Capítulo 25

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Estoy desorientada.
Tengo la garganta seca.
Y frío, mucho frío.
- ¿Estás bien?- escucho. Es mi mamá
Abro los ojos aunque los siento pesados.
- Sí- contesto. Mi mamá abarca toda mi visión, está acariciándome suavemente la cara, me siento como ida, como si no estuviera en este lugar, en ningún lugar para el caso.
-Tengo sed- digo. Ella se aleja y puedo tomar conciencia de mi entorno. El hospital, por supuesto no me sorprende. Doy gracias a dios por el sedante que estoy segura que ahora circula por mis venas, pero en mi mente todavía sigue el recuerdo del dolor, y por supuesto el pánico. Ser atravesada por una bala es sin duda una de las peores experiencias de mi vida, el momento exacto en el que siento el impacto derribarme y luego el calor abrazador, como si estuvieran quemándome con fuego. La bala me dio justo en el muslo derecho, según el médico salió limpiamente, lo que sea que eso signifique. Pero como sea, sobreviví. Lo que en realidad me preocupa, el enorme elefante rosa que hago todo lo posible por evitar. He incluso en sueños las imágenes se repiten constantemente en mi cabeza.
La hija de Mario, que según él había muerto en un incendio, es Tamara.
Es tan asquerosamente retorcido que me da náuseas.
- Ten- dice mi mamá tendiéndome el vaso con agua. Tomo algunos sorbos, y luego ella retira el vaso y lo acomoda en la mesita.
- ¿Podemos apagar el aire acondicionado?- pregunto. Siento frío hasta en los huesos.
- Por supuesto- dice levantándose de nuevo
- Siento todo el drama de los últimos días, parece mi culpa.
- Rezo todos los días para que este por fin sea el final- dice mi mamá, se vuelve a ubicar junto a la cama y me mira.
- ¿Qué?- pregunto
- Es muy difícil engañar a las madres- dice. Yo pongo los ojos en blanco y suspiro.
- Sabía que algo te estaba pasado Emily, y ahora sé que esa niña es la responsable.
- Mamá...
- No me mientas, vi las señales pero me decía a mí misma que estaba equivocada. Que esa clase de cosas nunca podrían pasarle a mi hija.- está al borde de las lágrimas de nuevo y me frustra, porque necesito que este sea el final, necesito que acabe.
- Ya no te preocupes por eso mamá, ya terminó
- Pero necesito saber- dice agobiada- Necesito que me cuentes todo.
- ¿Para qué mamá, para culparte? No lo voy hacer, sé que hasta ahora te culpas por el secuestro, no voy a dejar que te culpes también por esto. No es justo.
- Cuéntamelo Emily, no quiero que te lo guardes.
- Está loca mamá. Nunca supe porqué me odiaba tanto, pero empezó antes del primer año. Hizo cosas horribles, no solo conmigo. También con Jessica y Jared, incluso con Lanie. Me ha golpeado, me ha encerrado en el baño y en otros lugares muchas veces, he hizo que Jessica me cortara el pelo. No puedo creer que sea hija de Mario porque es un monstruo mamá.
Siento el calor de mis lágrimas abrazarme las mejillas y mi mamá me las limpia suavemente.
- Siento mucho lo que te hizo Emily- dice mamá en voz baja.
- Yo también lo siento- dice Mario, levanto la vista justo para ver como se cierra la puerta.
No. No. No. No.
- Mamá- digo en desesperación
Pero ella entiende mi mensaje y rápidamente se levanta y corre tras Mario. Lo último que necesitaba era esto, si por mi fuera Mario nunca descubriría nada, no me puedo permitir una brecha más grande entre ellos de la que ya hay.
Mamá vuelve un poco después pero por su expresión sé que no ha conseguido nada.
- Ha sido demasiado rápido, Emily-
Yo me sostengo la cabeza con las manos y suspiro.
- El no necesitaba saber todo esto, mamá-
- Lo sé- contesta ella.
Ni siquiera puedo pensar en que hacer, odio a esa chica demasiado, no me preocupa lo que suceda con ella. Pero Mario es un padre más para mí, y sé que encontrará la manera de culparse por esto.
Hasta ahora no entiendo la manera en la que sucedió, como es posible que Tamara sea su hija, y cuando más tiempo le doy vueltas al asunto menos sentido le encuentro. Pero todas las respuestas apuntan a Acevedo. ¿Es que ese tipo no dejará de fastidiarnos incluso estando muerto?
- Jenny, tenemos que hablar sobre ese muchacho de Jon- dice mi papá entrando a la habitación- Ha estado sentado afuera como 18 horas. ¿No acordamos con Emily que no puede tener novio hasta los 20?
- Tu acordaste eso- digo.
- Emily- dice finalmente viéndome- ¿Te sientes bien cielo?
- Perfectamente- digo acomodando las sábanas a mi alrededor- La morfina es maravillosa papi.
- Muy graciosa- dice sentándose al borde de la cama- Tu tío te envía saludos, dice que estará en casa muy pronto.
- Genial, ya se había tardado en volver.
- Hablemos del muchacho ahora- dice papá
- No la molestes- le pide mamá
- Tienes razón Jenny, no hay nada de que hablar. Porque no hay ningún novio ¿cierto Emily?
- Papá...
- Jenny, habla con tu hija- dice papá levantándose- Yo iré a traer a ese muchacho.
-Papá- vuelvo a decir pero el ya está fuera de la habitación- Mamá no dejes que papá se comporte como un ogro.
- No creo que pueda cielo- se acomoda al pie de la cama- ¿De verdad es tu novio? Siempre los imaginé juntos, son perfectos y el hecho de que siempre esta cuidándote. Algún día tendrán hermosos hijos- dice entusiasmada aunque su cara cambia de repente.- No hemos hablado de cuidados Emily ¿sabes que hacer para prevenir un embarazo?
- Embarazo- gruñe papá sosteniendo el cuello de Bruno mientras lo mete a la habitación.
- Emily- dice Bruno acercándose. Me toma de la mano y cuando está apunto de darme un beso papá lo estira de la camisa alejándolo- Es todo el contacto que tendrás chico, o te corto la mano.
- Mamá...- digo pidiéndole con los ojos que se lo lleve.
- Vamos- dice mamá tomándolo del brazo
Con un poco de protesta papá se deja llevar y la puerta se cierra tras ellos.
- Estás bien- dice Bruno, aunque el tono de pregunta está claro.
- Lo estoy- digo
- Para ser solo una chica, los problemas te persiguen Calabaza.
- De verdad espero que este sea el último- digo. El se apoya en la cama y me besa suavemente para luego alejarse.
- Nunca vi a tu papá así- dice
- Es un hombre celoso- digo sonriendo
- Cuéntame qué sucedió Calabaza, no puedo creer la cantidad de secretos que hay a tu alrededor, es igual a la cantidad de problemas.
- Casi- digo, intentando sonreír- Tamara es hija de Mario
- ¿Disculpa? ¿Cómo es eso siquiera posible?
- Créeme, cuando más pienso en ello más loco se vuelve.
- Ella lo sabía.
-¿qué?
- Por eso hizo todo lo que hizo, ella sabía que Mario es su papá
Tiene razón pienso, no hay otra explicación.
- Cuando llegó, me dijo que yo era la culpable de la muerte de Acevedo. De alguna forma él también tiene que ver en esto.
- Sea lo que sea, lo solucionarán ellos Emily.- se mete una mano en el bolsillo y saca un paquete de chocolates- No sé si puedes comerlos pero te los traje de igual manera.
- Gracias- digo tomándolos e inmediatamente abriendo uno de ellos.
- Si mueres, no fui el responsable Calabaza.
- Es la única razón por la que estoy contigo Bruno, por los chocolates.
El me hace caras y yo empiezo a reír hasta que él se me une.
- ¿Cuándo te dan el alta?- pregunta- Estoy cuidando a Loki yo solo, soy muy joven para ser padre soltero.
- ¿Loki? No estoy segura de querer que se llame así.
- Tarde- dice él- Ya reconoce su nombre, aunque no estoy seguro de que reconozca a su dueña- dice mirándome con las cejas levantadas
- Creo que me voy en unos días más, déjame disfrutar de estos momentos sin hacer nada, me traen comida. Una enferma me ayuda a ir al baño y mi novio trafica chocolates para mí, es básicamente el paraíso.
- Me pone cuando dices que soy tu novio, Calabaza- murmura con voz ronca
Yo empiezo a reír y lo golpeo en el hombro.
- Lanie ha venido cuando estabas dormida, y también ese odioso chico Jared.
- Bruno- digo en voz baja
- ¿Qué?
- Acércate- digo- quiero contarte un secreto
El se acerca un poco pero le estiro de la camisa hasta que tengo su oído a la altura de mi boca.
- Me pones cuando estás celoso- murmuro con voz ronca
- Eres una provocadora Calabaza- dice alejándose y riendo- Pero ya verás cuándo salgas de aquí.

Me quedo sola en la noche, aunque mis padres insistieron mucho en que por lo menos uno de ellos se quedara conmigo, insistí en que ambos tuvieran una noche en su propia cama, estoy segura que no se han separado de mí en todo este tiempo. Estoy escribiéndole mensajes a Bruno cuando la puerta se abre.
No por favor.
- ¿Qué haces aquí?- pregunto
- Pasaba a ver como estabas- dice con voz suave. Se sienta junto a mi cama y pone su mano sobre la mía, pero la retiro rápidamente- ¿No te alegra verme aquí, Emily?
- No deberías estar aquí Tamara- digo
- No me importa- dice fríamente- La verdad es que he venido a advertirte. Si me arruinas esto, ni siquiera imaginas lo que te haré.
-¿De que hablas?
- Aléjate de mí, de mi papá
- Tamara no sé si...
- Vas hacerlo. ¿Crees que no te hubiera disparado? La próxima te mato-toma mi brazo y lo aprieta tanto que duele- No volverás arruinar mi vida ¿Entiendes?
Sale de la habitación y cierra la puerta suavemente.

La verdad sobre Emily  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora