controlar sus impulsos y colocó sus labios sobre los ajenos.
Colocó su mano izquierda en la cintura del rizado y la otra en su mejilla, sintiendo como Harry se estremecía bajo su contacto.
Louis entre abrió sus labios sintiendo como Harry lo imitaba entre abriendo sus labios.
Ambos labios se fundían en un dulce y profundo beso.
Harry colocó sus brazos alrededor del cuello de Louis y este lo atrajo más hacia el.
Ambos continuaron el beso, sintiendo como los músculos de ambos se relajaban.
Se detuvieron al mismo instante por la falta de aire entre ellos.
Louis miro al rizado que tenía la mirada en sus manos que entrelazó en su abdomen, una sonrisa asomaba de sus labios y un rojo carmesí cubría sus mejillas.

Louis lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
Se sentía tan bien, hacia mucho que no sentía tal satisfacción, para ser exactos desde que su madre había muerto.

Inmortals Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora