Mi mamá está preparando mis cosas mientras mi papá me ayuda a sentarme en una silla de ruedas.
- ¿Estás bien?- me pregunta cuando ya estoy acomodada.
- Sí, gracias- contesto. Mentira, siento la herida pulsar en mi pierna y el dolor está por volverme loca.
- Bien, el coche ya está afuera. Vamos- papá empuja la silla de ruedas por el pasillo y algunas de las enfermeras me saludan al pasar. He estado casi ocho días ingresada y aunque la herida todavía siga doliéndome estoy aliviada de volver a casa. Aunque no he hecho nada en los últimos días, mentalmente estoy agotada y no me he sentido muy bien, anímicamente hablando. Es como si una gran tristeza se apoderara de mi corazón y no ha pasado ni un solo día en el que no haya derramado algunas lágrimas. Creo que se debe a estar aquí, ingresada en el hospital. O tal vez es solo el hecho de que por fin he hecho catarsis. No entiendo como es posible que las cosas siempre parezcan ir peor. Ahora, con este estado casi depresivo no tengo ganas de hablar con nadie, ni siquiera con Bruno. Ha pasado todos los días a ver como estaba pero no he hablado mucho con el, siempre le daba alguna excusa para que se fuera a su casa y Bruno siendo como es, siempre me ha dado mi espacio aunque sé que notó como esto nos ha distanciado. Mis padres son los únicos que dejo que estén conmigo durante todo el día, y procuro hablar con ellos lo más que puedo aunque también entienden cuando quiero estar callada. He dormido tanto en los últimos días, pero ni siquiera con eso he dejado de sentir este cansancio terrible, esta sensación de hastío.
Mi hermano ya está esperando cerca del coche cuando bajamos, me despeina el pelo en modo de saludo y yo intento golpearlo. Mi papá me ayuda a sentarme en la parte de atrás del coche y volvemos a casa.Todo lo que hago los días siguientes es dormir, todavía no puedo ir al instituto pero honestamente si pudiera tampoco iría. Mis padres empiezan a preocuparse de mi estado y creen que tal estoy sufriendo alguna clase de depresión postraumática, no estoy segura de eso. Lo único que sé es que ahora estoy demasiado cansada como para enfrentarme al mundo real, necesito solo unos días más y estaré bien.
Mario y Gaby han pasado varias veces y han intentado hablar conmigo, la mayoría de las veces fingí estar dormida y las otras solo cambiaba de tema y evadía lo que ellos de verdad querían hablar, Tamara. He notado que la situación entre ambos es un poco tensa y me pregunto si será porque la ex mujer de Mario, alguien a quien el siempre le ha jurado amor, está viva. No puedo imaginarme estando en el lugar de Gabriella y puedo percibir lo doloroso que esto está siendo para ella. Pero por otro lado Mario siempre se ha sentido culpable por la muerte de su familia, y aunque cueste creerlo me siento feliz de saber que el los ha recuperado. A pesar de que su hija resultara ser Tamara.Loki, el pastor alemán que Bruno me ha regalado, es el único que ha estado en la habitación conmigo todo el tiempo. Es increíble lo rápido que hemos conectado y me maravilla como esta clase de conexión puede existir entre nosotros. Siempre me han gustado los animales, pero nunca quise encariñarme con nadie más que con mi yegua, pero los pocos días que he pasado con Loki fueron suficientes para abrir mi corazón a él. No sé si es solo porque es mío, pero creo que es el perro más genial del mundo, Bruno ya le ha enseñado a ir al baño y cuando tiene ganas sale corriendo de la habitación y cuando vuelve solo se acuesta en la cama que mi mamá le compró junto a mí. Parece estar atento a todos los ruidos fuera de la habitación y se pone en guardia cuando alguien entra. Es mi hermano quien lo saca a correr dos veces por día, a veces se queda hablar conmigo pero la mayoría de las veces no pronuncia más de dos palabras antes de irse. Tengo la sensación de que algo le afecta a él tanto como mí, siempre fuimos iguales en esto, nos cuesta expresar lo que sentimos.
Es la tarde del último viernes del mes, estoy terminando el último libro del lista que nos han dado en el instituto, ni siquiera es mitad de año y ya he leído todos, en mi defensa eran solo diez libros y últimamente no tengo mucho que hacer, la mayor parte del día me la paso acostada y sin ganas de ver a nadie. Cuando termino de leer el libro y estoy a punto de tomar una de las tantas siestas del día Mario entra a mi habitación, sin llamar.
Se sienta en uno de los sillones al costado de la cama y solo me observa. Es un contraste muy extraño, un hombre de su tamaño sentado en una habitación decorada con colores pasteles.
- ¿Pasa algo?- pregunto, ya que es obvio que no será el quien empiece hablar.
El respira profundamente y sigue observándome durante un momento más.
- Eso mismo quiero que me digas Emily. ¿Sucede algo?
Yo miro hacia otro lado y al instante el se pone de pie, bloqueando el lugar donde yo estaba viendo.
- Basta niña. Vas a empezar hacer algo de tu vida, no puedo creer que sigas aquí tirada
- Si no recuerdas me han disparado- digo mordaz
- Sabes de lo que hablo. ¿Cuéntame qué sucede, es esto por Tamara?
Yo niego con la cabeza, pero como siempre sé que todas mis emociones están reflejadas y mi rostro. Mario suspira y arrastra la silla hasta quedar pegada a la cama.
- Soy un tonto. Por supuesto que es por ella.
- No deberías pasar tu tiempo conmigo, deberías pasarlo con ella- lo digo como si no me importara aunque en el fondo el alma esté rompiéndoseme en mil pedazos.
- Ella no quiere hablar conmigo. Es un poco extraño pero de pronto todas las mujeres de mi vida parecen tener un problema conmigo. Incluso Maggie está un poco distanciada.
- Por qué no quiere hablar contigo.
- Cuando Acevedo incendió la casa donde estaba viviendo con Tamara y su mamá, me hizo creer que ellas habían muerto. Estaba tan destrozado por lo que había perdido que nunca se me ocurrió pensar que era mentira. Había visto los papeles, los supuestos restos de mi mujer y mi hija que fueron incinerados y luego los arrojé al mar. Emily, la peor venganza que Acevedo tuvo contra mí fue llevárselas, tenía amenazada a mi mujer y le hizo creer a Tamara que yo la había abandonado para estar con una nueva familia, que la dejé para estar contigo.Es en ese momento cuando siento el dolor físico de mi corazón al romperse de nuevo. Siempre supe que había algo más con el odio de Tamara, pero no puedo imaginar lo que habrá sido para ella. Sí, yo pasé un montón de cosas, pero el rechazo nunca fue parte de ello, e imaginarme que una niña sea lastimada con ese pensamiento, el no ser querida por su padre me parece horrible.
- No he podido hablar con Tamara y he cruzado muy pocas palabras con su mamá. Pero Emily, solo quiero que sepas que sé todo lo que ella te hizo, y lo siento. Te juro que lo siento tanto.- su voz se quiebra al decir estas palabras y el corazón me duele también por el, porque es un hombre que no merece todo lo que le ha pasado en la vida.
- No puedo ni siquiera imaginarme la clase de odio que ese mal nacido plantó en su corazón. No puedo pensar en todo lo que le duele.
Me toma de la mano y lleva la otra para secarme la mejilla.
- Dime que perdonas a mi hija Emily, dime que pueden ser unidas como yo siempre deseé que fueran.
No, pienso. Tu hija es monstruo que solo me ha causado dolor. Pero en su lugar digo.
- Sí.
Hay veces en las que lo mejor que puedes hacer es mentir. Es la única manera de no lastimar el corazón de los que amas. Pero ¿Quién cura mi corazón? Lo siento dañado por todas las veces que tuve que fingir que no dolía, que dar la siguiente respiración no era una batalla.Mario se va después de un tiempo y yo vuelvo a quedarme dormida. Después de mucho tiempo sueño, con dos niñas que son devoradas por la oscuridad.
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La verdad sobre Emily
General FictionCuando Emily fue secuestrada a los 5 años siempre supo que su vida nunca volvería a ser igual. Y ahora, mientras crece y devuelta en su casa, debe ocultar un secreto que podría llevarla devuelta a la oscuridad. Amor, amistad y valentía se encuentr...