Capítulo 7

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Seis años después

Crecemos juntos.
Aunque Bruno va a un colegio diferente, más bien una academia de chicos, seguimos viéndonos. Pero a medida que íbamos creciendo nos íbamos separando, y ya no nos veíamos tan seguido. En el último año sin embargo Bruno se convirtió en un chico alto y a veces un poco molesto, tiende a hacerme bromas constantemente. Mi hermano y él me han hecho varias maldades en últimos seis años, pero aún así no puedo dejar de reír ante todos los recuerdos que ambos venimos acumulando los últimos seis años.
Estamos en vacaciones, todos los veranos en el  viñedo es un lugar impresionante, pero hay algo sobre esta época que solo acentúa su belleza. El paisaje se va tornando de otro color, como si el cielo y la tierra estén pintados de acuarela todos los días.
Los trabajadores se agrupan en grandes montones y así empieza la recolección de uvas, la Vendimia.
Estoy recostada cerca de la piscina leyendo un libro. Jasmine está dentro de la piscina nadando y me sonríe desde ahí. Es muy parecida a mí cuando tenía esa edad aunque ella es mucho más risueña de lo que yo jamás fui, el verano casi llega a su final y ambas nos gusta pasar casi todo el día en la piscina o recostadas viendo películas. Eva, la mujer que trabaja con nosotros dentro de la casa, se acerca con una bandeja y me sonríe, mostrándome las arrugas que contornean su rostro, yo le sonrío de vuelta y le pregunto dónde está mi mamá.
- Está en la oficina- contesta ella con la expresión que siempre tiene cuando mi mamá está excediéndose con el trabajo.
Mamá empezó a trabajar de nuevo, aunque las oficinas están en la parte de atrás del viñedo, no la vemos tan seguido como antes, y todos tenemos un momento difícil con ello, en especial Jasmine y yo, estamos tan acostumbradas a tener a nuestra madre todo el tiempo que el proceso de dejarla ir no ha sido fácil para ninguna de las dos. Yo asiento y veo como Eva se aleja, dejándonos un vaso de jugo a cada una. Vuelvo a mi distopia juvenil hasta que mi papá se para frente a nosotras tapando la mitad del sol con su figura.
- Cariño no estén tanto tiempo bajo el sol, van a quemarse- dice negando con la cabeza.
- Llevamos protector solar- digo encogiéndome de hombros.
- No es suficiente, además ¿Qué es lo que traes puesto?- pregunta frunciéndome el ceño.
- Un traje de baño- digo sonriéndole mostrándole todos mis dientes en el proceso. Mi papá podría ser el padre más protector que existe y me temo que va empeorando con el tiempo, ahora que ya no soy una niña está cada vez más asustado.
- Ajá- dice mirándome exceptico- Vayan las dos a vestirse y las espero en la cocina. Mamá no tarda en venir a comer.
Me envuelvo con la toalla y espero que Jasmine salga de la piscina, la tomo de la mano y ambas caminamos hasta la casa.
La parte de arriba de la casa se divide en dos. Jasmine y mis padres tienen sus cuartos de un lado y Lucas y yo al otro extremo. Me doy una ducha rápida y me pongo unos jeans cortos y una camiseta grande.
Bajo las escaleras de dos en dos y Jasmine esta sentada en el ultimo escalón, me acerco hasta ella la abrazo por detrás y le hago cosquillas, ella empieza a reír y retorcerse para que la suelte.
-Basta, por favor- pide riéndose tan fuerte que las lágrimas empiezan a caer.
Yo la suelto y le doy un beso sonoro en la mejilla, ella apenas puede respirar y sigue teniendo los ojos llorosos de tanto reír.
Caminamos juntas hasta el comedor mientras ella me abraza por la cintura. Eva está sirviendo carne asada y papas por lo que puedo ver. Lucas y mamá entran por la puerta de atrás y mi mamá  se da un beso con mi papá. Yo sonrío y Jasmine pone cara de asco. Nos sentamos todos en la mesa.
- ¿Te enteraste?- me pregunta Lucas
- ¿De qué?- digo cortando la carne asada y untándole salsa.
- Bruno ya está en su casa- dice sonriendo como si fuera la mejor noticia del mundo.
Me sorprendo. No vimos a Bruno este verano porque fue de vacaciones a casa de su tía, tenía entendido que volvería después de haberse iniciado las clases.
- No lo sabía- digo tratando de evitar el tema.
- Hablé con él hoy, su papá estaba en los establos y me ha contado que estaba en su casa. Fui a verlo, y me contó que este año irá a nuestro instituto. ¿Es genial verdad?
Yo me quedo muy quieta, y contento la respiración, intentando con todas mis fuerzas no perder el control. Hay cosas que pasan en el Instituto, cosas que no quiero que nadie sepa, y si él va estoy segura que lo hará. A Bruno no se le puede ocultar nada.
- Genial- digo, y procuro una sonrisa
En el fondo estoy armando un plan, algo que evite que Bruno se entere de lo que sucede,  de cómo me tratan. Lo he ocultado de mi familia desde que empezó, hasta pude ocultarlo de Lucas, aunque vamos al mismo instituto, el está en otro edificio y solo este año estaremos en el mismo. Pero tengo miedo, no solo de que este año continúe sino también de Bruno y lo que pueda pasar.

En la tarde, estoy cepillando a Gaby en las caballerizas, hasta que unos brazos me envuelven y me levantan del suelo.
- ¿Mi nerd favorita me ha extrañado?- pregunta justo en mi oído.
Bruno.
Me pone de nuevo en el suelo y yo me doy vuelta, pongo los brazos en su cuello y lo abrazo. El me abraza de vuelta y me levanta unos centímetros del suelo. Cuando me suelta le doy un golpe en el pecho.
- Te odio, no me enviaste un solo whatsapp. Y TE FUISTE TRES MESES- grito.
- Mi teléfono murió el segundo día. Mis primos me arrojaron a la piscina y yo lo llevaba encima- dice encogiéndose de hombros.
- ¿Mail?- pregunto levantando una ceja.
- No había wi-fi- dice todavía sonriendo, ambos sabemos que es una mentira.
- Ajá- digo cruzando mis brazos
- Vamos, no te enojes- dice, intentando aflojar el ceño en mi frente- ¿Te has enterado? Mi último año lo terminaré en tu instituto. ¿Estás feliz Calabaza?
- Sí, es genial- le digo. Pero sé que lo nota. El cambio de mi voz y mi actitud. Dios ¿por qué no me has dado mejores aptitudes actorales?
- Hey, ¿qué pasa? Te prometo que ahí no voy a molestarte. Seré todo un caballero.
- Tu no podrías ser un caballero aunque murieras en el intento- digo tratando de aliviar el ambiente.
- Culpable- dice él sonriendo. Y yo también lo hago, y el mete el dedo índice en mi hoyuelo.
- ¡Hey!- digo golpeando su mano fuera de mí.
- ¿Sabes que es una deformidad verdad Calabaza?- pregunta riéndose muy fuerte.
Trato de golpearlo y el empieza a correr y yo, en un intento fallido también corro tras él. De pronto se detiene y choco contra él, me toma en brazos, me carga en su hombro y empieza a correr de nuevo. Estoy gritando y riendo. Y el también, y solo por este momento no me preocupa que en unos días puede que él lo descubra todo.

La verdad sobre Emily  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora