Capítulo 27.

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LYLA.

Como cosa rara había despertado gracias a los ladridos del cachorro, al parecer sera mi nueva alarma. A través de la ventana entraba la luz del sol afirmando que no eran menos de las ocho de la mañana. Recordé que Chris vendría por nosotros después de las once, para ir a su casa a vivir y a preparar el almuerzo juntos.
Me estire para acto seguido levantarme y abrir la cortina, el día está soleado esperando por mi. Hoy nos iríamos y no sentía más que un hueco, si nos íbamos no tendríamos una conexión como la de antes con Nicholas, los niños lo adoraban ahora y extrañarían. Al contarle a los pequeños se disgustaron, Thiago comenzó a hacer pucheros y a sollozar por no querer irse mientras que Tommy se enfadó a tal punto de llamar “Idiota” a mi novio lo que causo una discusión que gané.

Tommy esta vestido listo. Una camisa de cuadros negros y rojos, un vaquero y sus tenis. Su cabello alborotado me recordó a Thomas. Le dedique una sonrisa a mi pequeño a lo que él me vio fijamente sin ninguna expresión.

—Buenos días. —camine hasta su lado, él me vio y se quedó estático sin decir nada —. Te ves muy guapo hoy, lamento lo de ayer Tommy.

—Lo entiendo mamá —me cortó —, ya lo supere. Estoy listo, yo te amo mucho y no quiero que sufras como con papá y él... Quiero que estés bien tú y mi hermano. —intentó decir algo, sabia algo pero calló. Sonrió de medio lado.

Me agache quedando a su altura. Lo abrace tan fuerte como podía, sintiendo su corazón latir con fuerza, mis lágrimas amenazaban con salir. Mi primogénito era así; tan maduro y siempre queriendo lo mejor para nosotros, tan serio y responsable. Un nudo apareció de pronto, sin permiso alguno.

—Te amo. Prometo que no sufriremos de ahora en adelante viviremos de otra forma, siempre sonrientes ¿vale? —mis ultimas palabras comenzaron a entrecortarse —. Despierta a Thiago, ¿quieres?

Tommy asintió, se alejó de mi y lo vi subir escalera arriba. Al desaparecer de mi vista frote mis ojos y estos picaron. El cachorro de Nick me ladraba a lo que le di una sonrisa.

—Me gustaría encontrar la forma de hacer que no derrames una sola lágrima.

—Nick —susurre por lo bajo con mi vista pérdida.

—Estoy aquí, cariño. —suspiró levantando mi barbilla para encontrarme con sus ojos verdes cálidos —. Escuche tu conversación con Tommy, creeme que estamos juntos y que te apoyaré en cualquier decisión que tomes, aunque me duela. Su felicidad ante que la mía.

Nicholas me miraba con esos ojos tan encantadores de ver, sentía que no había una salida, una escapatoria. Eran sus ojos, los que me dominaban y decían todo lo que necesitaba saber...que estaríamos bien.
No fue hasta que apareció mi hijo que me aparte de sus ojos, Thiago abrazaba las piernas de Nicholas.

—Hey. —saludó en un susurró sonriendole.

—¿Puedes decirle a mamá que nos quedemos? ¿sí? —el pequeño preguntó sin verme.

Él se agacho tomando sus hombros. Una sonrisa se mostró en mis labios.

—Mira, ahora tendrás una casa que de seguro sera hermosa y gigante, tendrías un cuarto gigante con consolas y quizá hasta tengan una piscina. Lo tendrán todo.

—¿Y tú, papá? ¿estarás con nosotros?

Él negó apretando su labio: —No, peque.

—Entonces no. Tú no estarás, eres el único que juega con nosotros...él no lo hace, ni siquiera nos quiere. Él sólo quiere a mamá.

Decidí aparecer en la conversación. Segura comenté.

—¡No! Chris los quiere mucho, sólo que él en ocasiones esta ocupado.

—¿No te veré nunca mas? —Thiago cubrió sus ojos con sus manos y su cuerpo temblaba —. No quiero perderte como a mi otro papá, te quiero papi Nick.

Nicholas lo apegó a él en un abrazo lo que parecía paternal. Mis ojos arden, un sentimiento que traía dolor se apoderó de mi. Era tan imposible mantenerme fuerte cuando acaba de suceder esto. Era obvio, mi pequeño extrañaba a su padre y no me causaba impresión, Thomas en su tiempo fue un buen padre.
Por mi propio bien me aleje de ellos inundandome de pensamientos cuando estaba con el padre de mis hijos, ese hombre que tenia un arete en una oreja y el cual mi familia decía que era malo;y tuvieron razón, a fin de cuentas.

—¡Lyla! Es Thiago, está dando pasos. —corrió hasta mi Thomas,riendo como un niño.

—Ven con mamá, pequeño. —dije llena de felicidad, agachada con los brazos estirados.

¡Tío Tayron! —gritó Tommy, haciéndonos voltear a todos.

Levanté a Thiago mientras Thomas levantó a Tommy. Mi esposo está sonriente al ver a su hermano. Pero, atrás de él venían los amigos de Thomas, con latas de cerveza en sus manos. Él iría a beber y me dejaría sola.

—¿Te iras?

—Sí amor. Tayron se va mañana a jugar en el mundial y quien sabe Dios cuando regresa, iremos por unos tragos y regresare temprano para dormir a nuestros niños, ¿vale?

Asentí segura de que no llegaría ante de las dos de la mañana.

Cuídate.

—Te amo...los amo, sólo sera ésta última vez. Les demostraré que puedo cambiar.

Besó las frente de los pequeños y mis labios.

—Confío en ti, Thomas.

Ese fue mi peor error. Confiar en las mismas palabras que siempre prometía.

***

—¿Listos para irnos,bella? —Chris preguntó tomando mi mano.

No lo sabia. Quizás no estoy lista, no quería dejar esta casa que nos acogió cuando no teníamos nada. No quería dejar a amiguito y a Nicholas Lowey, no estaba segura y otra vez tení un presentimiento de que esto esta mal pero aun así le sonreí a Christoper y con la cabeza en alto y segura respondí.

Estamos listos.

A la Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora