Capítulo 19.

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LYLA.

No podía quitar esos ojos verdes de mi mente. Esa sonrisa tan dulce y hermosa, la forma en que su rostro brillaba al jugar con mis pequeños. Ese hombre en quien pienso no es Chris, es él... Nicholas Lowey. Odio aceptarlo y esto es muy incorrecto pero estaba confundida, cuando estaba con él era diferente a cuando Chris. Sentía que con Nick podía hablar tranquilamente e incluso no decirnos nada.

Chris caminó hasta el sofá de blanco y negro donde estaba sentada. En sus manos tiene dos copas de champán, con una sonrisa picara y traviesa. La salida al cine se suspendió y Chris decidió traerme a su casa.
Puedo afirmar que es bonita y limpia, espaciosa y con tantos cuartos.

—¿Pensabas en mi? —arqueó una ceja, sentándose a mi lado.

No lo creo.

—¿Qué celebramos? —cambie de tema, tomando la copa entre mis dedos.

—Que estoy a tu lado, bella —se acercó a mi despacio para besar mis labios lentamente. Fui yo quien me separé de él a los segundos —, eres mi todo Lyla. No me imaginaria una vida sin ti y...quiero proponerte algo.

Mi corazón comenzó a acelerarse. No sabia que decir o como mirarlo, mis manos estaban a punto de temblar. No era para menos, mi “hombre” me quiere proponer algo, ni siquiera sé si deba emocionarme.

—No sé que quieres decir, Chris.

—Quiero que vivamos juntos. —lo soltó de pronto,para después beber de su copa.

¿Qué? ¿que, qué? Él no lo está diciendo. ¡Dios mío! ¿qué debo responder?

Buscaba las palabras ideales que decir. No soy una niña, soy una mujer completa y hecha, con dos niños. Ya no sólo soy yo, son ellos...Thiago y Tommy por quienes debo pensar. No puedo remplazar a su papá, lo sé al igual que ellos necesitan a una figura paterna sin embargo no es fácil. Tommy y Chris no se llevan como antes y el que convivan juntos haría que “choquen” sus personalidades.

—Lyla.

Llamó algo diferente. Como si supiera lo que pienso, en que de seguro es una locura y no aceptaría. Intenté con todas mis fuerzas sonreír aunque salio fue una mueca, di un suspiro.

—Llevame a casa, por favor. Necesitó pensarlo Chris.

—¡No tienes porqué pensarlo! —levantó su voz dejandome atónita —. No bella, mira, te lo pongo fácil. Tú y los niños se vienen a vivir conmigo, mi casa es tu casa y tengo las habitaciones para los niños y no tendrás que pagar tanto dinero y, no vivirás con él.

Sabia a que o mas bien quien, se refería. Nicholas Lowey es tipo una amenaza para Christoper, realmente ellos no se caían bien. Locura, si Chris piensa en que yo tendría algo con Nicholas Lowey.

—¿Hablas de Nicholas? —dejé la copa de champán en la mesa de vidrio y acto seguido él hizo lo mismo.

—¡Sí! ¡por él! ¿acaso no notas como te mira? ¡qué se cree ese idiota! —de un golpe se levantó del sofá, encolerizado. Me levanto despacio para calmarlo —. Nadie puede ver la mujer de Christoper Duch, nadie. —apretó sus dientes.

Reí confundida. Con los sentimientos sueltos, sin saber que hacer ahora. Primero dice que Nicholas Lowey esta enamorado de mi, lo cual es falso y luego me reclama como suya. ¿Qué le sucede a los hombres hoy en día? A veces quisiera poder entenderlos así sea un cuarto.

—¿Disculpa? ¡ya va! —trato de calmarme para seguir hablando —, no Christoper. No soy tuya.

No hay algo en el mundo que odie mas a que me reclamen como suya. Thomas Parker lo hacia todos los días, ya no puedo permitirme ser de alguien completamente. Él decía que yo nunca me iría por ser de “él” que no podía siquiera salir sin su permiso.

A la Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora