Capítulo 35

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Narra Leo

Trago en seco. Me toco con la mano la parte de la barriga donde está el estómago. Me encuentro mal.

-Tranquila, ya hablaré yo con él... Descubriré lo que le pasa. Se le habrá ido la chabola... Bueno, te dejo- miro como Aries se acerca a mi mientras mete su móvil en el bolsillo.

-¿Qué pasa? -digo intentando que no se me note la angustia.

-Es Virgo, dice que Tauro ha roto con ella y no sabe por qué- se cruza de brazos.

-Oye, ahora vuelvo- digo levantándome del banco-. Tengo que ir al baño.

-Claro, te espero aquí.

Voy a paso rápido hacia el baño del centro comercial. Entro y voy directa al primer cubículo que veo vacío. Cierro con pestillo, me recojo el pelo y vomito en el váter.

Desde hace unas semanas me he estado sintiendo así. Arcadas, vómitos, dolores de cabeza y en las articulaciones. Alguna vez Aries me ha preguntado si me pasa algo, pero le digo que no, que estoy bien. No quiero que se preocupe por mi.

Salgo del cubículo, me lavo la cara y me miro al espejo. Tengo que ir al médico, mi piel está más pálida de lo normal. Me lavo las manos y me arreglo un poco el pelo. Lista.

—¿Por qué has tardado tanto? Me ha dado tiempo a comprarme un helado —dice Aries acercándose a mi con dos helados. Ahora mismo lo último que me apetece es comer—. Toma. 

Me entrega el helado y lo cojo como si fuera algo muy delicado. No tengo ganas ni de verlo.

—¿Qué pasa con Tauro?— pregunto y empezamos a andar. Sin que Aries se entere y disimulando, tiro el helado a la basura.

—No lo sé. Virgo dice que lo notó raro, yo también. No sé... —dice pasando un brazo por mis hombros.

—¿Esta noche haces algo? Hoy es noche buena.

—Bueno, ya sabes. Típica cena familiar donde se come un montón porque tu abuela dice que comes poco— dice y reímos—. ¿Tú qué harás?

—Nada, la verdad. Puede que hable por Skype con Capri.

Se hacen las seis de la tarde y Aries se tiene que ir.

—Yo me voy, amor. Tengo una cena a la que acudir— se despide de mi con un pico. Yo fuerzo una sonrisa, me duele otra vez la barriga.

—Adiós, pásalo bien—nos soltamos de las manos y veo cómo va corriendo hacia otra dirección.

👑👑👑

Camino hacia mi casa lento para que no me duela tanto la barriga. Me paro delante de un escaparate, mirando el anuncio de la tienda. ¿Y si...?

Entro y busco la sección donde está el producto. Lo encuentro y voy a la caja para pagarlo.

—Son 15...— levanta la vista y cuando me ve hace una mueca de desagrado.

—¿Qué? —niega, con aún esa mirada, y le pago.

Cojo la bolsa y ya me dirijo por fin a mi casa. Camino rápido, intentando no chocarme con la gente que va por las calles. Finalmente llego a mi casa, abro la puerta lo más rápido posible y corro hacia las escaleras, pero una mano me detiene.

Leo, ¿pasa algo?— niego rotundamente. Mi madre me echa un ojo y se queda mirando la bolsa de la farmacia—. ¿Qué tienes ahí?

—Nada.

Leo, enséñamelo— me hago un paso hacia atrás pero mi madre coge la bolsa. Forcejeo para intentar que no se la lleve, pero mi intento es en vano.

Mi madre saca el objeto de la bolsa, lo mira con atención y con seriedad. Por primera vez en mi vida mi madre me da mucho miedo.

—¿Una prueba de embarazo? —me mira a los ojos e intento no llorar. Me llevo las manos a la cara y la tapo. Sorbo por la nariz y empiezo a llorar. Noto cómo unos brazos me rodean—. ¿Aries lo sabe? —niego.

—Ni siquiera sé si estoy embarazada. Por eso lo de la prueba... —nos separamos y mi madre posa sus manos en mis hombros, aguantando la cajita.

—Tranquila, seguro que no pasará nada. Le diré a tu padre que...

—¿Y papá? No se lo cuentes, por favor. No quiero que le haga nada a Aries— le suplico. Seguro que mi padre se pondría furioso y lo primero que haría sería ir a casa de Aries para echarle en cara lo que me está pasando.

—Bueno, entendido.

—I-iré a probar, ya sabes... —señalo con vergüenza, y un poco de miedo, la caja de color rosa.

—Ah, claro— me la entrega y la cojo.

Me dispongo a subir las escaleras, pero no sin antes echarle un último vistazo a mi madre, que tiene las manos en la cabeza y susurra algo. Hago una mueca y sigo subiendo. Entro a mi habitación para sentarme en mi cama. Cierro los ojos y me recuesto.

👑👑👑

Me quedo durmiendo hasta la mañana siguiente. Me estiro y miro la prueba de embarazo, que está a mi lado en la cama. Frunzo el ceño decidida y con positividad. Seguro que no es nada y son paranoias mías. Las nauseas y mareos seguro que son por el cambio del clima o algo por el estilo, no estarás preñada. Intento animarme.

Entro al baño y cierro la puerta tras de mí. Abro la caja y saco lo que debe ser la prueba de embarazo. Leo las instrucciones cuidadosamente. Suspiro.

—Por favor, que no sea nada...

Doy vueltas por mi habitación esperando a que el test de embarazo señale ka respuesta. Miro el reloj de la pared, ya han pasado cinco minutos, debe de estar listo. Entro al baño y cojo el palo, fijo mi mirada en él. No puede ser. Pero si yo... ¡Negativo!

Pego un chillido y bajo corriendo las escaleras hacia la cocina en busca de mi madre. Entro y la veo haciendo el desayuno.

—¡Mamá! —se gira y la abrazo con cuidado de no tirar nada.

—¿Q-qué pasa? ¿Y esa emoción? —me separo de ella.

—Me ha dado negativo, mamá. ¡Negativo! — la vuelvo a abrazar. Mamá suspira y nos separamos.

👑👑👑

😛Nuevo capítulo. Tengo una duda existencial:

 Tengo una duda existencial:

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¿Qué mierda? 😂😂😂

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