CAPITULO DIECISÉIS.

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Harry.

Vio como un auto se dirigía hacia el, pero no veía de quien se trataba, la tormenta no dejaba nada a la vista.
Todos y cada uno de sus rizos caían al rededor de su rostro, empapados por la tormenta.
Había estado toda la tarde en la plaza viendo a la gente pasar enfrente de el, que ni siquiera se había percatado de la hora.
Cuando el conductor bajo la ventana del auto para observarlos se encontró con esos ojos zafiro, esos ojos que no había podido olvidar, vio que el conductor apagaba el motor se su auto mientras se bajaba de este.
Harry se quedó inmóvil, no sabía si correr o quedarse ahí donde estaba, pero optó por la segunda opción.

-Hola, ¿estas perdido?- pregunto Louis intentando cubrirse la cara con las manos evitando que las gotas calleran en su cara.

Harry no dijo nada, la verdad era que si, estaba perdido y lo peor era que no sabía en donde estaba.
Louis lo miraba un poco confundido.

-Sube- dirigió su cabeza hacia su auto para que Harry subiera, pero Harry lo miro con cierto temor en su mirada- Anda, no te haré nada malo si eso es lo que piensas.- Louis lo tomo de la mano haciendo que Harry se estremeciera bajo su contacto, caminando hacia su carro Louis abrió la puerta del copiloto para que el rizado subiera.
Harry subió, así zafándose del agarre del ojo-azul.

Louis rodeo el auto así entrando por la puerta del piloto, sacudiendo su cabello castaño al cerrar la puerta.

-Ufff- Louis soltó un suspiro mientras encendía la calefacción para hacer que sus cuerpos recuperarán el calor que habían perdido gracias a la tormenta.

-Bien ehmmm....- hablo Louis, haciendo notar que no sabía su nombre del rizado.

-Harry- bajo su mirada en cuanto pronunció su nombre.

Louis sintió una gran ternura al ver la reacción del rizado, al pronunciar su nombre.

-Bien Harry, te llevaré a tu casa- Louis lo miro detenidamente viendo como sus rizos goteaban el agua de lluvia que habían absorbido- sólo hay un detalle, no se en donde vives- Louis se inclinó hacia la parte trasera de su auto, así atrayendo la atención del rizado, tomando una toalla que siempre llevaba en su auto y entregándosela para que se secara.
Harry, dudo en aceptar, pero terminó haciéndolo ya que sus rizos no dejaban de gotear.- ¿Crees que puedas decirme en donde vives?-

Harry no sabía en donde se encontraba la casa que compraría con Rixon así que sólo se limitó a mover la cabeza, así negando a la pregunta de Louis.
Harry seguía secando su rizos y Louis lo miraba, lo miraba, simplemente se veía hermoso, sus facciones eran perfectas.
Louis no podía dejar de admirar a aquel chico.

-¿Tienes algún lugar a donde ir?- quiso saber Louis.

Harry volvió a negar con la cabeza.

-Bien, entonces, ¿que te parece si hoy pasas la noche en mi casa?- de los labios de Louis había salido una sonrisa.

Harry abrió los ojos, mirando a los ajenos.

-Y antes de que respondas quiero decir que no está a discusión- volvió a hablar antes de que Harry dijera algo.

Louis se puso el cinturón de seguridad y Harry lo imitó.
Puso el motor en marcha, y salieron de aquella tormenta.
Harry se acomodó en el asiento del copiloto y pronto cayó dormido.
Louis se percató de que Harry ya estaba durmiendo y una sonrisa volvió a salir de sus labios.

Louis.

Condujo en silencio por varios minutos, hasta que aparcó enfrente de su casa.
La tormenta había cesado y Louis bajo de su auto, cerrando la puerta con sumo cuidado para no despertar al rizado.
Lleno sus pulmones de aire, sintiéndose tan bien.
Abrió la puerta del rizado, le quito el cinturón de seguridad, y sin pensarlo lo tomo en sus brazos para entrar con el en su casa, cerrando la puerta del auto con el pie, camino con el rizado en brazos, abrió la puerta de su casa con dificultad, y entro, subió las escaleras, entro en su habitación y colocó a Harry en su cama.
Se dirigió a su armario buscando una pijama que le pudiera quedar, la puso sobre la cama.
Su cara dibujo una sonrisa al ver al rizado en su cama, tan perfecto.
Sin pensarlo mucho le quito aquellas botas que traía puestas, dejando sus pies expuestos.

Louis le despojo de su ropa, pero lo hacía sin ningún acto que no fuera el de protección.
Le puso la pijama y lo cubrió el cuerpo frágil del rizado con las mantas de su cama.

Salió de su recamara con su pijama en una de sus manos y la ropa mojada de Harry en la otra así cerrando la puerta con cuidado para no despertarlo.
Fue directo al baño, se cambió la ropa mojada por la pijama seca y colocó ambas prendas en el lavamanos.

Salió del baño dirigiéndose al cuarto de lavado con la ropa de ambos, metiendo la ropa de Harry y la suya a la lavadora.

(...)

Después de haber lavado la ropa, se acomodó en el sillón, había tenido un día muy largo.
Pero había terminado bien después de todo.
Esos orbes jade hacían que todos sus problemas desaparecieran haciendo quedar solo el y Harry.
Ese nombre retumbaba en la cabeza.
Recordó cuando lo tomo de la mano para hacerlo entrar en el auto.
Una sensación había recorrido su espina dorsal, una sensación que nunca había experimentado, trato de ignorarla pero ahora era imposible ignorarla.
Se sentía tan bien consigo.

Cerro los ojos, así callendo en un profundo sueño, el cual hace mucho que no conciliaba a la perfección como ahora.

Inmortals Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora