LYLA.Me acerqué a oler las flores que hace unos minutos había recibido de Christoper, bastante lindas por cierto. Tomé el trozo de hoja entre mis dedos y cuidadosamente leí, las palabras escritas a mano con un bolígrafo azul tan diminutas que tuve que acercar a mi cara para leer con claridad.
“Si hay algo de lo que estoy mas que seguro es que no me gusta la distancia que hay entre nosotros, te quiero a mi lado. Espero que te gusten tanto como tú me gustas, bella”.
Y dentro de mi algo se emocionó, de que Christoper dejara su orgullo de lado pero no lo suficiente. Me pareció tierno y detallista de su parte,sin embargo no sentía como si el “amor de mi vida” me estuviese regalando unas coloridas flores, sentía como si nada. Fue entonces que mi subconsciente pensó, ¿Chris es mi amor? Yo lo adoro pero el caso era otro, amarlo, amarlo puramente.
Desde que Thomas Parker estuvo a mi lado había aprendido que nunca amaría a nadie que no fuera uno de mis hijos. Thiago y Tommy Parker, en ellos encontraba el amor verdadero pero sí, sentía que faltaba alguien. Que me enseñara que puedo olvidar al padre de mis niños, alguien a quien no durara tanto tiempo sin hablar. Chris tardó mucho sin hablarme o siquiera escribirme. Quizá Chris no es mi complemento, quizá no todos teníamos a “alguien”.—¡Mamá! —Tommy exclamó a mi lado, parecía tener unos segundos desde antes ahí.
—¿Sucede algo? —pregunte tomando las flores mientras encontraba un lugar donde ponerlas.
—¿Puedo ir a casa de Ian? Iremos a practicar fútbol en su casa...—mi pequeño fijó su vista en las flores y su ceño se fruncio —. ¿Son de Christoper? —cuestionó claramente disgustado.
—Sí. —sonreí de lado.
—Mamá —llamó mi atención, algo triste agregó —. No quiero que él te haga daño, ni a ti ni a mi hermano.
Atónita. No supe que hacer. Tommy, tan tierno y maduro como si fuera ya un hombre, incluso es mas maduro que algunos hombres de veinte años.
Dejé las flores en el suelo, me agache para tomar su delicada cara entre mis manos.
—Te amo pequeño —sincera hable, él asintió —. Nadie nos hará daño. Lo prometo.
Apegue mi cuerpo al de Tommy para sentir su cuerpo caliente con el mio, al soltarlo besé su frente.
—Yo también mamá.
Recogí las flores buscando un lugar. La mesita en la sala, la que esta en medio de los muebles parece perfecta.
—¿Ian? ¿te buscara quien?
—Su mamá, la señora Riley. La conoces mami —se sentó en el mueble grande y lo imite. Después de unos segundos recordé el rostro de la señora regordete y de su niño, Ian.
—¿A qué hora vendrás? No quiero que estés hasta tarde allá, Tommy.
—Un rato. ¡Por favor mami! Necesito que practiquemos par el próximo partido.
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A la Medida.
RomanceLyla fue abusada físicamente y psicológicamente por su esposo, Nicholas tuvo la peor infancia y un secreto escondido, Lyla tiene a dos niños encantadores por los que daría la vida, Nicholas comienza a querer a esos niños como si fuesen suyos, Lyla n...