Twelve

Capítulo 41

Narra Capricornio

—¿Pero q-qué mierda has hecho? —doy un golpe con mi puño en la mesa, aprieto los dientes y cierro los ojos intentando aguantar la rabia.

—Lo siento, ¿vale? No fue mi culpa —abro los ojos y le miro. Frunzo el ceño.

—¿No fue tu culpa que la policía encontrara una bolsita de cocaína en tu bolsillo? —resoplo—. No soy idiota.

—Por favor, Capri, yo no me drogo. Lo dejé hace tiempo —susurra—. Juro que me lo metieron en aquella fiesta, iba muy borracho y aprovecharon para meterme la bolsa en el bolsillo. Después llegó la policía y... Pues me encontró —suspira y mira sus manos. Mentiroso, Acuario me contó lo contrario. Digo para mi misma.

—Y encima poco tiempo antes de la graduación. Estás loco, idiota. Pasado mañana nos graduamos, ¿sabes?

Me cruzo de brazos y me recuesto en el respaldo de la silla. Muerdo mi labio.

—Te echo de menos —admito y miro la mesa—. No sabes cuanto.

Noto su mirada azul en mi. Me incomodo durante unis segundos y cuando levanto mi mirada hacia la suya, él la aparta.

—¿y crees que yo no? —suspira de nuevo—. Os echo de menos a todos. Y encima con lo de Piscis... —niega—. Quiero salir cuanto antes de aquí.

Me acomodo en la silla y tomo sus manos, atadas por unas esposas. Las acaricio, él bi sabe nada de que me iré al extranjero cuando acabe la universidad.

—Escorpio, te lo diré antes de que salgas. ¿si? —le miro y trago saliva—. Sé que saldrás mañana y que podríamos hablarlo tranquilamente en un café pero creo que es mejor ahora...

—¿Me lo quieres decir ya? —frunce el ceño—.

—Me iré a vivir al extranjero —cierro los ojos apretando los párpados. Suelto sus manos y un silencio sepulcral se forma en la pequeña sala. Noto que él aún sigue en la misma posición.

—Pues me voy contigo —se encoge de hombros y me mira—.

—Uff... Espera, ¿en serio? —le miro incrédula—.

—Sí, ¿por qué no? —sonríe de lado—. Quiero estar contigo siempre, a tu lado y tú al mío. Te amo, Capricornio. No sabes cuanto —sonríe suavemente y yo me tapo el rostro con las manos. Por una parte estaba aliviada, por otra incrédula y por la otra con unas ganas de llorar tremendas.

—Yo también te amo, idiota.

🍎🍎🍎

Narra Géminis 

Acaricio suavemente su mejilla mientras duerme. Sonrío brevemente y miro su rostro. Me fijo en sus ojeras y suspiro. Estos días, o mejor dicho meses, Acuario ha estado muy decaída. He hecho todo lo posible para que se anime, pero nada. Incluso le he pedido ayuda a sus familiares. Sigo acariciando hasta que ella aprieta un poco los párpados.

—Buenos días, dormilona —río suave y Acuario sonríe.

—¿qué hora es? —bosteza y abre sus ojos.

—las once y media, marmota perezosa—. Me pega con un cojín y río fuerte—. Era broma mi amor —le abrazo—. Preparé el desayuno mientras roncabas.

—Para o lo siguiente que te llevarás no será un cojinazo —gruñe y río.

—Está bién, está bien —le doy un pico—. Anda, ve a desayunar. Yo voy a ducharme —me levanto y entro al baño. Me miro en el espejo y suspiro. Me estaba empezando a salir una especie de barba prepuber. Paso mis manos por ella, ya era hora de quitarla.

Después de ducharme, me afeito mientras bailoteo una canción. De repente la puerta del baño se abre y me doy un susto. Me hago un corte en la mejilla.

—¡Los siento mi amor! Ahora traigo el botiquín —sale del baño y en un momento vuelve—. A ver...

—No es nada Acua —pasa un algodoncillo por mi mejilla.

—Sí que pasa, te vas a desangrar.

—¡Ahhh! ¡Que se me sale el estómago por el corte! —alarmeo y ella rueda los ojos. Río ante su reacción—. ¿Qué ibas a hacer? Estás en ropa interior —sonrío de lado. Acuario se sonroja.

—Yo pues... —susurra y me mira. Nos quedamos así durante unos segundos hasta que nos unimos en un beso.

Meto la lengua en el beso y juego con la suya. Acaricio su cintura y me siento en el retrete. Ella se sienta en mi regazo y pasa las manos por su pecho. Muerde mi labio suavemente .

—Te amo Géminis —susurra.

—Te amo Acuario —susurro igual y quito su sujetador. Al principio se sonroja y yo sonrío.

Acaricio sus pechos y masajeo sus pezones, los cuales se ponen duros. Empiezo a besar su cuello y bajo una mano a su trasero, lo agarro y ella gime.

—¿prefieres hacerlo aquí o en la cama? —le miro jadeando un poco.

—Me gustan las cosas nuevas —ríe suave y me besa.

Llevo una mano a su intimidad, se notaba que estaba muy mojada. Meto la mano por la fina tela de las bragas y beso su cuello. Empiezo a masajear su clítoris. Escucho sus suaves gemidos sobre mi oído y eso hace que me ponga más duro.

De un momento a otro ya me estoy colocando un condón. Me besa y yo lo sigo.

—Hazlo despacio, como nos gusta —sonríe leve y asiento.

Voy metiendo mi miembro en su intimidad poco a poco, sintiendo cada vez más placer. Gimo ronco al terminar de meterlo todo.

—¿bien mi amor?

—No es como si fuera mi primera vez— ríe y empieza a mover su cintura, donde yo poso mis manos. Gime y se mueve en círculos.

—Joder... —suelto algún que otro gruñido.

Segundos después aumenta el ritmo, el choque de nuestras pieles suena y yo gimo. Al cabo de unos minutos nos acabamos corriendo. Jadeo mientras mi pene sigue dentro de ella. Sonrío de lado.

—me ha encantado, mi amor.

🍎🍎🍎

Ale, capítulo nuevo JAJAJ. ¿siguiente pareja?

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