Capítulo 34

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- No hagan una gran cosa sobre esto- pido mirando a todos. Pero ninguno de ellos asiente o dice algo en respuesta.
- ¿Por qué está aquí?- se atreve a preguntar mi mamá.
Suspiro y las mentiras empiezan a salir fácilmente de mis labios.
- La encontré en la calle ayer- hablo rápidamente- Y ella había perdido sus llaves y no queríamos despertar a Mario entonces la traje.
- Suena lógico- dice mi papá frunciendo el ceño hacia mi- Ya que eres su amiga y todo.
Pego los labios juntos. Pero todos se alejan poco convencidos de mi explicación.
- Eres un mar de mentiras mi niña- dice mi mamá antes de alejarse.
Suspiro y vuelvo a entrar a la habitación. Tamara ya está sentada en la cama, con el pelo como escoba y los ojos hinchados.
- ¿Qué les dijiste a tus padres?- pregunta
- Que tuvimos sexo alocado anoche- contesto entrando al baño.
Cuando salgo ella se ha sentado en la cama y el traidor de mi perro está con las patas en el aire mientras ella le acaricia el estómago.
- Tu perro apesta- dice. Pero no parece importarle porque continua acariciándolo. Loki saca la lengua por un costado de su boca con completa felicidad canina.
- Voy a llevarlo con Bruno- digo colocándome unas deportivas.
- ¿Escuchaste eso bonito?- dice rascándole el estómago más rápido- Tu mami va usarte de excusa para tener sexo con tu papi ¿No es ella una golfa? Lo es verdad bonito, sí si lo es- sigue diciendo.
- Deja decirle eso- protesto.
- Pero es la verdad- dice encogiéndose de hombros- No vas a decirme que solo irás para robarle unos besos tras las cortinas.
Yo miro a otro lado, eso era precisamente lo que planeaba hacer.
Tamara se levanta de la cama con un chillido.
- Nunca te acostaste con el- dice y luego empieza a reír, hasta que brutalmente se queda en silencio- Por Dios eres virgen- dice
- No, no lo soy.
- ¿Bruno es virgen?- pregunta
- No, bueno no creo que lo sea.
- Yo tampoco. Está demasiado bueno para serlo- dice mirando a lo lejos.
Eso me molesta.
- Todavía puedo llamar a tu novio- digo y ella me mira.
- ¿Qué demonios estás esperando?
- No lo sé- digo- La verdad es que el todavía tiene novia.
- Eres una tonta- dice negando con la cabeza- Ahora vete, no quiero verte aquí.
- Es mi casa- digo frunciendo el ceño.
- No me importa- dice encerrándose en el baño.
- Vamos Loki- digo. El se pone en cuatro patas al instante y lidera al camino a la puerta. Omitiendo el desayuno me subo al coche con Loki sentado junto a mi y voy hasta la clínica.
Esta está en la ciudad y desde la última vez que vine ha cambiado bastante, es más grande y más moderna.
Le coloco a Loki su correa y caminamos hasta la sala de espera. Una bonita chica de pelo negro y ojos color miel me saluda.
- Loki- dice y el pequeño mueve la cola hacia ella.
- ¿Lo conoces?- pregunto.
- Sí, lo he atendido antes. Es un perro muy inteligente.
- Gracias. Estamos aquí para ver a Bruno- digo. Ella asiente y me mira fijamente.
- El está con pequeño ahora pero volverá en unos minutos- dice
- Está bien, no me molesta esperar- digo.
- ¿Eres Emily, verdad?- pregunta. Yo asiento y ella sonríe.
- Eres muy bonita- dice con una sonrisa. Me sonrojo.
- Gracias- digo y sonrío.
Voy a preguntarle quien es ella cuando alguien toca la bocina.
- Es mi taxi- dice sonriendo- Voy asistir el parto de una yegua- dice y casi puedo sentir su emoción- Me alegra haberte conocido Emily.
Yo asiento con la cabeza y veo como se va. Ha sido una conversación extraña.
Unos minutos después la puerta que da a la parte de atrás se abre.
- Emily- dice sorprendido de verme.
Sonrío y me acerco a el.
- Sorpresa- digo robándole un beso. El sonríe radiante.
- Estás preciosa- dice pícaro.
- Traje a este para un baño- digo señalando a Loki- Apesta horrible.
El asiente y toma la correa y luego lo lleva a la parte de atrás. Cuando vuelve me toma de la mano y caminamos hasta un pequeño apartado.
- Es una especie de oficina- dice cuando entramos. Yo asiento tomando conciencia del lugar. Es blanco, impoluto y ordenado. Hay archivadores en una pared y un pequeño escritorio en una esquina. Me acerco y veo una foto de cuando teníamos dieciséis. Sonrío y la levanto hacia el.
- ¿Qué quieres que te diga Calabaza? soy un loco enamorado.
Yo sonrío y enrosco mis manos en su cuello.
- Eres precioso- digo dándole un beso.
Me acerco a otra repisa donde hay medallas, honores encuadrados y unas cuantas fotos.
- He visto a esta chica hoy- digo señalándola. El me toma de la cintura y ve de quien hablo.
- Esa es Carla- dice el.
Me giro para enfrentarlo.
- Ya le hablé sobre ti- dice volviendo agarrar mi cintura- Y como te dije, ella lo estaba esperando.
- Me reconoció- digo mirando la foto de nuevo- Fue muy amable.
- Es una buena chica- contesta el.
- ¿Ya eres un hombre libre?- digo volviendo a colocar mi manos en su cuello.
- No, no lo soy- dice el solemne. Frunzo el ceño- Ahora soy tuyo- dice con una sonrisa.
- Eres un tonto- digo estirando su cabello.
- Te encanta- contesta.
- Me encantas- digo sonriéndole.





La verdad sobre Emily  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora