Twelve

Capítulo 42

Narra Leo

Miro el vestido color rosa pastel que tengo delante de mí.  Después miro mi cuerpo completamente desnudo. Mis caderas se habían ensanchado un poco y los pechos eran más grandes. Suspiro. La barriga estaba un poco abultada. Tomo el vestido y lo dejo sobre la cama. Hoy era la graduación.

Me pongo la ropa interior y cuando voy a coger el vestido, tocan la puerta.

—¿Puedo pasar? —se escucha la voz de mi madre. Grito un sí y ella entra.

Empiezo a colocarme el vestido mientras miro el suelo.

—Deja que te ayude —se acerca y sube la cremallera. Me acomoda la falda del vestido y sonríe suavemente—. Eres hermosa, Leo —susurra poniendo las manos en mis hombros.

—No digas tonterías, mamá... —susurro y me siento en la cama. Ella hace igual y me abraza.

—Es la verdad. No estés mal, llevas así mucho tiempo.

—Estoy fofa y embarazada —gruño mirándole—. ¿Crees que puedo estar bien?

—Yo lo estaba cuando te tenía aquí —ríe leve palmeando su barriga—. Así que cambia esa cara y sonríe, que me encanta cuando lo haces —besa mi frente y sale de la habitación.

Lo único que esperaba de ese día era encontrarme a Aries. Hacía tiempo que no lo veía y mi corazón se oprimía cada vez que recordaba nuestra ruptura. Daría lo que  fuera solo para abrazarle de nuevo.

Salgo de mi habitación ya lista. Mi madre me hace unas fotos y ruedo los ojos. Abrazo fuerte a mi padre, el cual me lleva al instituto. Al llegar, miro a todos, felices y contentos por su graduación.

Busco a Capricornio con la mirada, está con Libra hablando. Me acerco.

—Hola —miro a los dos.

—Hola Leo —Capri levanta la vista y me mira. Sonríe suavemente—. Siéntate, estamos esperando a Géminis y a Acuario.

Yo asiento y me siento a su lado. Libra y ella retoman la conversación.

—No te preocupes, te dijo que estaba confusa —dice mientras acaricia la espalda del chico.

—Capri, Sagitario me va a odiar —suspia el chico y se levanta—. Creo que iré al baño —camina metiendo las manos en su traje. Le miramos durante unos segundos hasta que desaparece por una puerta.

—¿Qué le pasa? —alzo una ceja y miro a mi amiga. Ella me mira.

—Libra y Sagitario se dieron un tiempo, ¿no lo sabías? —niego.

—Para nada. Parece que lo está pasando mal —hago una mueca.

—Creo que todos lo pasamos así —suspira y me mira fijamente. De repente baja la mirada y se acomoda. Se ha vuelto muy sería.

—¿Sucede algo? —le miro extrañada. Ella tarda en responder.

—¿Has hablado con Aries? —traga saliva y junta sus manos. Yo niego frunciendo el ceño.

—No, ¿por? ¿pasó algo? —miro a Capri curiosa y a la vez molesta. ¿a caso sabe algo de él que yo no?

—Leo... —susurra—. Aries se fue a vivir a Italia con su familia —frunce los labios.

De pronto un vacío se forma en mi interior. ¿Cómo que Aries se había ido? Él me dijo que nunca me abandonaría. Rompisteis, maldita subconsciente.

Niego rápido y hago que ella me mire.

—Dime que es mentira, por favor —digo con dificultad, las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos.

—Lo siento.

🙊🙊🙊🙊

Narra Libra

Camino rápido hacia el baño. En el camino, veo a Sagitario con Frank, un chico que se ha estado acercando mucho a ella desde que nos dimos un tiempo. Los miro y aprieto mis puños. Ríen y él le guiña un ojo.
Pongo los ojos en blanco y voy a un aula. Cierro la puerta y me siento en una silla al lado de la ventana. Miro por esta.

Hoy es el día de mi graduación y no estoy con ella. Apoyo mi barbilla en mi mano y suspiro. La puerta del aula de abre y se escucha un suspiro. Miro a la persona. ¿Sagi? Ella abre los ojos y nuestras miradas se encuentran. Dejo de mirarle.

—Hola... —susurra y camina hacia mi. Se sienta en la silla de delante.

—Hola —vuelvo a mirar por la ventana. Un silencio incómodo se forma pero decido romperlo​—. ¿No estabas con Frank? —ella alza la vista y se encoge de hombros.

—Estaba... —hace una mueca—. ¿Tú no estabas con alguien?

—Yo estoy solo —le miro.

Otra vez el silencio.

—Anda, ve con tu nuevo novio —suelto despectivamente. Ella frunce el ceño.

—Frank no es mi novio.

—Pues lo parece.

—Mi novio eres tú.

Abro bien los ojos. ¿Escuché bien?

—Sí, claro—ruedo los ojos y río.

—Te pedí un tiempo, no que lo dejáramos.

—Ya, claro. Pero sí irse mientras con otra persona, ¿no?

—Idiota —se levanta y gruñe—. ¿Sabes? Así no vas a arreglar nada —camina hacia la salida.

—¿Arreglar el qué? —río alzando un poco la voz.

—Lo nuestro —sale dando un portazo.

Aprieto la mandíbula.

—Lo nuestro... —susurro y miro el suelo.

﹏﹏﹏﹏

Salgo corriendo del aula. Busco a Sagitario con la mirada y al verla corro hacia ella. Llego a su altura y tomo su mano, haciendo que se gire. Tiene unas pequeñas lágrimas en los ojos. Jadeo leve.

—Te amo, joder, te amo Sagitario —digo en voz alta y la gente nos mira, pero no me importa.

—Libra...

—Te echo de menos, no sabes cuánto. Sé que fui un estúpido al pedirte matrimonio, pero es que... En verdad siento que eres la mujer perfecta para mi y no puedo imaginarme una vida sin ti. A parte, me pongo muy celoso cuando te veo con ese tal Frank que ...—gruño—. Lo siento. Solo te hago daño —. Le miro y ella llora—  ¿Lo ves? —niega.

—No... Yo también te echo de menos —me abraza fuerte y solloza—. Siento haber sido una borde contigo. Lo siento mucho Libra.

Sigo el abrazo y cierro los ojos. La sirena que avisa que todos tenemos que ir al salón de actos suena. Todo el mundo va saliendo y nos quedamos solos. Le miro y tomo sus mejillas.

—Sagi —susurro y nos fundimos en un beso—. Te amo.

🙊🙊🙊🙊

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