Especial: Ofiuco

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Lo único que quiero en este momento es huir. Huir de mi casa, huir de la gente, huir de todo.

¿Por qué no me aceptan? No voy a cambiar por ser así, no voy a ser más malo, ni voy a decepcionar a Dios.

Camino por el parque que hay cerca de mi universidad.

¿Y si lo intento? A lo mejor es que estoy confundido...

Veo a una chica sentada en un banco. Al principio me acerco dudoso, pero me armo de valor. Todo por mi familia.

-¿Qué hace una bella dama aquí? - pregunto en un tono pícaro, se me da bien fingir.

-Vete- me responde borde. Río por su actitud.

-No- hago caso omiso a su orden y me siento a su lado. Ella abre un ojo y frunce el ceño.

-¿Qué quieres? Ahora no tengo ganas de hablar con alguien.

-Quiero conocerte, me interesas- miento. En realidad quiero irme lejos y lamentarme.

-Ahora no estoy para relaciones, mejor vete.

-Yo soy Ofiuco, un placer- dejo de pensar en eso y paso un brazo por sus hombros mientras le estiro la mano en forma de saludo. Ella ríe un poco.

-Leo. Y supongo que ya me has conocido. Así que...

-Así que te vas a comer conmigo- se suelta de mi mano pero se la cojo. Intento saber si siento ese cosquilleo cuando toco a un chico, pero no ocurre nada.

-Anda, al menos olvídate del idiota que te ha hecho eso y vente con este guapo e inteligente tío- digo de improviso mientras me señalo. Al parecer he acertado.

-No te conozco. Podrías abusar de mí- relaja su expresión.

-Vaya, ¿doy esa impresión? - los dos reímos.
-Vale, voy contigo. Pero en serio- se levanta del banco y se deshace del agarre-, no hagas nada raro.

-Prometido. ¿A dónde quieres ir? Yo a un Telepizza- propongo, ella asiente sonriente y nos dirigimos al lugar.

¿Por qué estoy haciendo esto? Yo no soy así. Si pudiera aceptarme a mi mismo...

◀∽∽∽▶

Es de noche y me acercó sigilosamente a mi casa. Las luces están apagadas y un silencio sepulcral inunda el vecindario.

Abro la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido. La cierro y voy de puntillas hacia la escalera.

-¿Ofiuco?- me sobresalto y me caigo de culo-. ¿Dónde has estado? Mamá ha estado llorando toda la tarde y papá se ha ido. ¿Qué ha pasado?

-Se lo he dicho- me levanto del suelo con la mirada gacha-. Les he dicho que soy gay, Dave, y no me han aceptado- una lágrima amenaza con salir.

-Ofiu...- mi hermano se acerca y me abraza muy fuerte-. No te sientas culpable, nadie tiene la culpa...

-No, Dave, no- digo llorando-. No puedo evitarlo. No puedo cambiar nada.

-Tranquilo -me susurra-. Yo te apoyaré pase lo que pase, ¿entendido?- asiento mientras nos separamos-. Ve y prepárate una mochila. Te quedarás un tiempo en mi apartamento. ¿Vale?- asiento y subo las escaleras.

¿Qué haría yo sin mi hermano? Siempre está ahí para apoyarme, ayudarme y cuidarme. A veces pienso que debería dejarme, no me merezco su ayuda.

Entro a mi habitación, cojo ropa del armario, un par de zapatos, unos auriculares y el cargador del móvil.

Bajo las escaleras, mi hermano está mirando su móvil mientras con una mano juguetea con las llaves del coche.

-Estará Vico pero tranquilo, él no molestará - frunzo los labios y salimos de casa. Nos acercamos al coche y Dave me coge la mochila-. Sube, yo dejaré esto en el maletero- obedezco y me subo en el asiento del copiloto.

Dave arranca y el trayecto hasta su casa es silencioso. Sabe que ahora mismo no quiero hablar y se lo agradezco.

Bajamos del coche y entramos al postigo.

-No te asustes por lo desordenado que está, o si te encuentras a una tía en bolas, sabes cómo es Vico- asiento y subimos al ascensor.

Salimos y Dave abre la puerta del apartamento. Entró detrás de él mientras me acomodo la mochila.

-Hay Vico, no...- en el sofá están una chica en sujetador y Vico encima suya besándose. Paran y mi mirada chocha con la de Vico.

-Hola- saluda mientras de levanta y se arregla el pelo. Va en calzoncillos y no puedo evitar mirar su musculoso cuerpo-. ¿Y tú qué miras?- me sonrojo y niego frenéticamente.

-Este es mi hermano, Ofiuco, se quedará aquí durante un tiempo- Vico asiente mientras me mira de arriba a abajo.

-Vale...

-Ven, te enseñaré tu habitación - mi hermano se adentra en un pasillo y le sigo.

entramos a una pequeña habitación con una cama, un armario y una mesita de noche con una lámpara.

-No es muy acogedora pero está bien- #e encoge de hombros.

-Gracias -le abrazo, él corresponde.

-No hay de qué. Es mejor que duermas- nos separamos- , debes de estar cansado. Yo también me voy a dormir. Buenas noches- sale de la habitación, cerrando la puerta.

Suspiro y me tumbo en la cama de matrimonio. La fuerte y musculosa figura de Vico me viene a la mente. Le conozco desde hace un tiempo, aunque solo de vista, ya que suele estar con mi hermano en casa de mis padres.

La puerta principal se escucha cerrándose, parece que la chica se ha ido. Eso me da un alivio.

Cierro los ojos para quedarme durmiendo, no me molesto siquiera en ponerme el pijama. Está todo en silencio, me acomodo la almohada. Alguien abre la puerta de la habitación, me hago el dormido. ¿Quién será?

-Así que Ofiuco...- susurra, es Vico. Presiento cómo se agacha a mi lado y cómo su aliento choca en mi rostro. Posa su mano en mi muslo derecho mientras va subiendo hacia mi mejilla. Me la acaricia con su pulgar, intento no ponerme nervioso-. Ofiuco...- junta sus labios suavemente con los míos. Cuando se levanta, abro un poco el ojo izquierdo: está plantado en la puerta mientras me mira, al parecer no se ha dado cuenta de que estoy despierto.

Sale y cierra la puerta. Abro los ojos como platos, ¿qué mierda acaba de pasar?

💫💫💫💫

Si os gusta cómo va la historia, la continuaré como las demás en vez de hacerla en especiales. A parte de contar la historia de los doce signos, añadiré a Ofiuco ☺

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