Extra, extra, extra.

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Hello, people.
Pasó un año desde que esta historia vio el mundo y la luz. Sigo cambiando algunas cosas y seguiré haciéndolo hasta que quede como me gusta, pero don't worry, nada en la historia va cambiar.
El caso es que la historia cambió mucho desde que la pensé hasta que la puse en el mundo, así que aquí les dejo un boceto de cómo era la historia al comienzo.
Pd: Tenía 15 años cuando escribí esto, no me juzguen.
¡Warning! 🚨 🚨🚨🚨
•No tiene nada que ver con la historia original.

Es enero, y me estoy asando en estos malditos pantalones que mi hermano me regaló en Navidad, ¿A quién demonios se le ocurre hacer estos pantalones tan calientes? Pero no puedo dejar de correr, tenía que llegar a casa a las 10 de la noche, pero son las 11.30 y estoy segura de que tendré un castigo ejemplar por esto, probablemente tendré que limpiar la casa por un mes o lo que sea que a mi madre se le ocurra cuando sepa que sobrepasé el toque de queda.
Pero al llegar a mi casa todas las luces están apagadas.
Raro.
Demasiado raro.
Mi madre no sale de casa nunca, y menos un miércoles de noche, pensamientos de ella entrando en crisis porque no llegaba a casa me atormentan pero los dejo ir, si fuese así ella me hubiese llamado en lugar de salir a buscarme ¿no?
Trato de calmarme y me siento en sillón reclinable del porche para esperarla, se había llevado a mi hermana Sara, y había dejado el celular dentro de la heladera, mi madre hacia esa clase de cosas, dejar sus cremas faciales en el congelador y la mostaza en el baño, no la culpo, es madre soltera con tres hijos y una confitería que le lleva más tiempo que criarnos. Tengo un hermano mayor, su nombre es Tomas y tiene 17 años, es solo un año mayor que yo, este es su ultimo año en el colegio y quiere comprarse un coche, así que probablemente esté en la pizzeria del centro, el es increíblemente genial para ser un hermano mayor, demasiado sobre protector en ocasiones, y me pone como loca la mayor parte del tiempo, pero es mi mejor amigo y no puedo vivir sin el, luego estoy yo, nada menos que una chica con unos seis kilos de más que se pasa los dias leyendo y escuchando rock de los 80's, con este sentido del humor que casi nadie comprende y en el centro de la escala social, ni demasiado popular ni tan sola como para que las personas olviden mi existencia. Y luego esta Sara, 5 años, más parecida a un ángel que a una niña, con estos increíbles rizos cayendo y unos ojos que solo tenemos las mujeres de esta familia. Y mi madre, que supongo es la clase de mujer por la que los hombres pierden la cabeza, hasta que se enteran de que tiene tres hijos y una hipoteca que pagar, entonces ellos salen huyendo como ratas del Titanic. Quince minutos después y un tazón de cereal vacío, mi madre sigue sin aparecer. Pero en lugar de ponerme paranoica empiezo a hurgar en mi celular, es entonces veo a mi mejor amiga sentada en su balcon su casa, que gracias a los milagros de Dios queda justo frente a la mía. Podía verla ahora haciendo la tarea, que es casi como ver llover en el desierto: un milagro. Entonces ella me vio y casi salta del su balcón haciéndome señas que no comprendí y haciendo un gesto teatrero trepó por el balcón y se deslizó al suelo, lo había hecho cientos de veces, había que ser una experta en escapadas con la clase de padres que tenía Lila.
-¿Que haces aquí?- preguntó mientras se deslizaba junto a mí.
-Mi mamá ha salido y no ha llevado el celular- digo suspirando. Ella asiente y se desliza más profundamente en el sillón.
-La vi salir como hace una hora.
Me encojo de hombros
-Tal vez fue a buscar a Tomy- digo intentando encontrar una explicación.
-Emma...
Conocía ese tono, 10 años de amistad le llevaron a hacer cosas estúpidas por ese tono.
-La respuesta es no- suelto.
- Pero si todavía no te he pedido nada maldita perra egoísta- dice ella frunciendo el ceño hacia mí.
-No hace falta, sé que será algo que no voy a disfrutar y que mi madre me castigará por siempre.
-pooooor favoooooor- pide ella frunciendo los labios y casi agrandando los ojos como el gato con botas de la película Shrek.
-¿Qué? ¿Qué es lo quieres?- pregunto resignada.
-Necesito que vayamos a la fiesta de bienvenida. Es importante, es como un rito de iniciación para los de último año. Por favor, dime que iras conmingo, poooor favooor
-¿Por qué? Todo el mundo en esas fiestas está borracho y terminas con vómito de desconocidos por todas partes, es horrible Lila no pienso hacerlo, no lo haré. Además no tenemos edad, estamos en segundo año.
-Es la fiesta de ultimo año, pero no significa que sea solo para los de último año, además tu hermano va estar ahí, la pasaremos bien. ¿por qué demonios no quieres ir? Dame una sola buena razón.
-Solo no quiero hacerlo. ¿Bien? Prefiero quedarme en mi cama terminando los libros que tengo pendientes y no lo sé, comiendo. Además , falta un mes para esa fiesta, puedes decirle a alguien más.
-Pero quiero ir contigo, eres mi mejor amiga, me lo debes.
En aquel momento mi mamá aparcaba el coche y me miraba desde ahí, no parecía molesta o con ganas de arrancarme los pelos por llegar tarde, más bien parecía confundida.
-Nos vemos mañana, Emma- dice Lila mientras se aleja y se despide de mi mamá con la mano.
Mi madre se acerca a mi, cargando a Sara, la niña estaba profundamente dormida, con los brazos y piernas colgando.
No sabía si estaba en problemas, y francamente no quería estarlo, así que suavicé el tono todo lo que podía.
-Hola mamá- dije pegando un sonrisa en mi rostro.
- Hola nena, ¿puedes llevar a Sara a su cuarto, por favor?-pide tendiéndola hacia mi.
-Sí, lo haré- tomé a Sara y ella envolvió brazos y piernas a mi alrededor, murmurando algo y volviéndose a dormir enseguida.
-Luego quiero que hablemos en la cocina ¿está bien?- pregunta.
Sonaba preocupada, pero no de la manera en la que estás cuando vas a castigar a tu hija, sino de la manera en la que estás cuando ocurrió algo y no sabes cómo decirlo.
-Está bien- digo
Subí las escaleras y puse a Sara en su cuarto, rápidamente tomó a ese extraño oso de peluche con cabeza de elefante y cuerpo de dinosaurio. Bajé las escaleras de dos en dos y mi mamá ya estaba sentada en la barra de desayuno con ambas manos juntas en la mesa, eso me alteró incluso más . ¿Qué demonios está pasando?Cuando me senté frente a ella rápidamente levantó la vista hacia mi, no podía descifrar su mirada, era algo así como angustia y temor, una mezcla entre ambos sentimientos.
-Quería que Tommy esté con nosotras, pero tenía que cerrar la pizzería- dice sin mirarme.
-¿Pasó algo ?
-Sí, pero necesito que estés calmada para que te lo pueda decir.
-Estoy calmada- dije tan rápido como ella terminó de hablar
-Tu solo escúchame, ¿está bien?
-Bien- digo asintiendo.
Tenía una vaga idea de lo que podría estar pasando, que estábamos en quiebra, o que nos mudaríamos o algo así, pero nunca nada me sorprendió más que lo que mi madre dijo.
-He salido- asentí mirándola fijamente- y había alguna posibilidad de que esto esté pasando, me di cuenta hace algunas semanas, pero no podía ser, no ahora, entonces hace unos días me sentí mal cuando estaba preparando cupcakes y fui con tu tía y ella me hizo los análisis los cuales lo comprobaron.
- ¿Estas enferma, mamá? - pregunto tan rápidamente que no sé si llega a entender mis palabras.
Negó con la cabeza y me miró solo por un segundo antes de decir
-Estoy embarazada.
Eso fue todo, sentí que me mareaba y todo me daba vueltas ¿cómo? Bueno, sé la respuesta a eso, tuve biología estos años, pero ¿de quien? Y ¿por qué?
-¿Tommy lo sabe?- pregunto porque francamente no sé que otra cosa preguntar. Ella asiente un par de veces.
- El fue quien me llevó a que me hicieran los análisis.
-¿pero quien?- pregunto tragando saliva- ¿De quién estás embarazada?- la miré y solo por un segundo creí que ella no estaba feliz, hasta que sonrió, la clase de sonrisa que demuestra que estás llena de orgullo, fue leve pero llegó hasta sus ojos y se instaló allí. Cuando tienes una mamá como la mía, una que da todo por ver felices a sus hijos, estás segura de que harías lo que fuera para que ella sea feliz.
-Lo vas a conocer pronto, lo prometo- dice ella dándome un par de golpecitos en las manos.
-No sabía que estabas saliendo con alguien- digo frunciendo el ceño.
-No sabía cómo lo tomarías, esto es reciente, él lo sabe hace una semana, se lo va a decir a su familia en cuanto...
-¿Familia? ¿Mamá, es acaso este hombre casado?
-¿Qué? No por Dios, pero tiene hijos, tres también. Perdió a su esposa hace muchos años.
-Creo que esto es demasiado, estoy un poco mareada mamá. ¿Te importa si hablamos mañana?
Se levantó rápidamente y me tomo del brazo.
-Emma por favor, dime si estás molesta conmigo- pidió.
La miré directo a los ojos, no sabía qué sentía ¿un hermano más?
¿De un hombre del que no se nada? Que ademas tiene otros tres hijos. No se si eso me molesta, más bien estoy un tanto perturbada.
Pero entonces la vi a los ojos y ese brillo de felicidad estaba ahí, y no quería arruinarlo, ella es lo único que tenemos y todo lo que quiero es que sea feliz.
-No mamá- dije tratando de formar un sonrisa- mas bien estoy confundida, necesito tiempo para procesar esto.
Entonces ella me abrazo, como suele hacerlo cuando nos falta dinero, como suele hacerlo cuando necesito apoyo.
-Gracias cariño. Solo espero que todo esto salga bien. No quiero que ninguno de ustedes se sienta mal, me hubiera gustado hacer las cosas de otra manera, pero pasó así. Ahora me queda hacer que todo esto salga de la mejor manera posible y me gustaría contar con tu apoyo- dije que sí con la cabeza y tan rápidamente como me soltó  subí a mi cuarto. Pretendí olvidar toda la rutina de antes de dormir y solo me acosté en mi mirando al techo y pensando qué demonios va a pasar ahora, un hermano o tal vez va a ser niña, y de un sujeto del que no sé nada ¿qué va a pasar ahora? ¿ellos van a hacer algo extraño como casarse o algo así? O todo seguiría igual y el solo estaría de visita ¿cómo demonios mi mamá se embaraza? Está todo el tiempo hablándonos de control de natalidad y ella queda embarazada de un sujeto que nadie en la familia conoce.

La verdad sobre Emily  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora