Capítulo 13

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Hace más de una hora que me he acostado pero aún no consigo dormir. Ha sido un día horrible y mentalmente agotador, todavía no puedo creer lo que pasó, como este año las cosas se tornaron más crueles, y sin duda más físicas, mi brazo es una prueba de ello. Pero adherido a todos mis pensamientos está Bruno. Hoy me ha salvado, y estoy segura que si él no iba buscarme hubiese pasado horas en ese lugar. Me levanto rápidamente de la cama y pongo mi celular en uno de los bolsillos de mi mochila, no volveré a salir si él. Vuelvo a acostarme y desde mi cama observo la luz que entra por la ventana, mi mente empieza a divagar que de pronto entra Bruno y me besa y me estrecha entre sus brazos, y yo también lo hago y nos besamos y es...
- ¿Emily, estás despierta?- me sorprendo y levanto la cabeza bruscamente.
Es Jasmine. Toca la puerta de nuevo y voy a abrirla.
- Hola- dice. Está en pijamas y tiene el pelo desordenado
- Hola- le digo
- ¿puedo dormir contigo?
Yo sonrío y asiento y ambas nos metemos en la cama. Cuando era pequeña ella solía meterse en mi cama en la noches, pero luego empezó a crecer y dejó de hacerlo.
- Solías venir a dormir conmigo casi todas las noches- le susurro
- Lo sé, estaba emocionada de que estés aquí. Cuando era pequeña mamá me hablaba todo el tiempo sobre ti,yo creía que era un cuento pero luego,cuando te encontraron estaba tan emocionada que de que fuera real.
- También me emocioné cuando supe que tenía una hermana. Además eras tan parecida a mí.
- Excepto por los ojos- dice sonriendo
- Sí excepto por eso
- Te quiero Emily- susurra
- Y yo te adoro mi princesa Jasmine- le doy un beso en la frente y la miro. Tiene una alegría y una inocencia que su sola presencia me calma, Jasmine es todo amor y corazón. Nos quedamos dormidas después de hablar un rato y sueño-o tal vez es un recuerdo- que miro a la panza llena de mamá y le susurro el nombre Jasmine.

A la mañana siguiente todos nos sentamos juntos a desayunar. Eva no está por lo que mamá está preparando el desayuno. Cuando todos hemos comido papá retira los platos y comienza a lavarlos. Lucas no ha dejado de mirarme y tengo miedo que diga algo frente a mis padres, ayer le hice jurar que no lo haría y que manejaría esto por mi cuenta, el no está feliz por eso. Papá nos sigue hasta afuera y esperamos juntos a Bruno.
- Nos vemos luego- dice papá cuando Bruno llega, nos besa a mí y a Jasmine en la cabeza y a Bruno le da una palmada en el hombro.
La música está a tope cuando subimos y Bruno baja el volumen. He decidido no tener miedo hoy, aunque parezca extraño y después de todo lo que ha pasado ayer, me siento calmada hoy. Cuando llegamos Bruno y Lucas caminan junto a mí, son más parecidos a escoltas que otra cosa. Me paro frente a ellos y los detengo.
- Bien, nos vemos después.
Ambos niegan con la cabeza.
- ¿Crees que voy a dejarte caminar sola por el campus después de ayer? Estás loca- dice Lucas
- Mira, no necesito un guardaespaldas. Y los dos están incomodándome.
- Pues me importa una mierda si te incomoda. No voy a dejar que unas perras superficiales lastimen a mi hermana, tu no estás sola me tienes a mí
- Eres muy tierno, pero deseo caminar por mi cuenta por el campus, como lo haría alguien normal- Añado sarcásticamente
- Ternura no es precisamente lo que siento ahora, deja de quejarte y vamos.
- Bruno- intento pedir ayuda
- No me mires calabaza. ¿No quieres denunciarlas? Pues bien, tendrás dos escoltas.
Yo suspiro y me resigno. Me llevan a mi clase y cuando esta termina me llevaban a la siguiente y así. Cuando llega el almuerzo logro escapar de ellos y voy al baño. Dios, esta situación está estresándome, sé que intentan cuidarme y yo haría lo mismo si estuviera en su lugar, es solo que preferiría que nadie tuviera que cuidarme. Cierro la tapa del water y me siento, necesito unos minutos para pensar. En el las paredes que me envuelven hay un montón de palabras escritas, algunas son graciosas y otras bastante crueles, de chicas llamándose zorras y perras entre ellas. Escucho pasos fuera del cubículo del baño.
- He descubierto un montón de trucos nuevos- dice una voz que reconozco enseguida como la de Tamara- De veras Lanie, solo come cuando estés a punto de desmayarte y luego puedes vomitarlo
Yo abro ampliamente los ojos. Y rezo para que mi respiración no se oiga. Pero ¿de qué demonios habla Tamara? Le ha dicho a Lanie que vomitara.
- ¿qué haz comido hoy?- le pregunta Tamara
- Solo un poco de café- contesta Lanie
- Debes esforzarte más- le recrimina- es que no te ves en el espejo, estás hecha una cerda.
Casi se me escapa un jadeo al escuchar eso. Está loca, en definitiva. Lanie es una chica hermosa con una larga cabellera rubia y unos hermosos ojos verdes un poco rasgados.
- Lo intento- susurra Lanie
- No lo suficiente, ¿quieres salir con Mateo verdad? Debes esforzarte más, no le gustan las gordas- habla suavemente pero su voz está cargada de malicia- Solo quiero que seas bonita- le susurra- quiero que te sientas hermosa. Ahora entra ahí y hazlo.
Un sudor frío recorre mi piel cuando escucho a Lanie tratando de provocarse el vómito. ¿Cómo puede ser posible? Creí que eran amigas. Cuando termina creo que estoy a punto de desmayarme.
- Uff, eres un asco- le dice Tamara.
Escucho el grifo abrirse y cerrarse y luego la puerta cuando finalmente se van.
Nunca imaginé que algo como esto estaría pasando. Me mojo la cara con agua fría pero esto no hace nada para calmarme. No estoy segura de qué emoción es la que estoy sintiendo. Ira, frustración, enojo. Es Tamara, estoy segura, siempre ha sido ella.
Corro hasta el patio a buscar a Bruno y cuando lo encuentro el alivio en su rostro es evidente. Me toma la cara entre sus manos y apoya su frente en la mía, como si fuera un auto reflejo yo envuelvo mis brazos en su cintura.
- Dios, estaba tan preocupado- dice-¿estás bien?- pregunta.
Yo asiento con la cabeza.
Me aleja un poco y me mira de manera recriminadora.
- Tomando en cuenta lo que pasó ayer quiero que siempre me digas a mí o tu hermano donde estas.
Yo vuelvo a asentir.
- Es Tamara.- digo en voz baja- Siempre ha sido ella
- ¿cómo lo sabes?- pregunta y le cuento lo que sucedió en el baño.
- Es una perra- dice Bruno- Tranquila calabaza
- Me preocupa Lanie- susurro
Y Bruno asiente en entendimiento. - A mí también.

No me deja por el resto del día, y pasamos el resto de la tarde en las caballerizas cepillando a los caballos. Gaby está reluciente, le acaricio la cresta y bajo la cabeza que es donde más le gusta.
- A ver calabaza- empieza Bruno- el siguiente sábado es tu cumpleaños
Yo asiento con la cabeza y sonrío.
- 17
- Ya no eres tan joven pero todavía no eres adulta. Créeme calabaza sé lo que se siente- dice sonriendo de lado
- Nos llevamos un año- le recuerdo
- tu eres una niña y yo soy todo un hombre. Ves esto- dice levantando su brazo derecho- puro músculo varonil
Yo empiezo a reír
- ¿Te ríes de mí calabaza? Voy a enseñarte una lección- se acerca hasta la manguera y no es hasta que la enciende que empiezo a correr.
- Basta- le grito
- No corras calabaza- dice corriendo tras de mi- VEN- grita
Estoy riendo mucho, me detengo y corro hasta el y trato de robarle la manguera. Los dos peleamos por ella y reímos y nos mojamos. Me duele el vientre de tanto reír. Y es maravillosa, la hermosa sensación de sentirse vivo.
Volvemos a las caballerizas a intentar secarnos un poco la ropa. Bruno no deja de mirarme y yo percibo una extraña sensación en el aire, como si estuviera cargado. Todos los vellos de la nuca se me erizan.
- Sabes Calabaza- dice acercándose a mí- Te diría que eres hermosa
Me toma de la cintura y nos vemos a los ojos. Son parecidos a los míos aunque los suyos son un tono más oscuro de verde.
Creo que no respiro.
- pero eres mucho más que solo eso.
Me da un beso en la comisura de los labios. Despacio. Suave. Casi inexistente.
Y se aleja.

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