Al día siguiente

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Nathalie POV

Me despierto a las nueve y la prueba es a las diez y media y como tengo tiempo me tomo una ducha relajante, me visto, me peino, me seco el pelo y voy a desayunar.
Mi madre al entrar en la cocina me sonríe.
- Buenos días - dice mamá
- Buenos días
- ¿Cómo te encuentras?
- Nerviosa
- Eso es normal cielo, pero ya verás como todo sale bien, tranquila
- Gracias mamá
Nos abrazamos y me voy para poder hablar con Andrew.
Al llegar lo busco entre los eruditos pero no lo veo hasta que alguien me toca el hombro y veo que es él, lo abrazo y nos alejamos un poco.
- ¿Cómo estás?
Yo le respondo que bien, pero él sabe que no es verdad,
- No te creo Nathalie, ¿qué te ocurre?, sabes que puedes contarme lo que sea
- Claro que lo sé, pero me es complicado decírtelo
- Te quieres quedar en Osadía ¿verdad?
- ¿Cómo lo has sabido?
- Porque te conozco
- Sé que es injusto Andrew, pero, quiero quedarme, Osadía es mi casa, mi vida, sé que encajo aquí, tú puedes quedarte en Erudición
- Elegiré Osadía
- ¡Qué! No Andrew, escoge lo que quieras, no lo hagas por mi.
- Es lo que quiero
- Pero...
No puedo acabar la frase porque avisan que la prueba está a punto de empezar y entonces Andrew se despide y se va.
Me coloco en la fila de los de Osadía y entramos. El recinto es grande, nos llaman de 10 en 10 por lista. Las pruebas las hacen miembros de otras facciones. A nosotros nos las hacen miembros de Abnegación.
Cuando me toca y entro en la habitación veo que es una mujer, más o menos de la edad de mi madre.
- Hola, me llamo Susan, voy a ser la persona que te haga la prueba - saca una jeringa y me pongo nerviosa - no te asustes, te dolerá un poco pero es un suero que necesito inyectarte para la simulación.
- ¿Simulación? - pregunto
- Te lo explicaré. Este suero lo que hará será activar la parte de tu cerebro que produce el miedo, y hará que tengas una especie de alucinación, en el que creerás que todo es real. Yo lo veré por medio del ordenador y dependiendo de lo que hagas saldrá como resultado una facción. ¿Lo has entendido?
- Sí
- Bien, empecemos. Siéntate por favor.
Me acerco a la silla y hago lo que me ha dicho.
- Ahora te inyectaré este suero. Verás que duele un poco, pero no tienes que preocuparte.
- Vale
Me inyecta el suero y noto que poco a poco voy cerrando los ojos.
- Recuerda Nathalie, tranquilízate y sé valiente. Mucha suerte.
No me da tiempo a contestar porque la simulación empieza.
Al acabar me despierto sobresaltada.
- Tranquila, ya está, lo has hecho muy bien - me dice Susan
- ¿Qué me ha salido?
- Bueno, es difícil de decir
- ¿Cómo puede ser eso? ¿Cuál ha sido mi resultado? - me pongo muy nerviosa. ¿Y si en realidad no encajo en ninguna facción? ¿y si me convierto en una abandonada? No puede ser
- Verás, no has tenido un único resultado. La verdad, me es complicado decírtelo pero...tienes aptitudes para tres de las cinco facciones.
- ¿Tres?
- Sí. A las personas como tú se las llama divergentes.
- ¿Divergentes?
- Sí, sois personas que encajais en más de una facción, soleis tener aptitudes para dos, pero tú tienes para tres. Nathalie, escucha con atención, no se lo puedes decir a nadie, ¿entendido?, a nadie.
- ¿Por qué?
- Porque sois diferentes, no encajais en una única facción y de ese modo resulta más difícil controlaros. Pondré manualmente que tu resultado es Osadía.
- Pero...
- No te preocupes, simplemente haz como si tu resultado hubiera sido Osadía, porque en verdad es así. Vete a tu casa y descansa.
- ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
- Desde que entraste, unos doce minutos. Has acabado muy rápido, así que ve al baño, lávate la cara y relájate, ya verás que todo sale bien.
- De acuerdo, y gracias
Voy al baño como Susan me ha dicho, me lavo la cara, me peino un poco, bebo agua, me relajo y veo la hora. Han pasado cuatro minutos desde que salí de la habitación. Susan me aconsejó que dejara pasar seis minutos, así que espero dos más y salgo. No me apetece esperar a Andrew, así que vuelvo a casa. Al llegar mi madre no está en casa así que subo y me tumbo en la cama.
¿Divergente? David, en el departamento de bienestar genético me lo comentó, aunque no me lo creía, ahora sí. En estos momentos sé que tengo que hacer. Con estos últimos pensamientos me quedo dormida.
Me despierto sobre las cuatro y media por el ruido de la puerta, es mi madre. Salgo y la veo, me pregunta que tal ha ido y yo le digo que bien. No me hace preguntas y yo se lo agradezco.

Una vida en OsadíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora