El Inicio De Una Pesadilla

209 21 10
                                    

~ Capítulo Tres ~


Mamá había estado conduciendo lentamente por las calles de la zona sur de la ciudad, mientra buscabamos la dirección que Vincent me había enviado el día de ayer. Yo le iba indicando cada calle, y mi mirada se mantenía fija en la pantalla del móvil en mis manos, quien nos guiaba direccionalmente gracias al sistema GPS integrado.

—Ahora dobla a la izquierda —le pedí a mamá. Ella sólo asintió, extrañamente, permanecía en silencio.

No había dicho ni una sola palabra desde que habíamos salido de casa. El único ruido que rompía nuestra atmósfera de silencio era la radio, sintonizada en una estación de música romántica y un tanto deprimente; últimamente mamá solía escuchar mucha música de ese estilo.

Después de unos diez minutos; en los que íbamos observando con atención cada número que identificaba cada una de las propiedades, dimos con aquel que era de la vivienda de Vincent.

—Aquí es. —Le digo a mamá al ver el número en la puerta.

8965. La verdad es que a primera vista la casa me llamó bastante la atención por su color, pues, las otras viviendas tenían colores llamativos mientras que la de él, era de color blanco. También, tenía amplios ventanales y barrotes de color gris y un alto árbol se centraba a las afueras. La casa de Vincent era sencilla y linda, como él.

Mi madre apagó el motor del auto, puedo sentir su mirada analizadora al verme coger mis cosas. Me regalará una advertencia. ¡Claro! estaba esperando precisamente éste momento para querer entablar una conversación, que yo, claramente, sabía bien de qué trataría.

—Angie, recuerda que las cosas deben ser lentas. Ambos son adolescentes y... —mis ojos se abren con cierta indignación.

—Ah no, por favor, no sigas con eso. —Le pido un tanto fastidiada al bajar del auto.

De verdad que ya me siento acosada por ella. Casi ajena. A veces siento como si mi propia progenitora no me conociera. Sé que mamá sólo busca cuidarme. Conozco bastante bien la historia por boca de mis padres diciendo una y otra vez lo difícil que es ser padres adolescentes ya que ellos mismo lo vivieron. Donde cada vez que lo hablan intentan justificar, quizás, el verdadero deseo de llamarme: "el error más preciado". Sé que ambos me quieren, de eso no me cabe duda, es sólo que a veces, no puedo evitar pensar si solo tomaron la decisión de casarse por el desliz que ambos adolescentes y descuidados cometieron.

—Me llamas para venir por ti —alza la voz pero ya no le hago caso.

Suspiro cansadamente al verla ahí, sin intenciones de encender el motor hasta que me vea entrar a la casa de los Millar. Toco el timbre molesta. Yo amo a mi madre, lo hago con el alma pero hay veces, como hoy, en las que no logro ni siquiera tolerarla.

—¡Angie! —dice una simpática mujer al abrirme la puerta.

—Hola... —pestañeo un par de veces y luego saludo un poco avergonzada.

—Vins dijo que eras puntual pero no creí que tanto. —Comenta al ver la hora que marcaba el reloj en su muñeca.

Iba a responder pero justo en ese momento, mi madre, una completa desubicada, tocó la bocina en repetidas ocasiones, avisando así que se marchaba.

Las Tontas También AprendenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora