Capítulo 32

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Los días van pasando y mi estado de ánimo no hace más que menguar.
He pasado de estar pletórica por la reacción de Bruno a sentirme como una perra por hacerlo.
El tiene novia.
¿Cuándo es correcto o incorrecto luchar por lo que se quiere?
No sé qué hacer y eso me tiene tan confundida que en ocasiones me produce jaqueca.
Desde que nos encontramos en el baño nos hemos visto un par de veces, pero en público. Sin embargo no dejado de notar el cambio en él, su mirada, sus gestos y poses se han vuelto seguras y propias de un hombre confiado. Pero todo lo demás sigue igual, es protector y amable y me hace sonreír sin siquiera intentarlo.
En este momento el está atendiendo a los caballos y como la loca acosadora en la que me he convertido,estoy viéndolo desde mi oficina con binoculares.
¿De dónde han salido esos brazos? Me pregunto. De seguro va al gimnasio o algo parecido.
- ¿Emily, qué estás haciendo?- pregunta mi hermano detrás de mí.
Grito y suelto los binoculares en un vago intento de ocultarlos.
- Nada- digo volviéndome a sentar frente a mi escritorio.
El levanta una ceja divertido.
- Creo que simplemente deberías decírselo. Aunque si no se ha dado cuenta después de todo eso- dice señalando a los binoculares mal escondidos.- Es que está ciego.
Me tomo la cabeza entre las manos y suspiro.
- No es tan sencillo- digo
- ¿Por qué no, por Carla?- pregunta.
Asiento. Nunca la he visto y tengo una curiosidad malsana por conocerla.
- No te preocupes por ellos juntos, Emily. No es tan serio como crees- Lucas mira hacia la ventana donde Bruno está trabajando-  Si le dices la verdad a Bruno dejarás de actuar como loca, sea lo que sea te quitarás un peso de encima.
- El me dijo que la amaba. Eso es algo serio.
- Deberías saber, que hay muchas clases de amor. Está el que sientes por una persona a quien admiras y el que no se va incluso con el tiempo.
- Eso es profundo- digo mirando a mi hermano como si fuera un persona distinta.
El se encoge de hombros.
- Siempre he querido preguntarte, qué sucede con Lanie- digo
- Es un amor que no se va con el tiempo- admite- Por mucho que lo intente.
- ¿Entonces, por qué no haces algo?- pregunto confundida.
- Nosotros nos hemos lastimado tanto. Yo la he lastimado tanto. Que ahora tengo tanto miedo de no ser lo que ella quiere.- dice con una pena tan  intensa que me dan ganas de llorar.
- Deberías hablar con ella. Como ahora mismo- digo
- En realidad he venido a buscarla, no la he visto en todo el día- me sorprendo y levanto la vista al reloj que está ubicado en mi escritorio. Son las diez treinta.
Ambos somos conscientes de que algo está mal solo por ese pequeño detalle. En un suspiro, Lucas y yo corremos a la casa. Puede ser solo una tontería, pero no tengo un buen presentimiento sobre esto.
Lanie suele traer a los niños para que la sobrina de Eva los cuide mientras ella trabaja, es lo primero que vamos a comprobar, si los niños se encuentran con ella.
Y para consternación de ambos, Henry y Alex están jugando en el suelo.
-¡Tía!- grita Henry apenas me ve entrar para luego lanzarse a mis piernas.
- ¿Cómo estás pequeño?- pregunto levantándolo del suelo.
-Estoy armando castillos con bloques- dice señalando al suelo. Yo asiento y veo como Alex sube a los brazos de mi hermano que parece muy cómodo.
Le tiende un puño cerrado a Henry quien lo choca y ambos hacen un sonido de explosión. Sonrío al ver la tierna imagen.
- ¿Dónde está tu mamá campeón?- le pregunta a Henry.
El se encoge de hombros.
- Dijo que tenía que buscar sus cosas de nuestra vieja casa- dice
Lucas y yo compartimos una mirada.
- Voy a venir a comer con ustedes después cariño- digo dejando a Henry en el suelo. El asiente solemne y cuando Lucas baja a su hermano le toma de la mano.
Ambos nos alejamos de la casa y vamos directo al coche.
- Intenta con su teléfono- le digo a Lucas.
- Ya lo hice varias veces, está apagado- dice frustrado.
Ese barrio es un lugar horrible no quiero ni siquiera pensar en qué sucedió con Lanie.
- ¿Por qué ha vuelto a ese lugar sola?- dice mi hermano golpeando el volante.
Llegamos a la antigua casa de Lanie unos minutos después y debo decir que el lugar se ve terrible.
Al menos un centenar de moteros se agrupan alrededor de la casa. Apenas aparcamos el coche puedo ver al menos a diez de ellos consumiendo sustancias ilegales entre otras cosas.
Pero lo peor es que no hay señal de Lanie.
Recorro la mirada ante cualquier indicio de ella pero solo son un montón de hombres, que ahora se han agrupado alrededor de nuestro coche.
- Esto no pinta bien- dice Lucas deteniendo el coche.
Un hombre golpea con sus nudillos mi ventana y me tenso.
Me doy la vuelta a mirar a Lucas.
- ¿Crees que Lanie está dentro?- pregunto con miedo.
- Dios, espero que no- dice abriendo la puerta. Mi hermano se baja del coche y dos tipos, enormes como osos debo agregar, lo confrontan.
La mano me está sudando profusamente por lo asustada que estoy.
- Estoy buscando a mi esposa, Lanie. Esta mañana me dijo que vendría a buscar algo de aquí- dice Lucas. Wao mi esposa Lanie
Uno de los tipos ríe con fuerza y codea al otro.
- Amigo si hubiera visto a tu perra aquí mi verga ya estaría dentro de ella. Ahora lárgate antes de meta una bala en medio de tu cráneo- Lucas entrecierra los ojos.
- Amigo- repite con tono sarcástico- Solo dime si ha venido.
- Lo que voy hacer es comerme a ese bizcocho que tienes dentro mientras mis amigos aquí te arrancan los dientes.- dice acercándose un paso Lucas.
Inmediatamente bajo de mi coche y me pongo frente a mi hermano.
Levanto las dos manos en alto.
- Nos vamos. Buscamos a mi amiga, pero es evidente que no está así que mejor nos largamos- digo levantando las manos y tratando de alejarme.
Veo a ambos tipos sorprendidos, uno de ellos se lame sugestivamente los labios mientras me mira lascivo.
En un segundo me toma de la mano tan fuerte que esta cruje y pienso que la ha roto. El grito de dolor desgarra mi garganta y después de eso todo pasa en un instante. Mi hermano tratando de alcanzarme y el otro tipo golpeándolo en la cara.
- Quédate ahí- dice riendo mientras aplasta a mi hermano con su pie- Mi amigo no ha tenido una mujer en tres años y sin duda disfrutará esta- dice riendo y escupiendo
Mi hermano se retuerce en el suelo y el tipo vuelve a darle un patada en el centro del tórax dejándolo sin aire. El tipo que me está sosteniendo suelta mi mano que cuelga de forma irregular. Toma mi brazo y empieza arrastrarme.
- Voy a comerte bizcocho- dice asquerosamente en mi oído. Empiezo a gritar con todo lo que tengo y a retorcerme de manera efusiva, pero nada funciona.
De pronto dos disparos suenan y pienso que estoy muerta.
-¿Se puede saber qué están haciendo, par de mierdas?- dice una voz
Levanto la vista para ver al hombre más hermoso que he visto nunca llevando una pistola en la mano. Tiene el pelo negro y ojos azules y una inmensa barba cubriendo su rostro. Parece un hermoso vikingo.
Se acerca hacia mi y el tipo que estaba sosteniéndome se aleja asustado. El vikingo me toma con suavidad, recostándome sobre él.
- Vete antes de que te mate- le dice al otro tipo. El tipo me mira con asco, escupe en el suelo y luego se va. La situación se repite con mi hermano que está en el suelo tratando de respirar con fuerza.
- Lo siento dulzura- dice con voz increíblemente suave- Si supieran quien eres no te hubiesen tocado un pelo.
-¿Si supieran quién soy?- pregunto confundida. El me mira extrañado.
- Eres Emily, la hermana de Tamara- dice de un modo que casi suena solemne.
¿La hermana?
- ¿Vienes a buscarla? se ha ido hace un rato llevó a otra chica con ella- dice mirándome a los ojos.
¿Qué?
-¿Por qué tienes los ojos tan azules?-
- Herencia familiar- dice con una mueca- ¿no tienes una contusión, o algo?
Niego con la cabeza sin apartar los ojos del mar de los suyos.
- Eres bastante distinta a tu hermana- dice riendo- Váyanse, este lugar no es para gente como ustedes.
Mi hermano está junto a mí mirando mi mano con horror mientras yo miro su cara con el mismo gesto.
Lo han masacrado.
- Busco a mi esposa- dice mi hermano con dificultada- ¿Sabes si está dentro?
- Probablemente sea la chica que Tamara llevó al hospital. Los chicos se encontraron con ella antes y creo que le dio tanto miedo que se desmayó- Lucas maldice pero le agradece el gesto.
- Nos vemos dulzura- dice el vikingo. Yo asiento y suspiro.
La mano empieza a pulsarme con dolor y el viaje a urgencias se hace larguísimo.
La enfermera me sienta en una silla y me hace esperar hasta que pueda ser atendida, me ha dado un medicamento para el dolor y me encanta.
Veo a Lucas buscar a Lanie y casi desmoronarse cuando la ve durmiendo en una de las camas. Sonrío. Si tan solo supieran que están locos el uno por el otro, tal vez debería decirles. Levanto la mano para llamarlo pero noto que esta está en un ángulo extraño, y morada, muy muy morada.
- ¿Te peleaste con la pared o algo?- pregunta una voz junto a mí.
Tamara.
- Un hombre feo me lastimó- digo haciendo un puchero
Ella me mira con el ceño fruncido.
- ¿Qué demonios tienes estúpida?- pregunta
- No sé, me siento rara. Debe ser la medicación- miro hacia arriba y devuelta a mi mano- ¿Crees que mi mano se ve rara?- digo levantándola hacia ella
- Tu mano se ve asquerosa- dice mirándome con asco. Me miro la mano de nuevo y pienso que tiene razón.
- ¿Qué tiene Lanie?- pregunto
Ella me mira como si le diera asco hablar conmigo.
- Solo tuvo una baja de presión.- se levanta y empieza a caminar pero la detengo. O más bien le grito.
- DETENTEEEE- ella se voltea y me mira como si tuviera dos cabezas.
- ¿Qué mierda te pasa?-sisea. Bajo la voz hasta que estoy susurrando.
- Estás traficando drogas en la casa de Lanie. Es peligroso, y esos tipos son malos Tamara, no deberías.
Me mira como si fuera un bicho insignificante. Llena de asco y odio.
- No te metas en mis asuntos, Emily. Hago suficiente con no matarte yo misma. Tu y tu amiga la bulímica aléjense de mí, si a mi papá le da un ataque al corazón por tu culpa te mato. Dios sabe que eres su favorita y tu no dejas de dar tumbos en lugares donde no perteneces.- yo río porque lo que dice es malditamente estúpido.
- Si supieras que la única razón por la que estoy viva es porque a tu papá yo le recordaba a ti. ¿Piensas que no me hubiese matado si fuera de otra forma? Estás ciega Tamara.

Lanie y yo estamos acostadas en la misma cama en casa de mis padres.
Es como cuando teníamos dieciséis de nuevo.
También he descubierto que no tolero muy bien el dolor.
Es por eso que mi mamá está cantándome no sé que canción de los ochenta mientras yo lloro en su hombro.
- Era enorme mami- digo recordando al hombre que me hizo esto en la mano.
- Y luego el doctor dijo que había que ponerlo en su lugar- digo hipando.
- Y crujió como cuando rompes una rama- digo llorando
- ¿Qué clase de medicamento le dieron?- pregunta mi papá desde la puerta.
Siento que mi mamá se encoge de hombros.

Me quedo dormida después de eso y me despierto en la madrugada cuando Lanie me toma del brazo.
- Emily, alguien está subiendo por la ventana- vuelvo a cerrar los ojos y suspiro complacida.
- Es solo Bruno- digo recostándome de nuevo en la almohada.
Bruno entra en la habitación completamente oscura, es solo un cuerpo moviéndose en la oscuridad.
- Es increíble que tenga que estar medio muerta para que vengas a verme- digo. Es cuando el nota que estoy en la cama y se acerca.
- Con los riesgos que tomas tu vives en peligro de muerte todos los días- dice
Suspiro.
El se acerca hasta que está arrodillado junto a mí a un lado de la cama.
- Me rompieron la mano- digo levantándola hacia el- bésala.
- Tu hermano me contó que los medicamentos te hacen esto- dice riendo. Toma mi mano y le da suaves besos.
- Quiero que te acuestes junto a mí- pido
- Emily- dice el como pidiendo.
- Tranquilo, Lanie está en la cama y no podré comerte- digo riendo.
-¿Qué?- dice el sorprendido. Lanie levanta la cabeza y la pone sobre su hombro.
- Hola Bruno- dice- No puedo creer que sigas subiendo por esta ventana. Es algo tierno en realidad.
Estoy segura que Bruno se ha sonrojado con ese comentario y eso me hace reír. Me muevo un poco en la cama haciéndole lugar.
- Sube- digo.
No tengo que rogarle mucho hasta que lo hace y cuando está acomodado me recuesto sobre su pecho.
- Hoy he visto a un hombre muy atractivo- digo contra su pecho.
- Eso no es gracioso Emily- dice Bruno.
- Pero lo era. Tenía unos increíbles ojos, muy azules que parecían irreales.
- Suena hermoso- dice Lanie junto a mí.
- No estás ayudando, Lanie- dice Bruno
- Pero lo era Bruno- digo asintiendo- Así que tienes que apurarte enamorándote de mí si no quieres que te cambie por ese hermoso vikingo de ojos azules- digo.
- Amén- dice Lanie
La risa de Bruno resuena en toda la habitación.

La verdad sobre Emily  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora