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Catherine Baker.

—Catherine amor, despierta.

Abrí un poco mis ojos y era Tyler.

—Ya llegamos. — dijo.

Asenti y mi levante, ya habíamos llegado a Ámsterdam. Como lo había dicho Martijn me trajo a Ámsterdam, pero el no sabía que venía con Tyler, en fin. El ahora es mi novio (nuevamente) y tengo que darle a entender que lo quiero a él y no a Martijn.

Después de unos minutos bajamos los tres del avión, Tyler llevaba a un dormido Maty en sus brazos. Después de eso tomamos un taxi y nos fuimos directo a la casa que Tyler tenía aquí.

—Hogar dulce hogar. — dije entrando a la casa.

—Este no es nuestro Hogar Caty, nuestro hogar esta en Alemania nena.

—No, no es así. — respondí. — para mi, mi hogar esta donde están mis dos chicos favoritos.

—¿Ah si? ¿Quienes son los afortunados?

—Maty y tu bobito. — hablo para luego besar sus labios.

Tyler río y nos fuimos a las habitaciones para acomodar todo, estaríamos aquí una semana.

Martijn Garritsen.

¿Ya llegaste?

Si, estoy aquí en (imaginen una dirección)

Okey, iré a recogerlos para que vayamos a casa de mis padres.

Okey.

Guarde el teléfono en mi bolso y busque rápidamente algo de ropa para ponerle a Maty, después de eso con ayuda de Tyler lo vestí. Alguien toca el timbre y se que es Martijn.

Tyler me ayuda a salir con el bolso de Maty y al Martijn verme junto a Tyler la sonrisa que traía se le borro.

—¿El viene con nosotros? — pregunto el rubio con algo de molestia.

—No. — respondí a secas.

El holandés asintió y Tyler le entrego el bolso del bebé a Martijn este lo tomo y luego me beso rápidamente los labios en las narices de Martijn, dándole a entender que (nuevamente) era de él.

El rubio tosió falsamente y me separe de Tyler.

—Te tengo una sorpresa preparada en la noche. — susurro Tyler en mi oído.

—Ya quiero saber que es. — le respondí con una sonrisa.

Martijn ya se encontraba en el auto y camine hacia este con Maty en mis brazos, subí en la parte trasera del auto y luego cerré la puerta.

Martijn comenzó a conducir y de vez en cuando me miraba por el retrovisor.

—Es hermoso. — dijo cuando se detuvo por una señal en rojo.

Se refería a Mathias.

—Si, es hermoso. Se parece a ti. — dije mirando a mi bebé dormido.

Martijn sonrió.

—Ya tenemos a nuestro pequeño príncipe. — dijo mientras me acordaba de aquellas palabras que habíamos dicho cuando llego Kate.

Forbidden Voices |Martin Garrix| #FV1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora