Día libre y fiesta dentro de un mes Parte 2

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Cuatro POV

Al pasar la hora decidimos ir con los demás y ver si habían acabado.
- ¿Y que te gustaría que te regalaran? - le pregunto mientras vamos
- No hace falta que me regales nada, si te refieres a hacerme un regalo
- ¿Por qué no?
- Porque no hace falta
- Pero si quisiera hacerte uno que te gustaría?
- No sé. Me conformo con lo que sea. Lo importante es la intención y la persona que te lo da, no lo que recibes de ella
Pues entonces no sé que le puedo regalar. Quiero algo que no tenga y que pueda llevarlo siempre.
Llegamos y vimos que los demás nos estaban esperando fuera. Nos unimos a ellos y fuimos de compras. Genial. Nótese el sarcasmo. Pasamos por tiendas de ropa, maquillaje, perfumes... Al principio pensé que porque no iban las chicas solas y después íbamos a buscarlas. Luego comprobé que nos querían solo para que transportásemos sus bolsas. Yo llevé las de Tris. Al menos ella no compró tanto en comparación a Marlene.
Como las bolsas pesaban decidimos ir a tomar algo y poder descansar. Nos sentamos todos juntos en una mesa y pusimos las bolsas en el suelo.
- ¿No creeis que os habeis pasado un poco con las bolsas? - pregunta Zeke
- ¿Un poco? Será que Shauna no ha comprado casi nada, porque lo que es Marlene y Lynn han arrasado con las tiendas - dice Uriah
Nos empezamos a reír y poco después nos tajeron nuestro pedido.
- Venga, vamos a jugar a algo - dice Uriah
- Como por ejemplo? - dice Shauna
- A las preguntas. Cada uno le hace una pregunta a otra persona, si esa persona no la contesta tendrá que hacer lo que la otra persona quiera - dice Uriah
- Vale - decimos todos
- Bien. Empiezo yo - dice Uriah - Tris, que es lo que te gustaría que te regalaran por tu cumple?
- Otro. No lo sé. Lo que querais, lo importante es el detalle y la persona que lo da.
- Bien. Entonces tengo alguna idea de que puedo regalarte - dice Uriah
- Bien, me toca. Marlene, que te gustaría que hiciera un chico para conquistarte y como querrías que fuera ese chico?
- Bueno. Las características que me gustaría que tuviera serían que fuera cariñoso, pero no empalagoso, que sea protector pero no controlador, que sea divertido, alegre, fiable, responsable... No sé, lo que toda mujer busca en un hombre, y como me gustaría que me conquistara, pues... nada de palabras bonitas de eres preciosa, me encanta tu sonrisa, eres muy dulce, es muy tópico, me gustaría que fuera amable y que no forzara las cosas, que me dejase conocerle y ver como es y que él me vea para ver como soy yo, que nos conozcamos y poco a poco ir empezando
- Guau, bien dicho - dice Tris
- Bien, me toca, Lynn, ¿que es lo que más odias de Osadía?
- ¿Odiar? - pregunta Lynn
- Sí. Lo que no te gusta por ejemplo
- Puff, no sé, por ejemplo que no hubieras tantos estúpidos que cuando quieren impresinar a una chica cojen algún cuchillo o algo y en vez de impresionarlas salen heridos ellos o ellas
- Tienes razón - dice Marlene
- Uriah, ¿que es lo que más odias que haga la gente? - pregunta Lynn
- Que se coman mi pastel sin mi permiso. No le voy a dar a quien me lo pida, pero al menos lo intenta - dice Uriah - Shauna, ¿cual fue tu peor miedo en la prueba de aptitud?
- Pues...no sé...creo que...sí. Estaba todo oscuro, no veía donde estaba. Intenté andar o simplemente moverme para ver si encontraba algo, pero nada. Me callé para ver si podía oír algo, pero estaba todo en silencio. Grité para ver si había alguien y me conseguía oír, pero nada. El tiempo se me hacía enterno y no sabía que iba a pasar hasta que escuché un ruido, era como de algo afilado rozando la pared, un cuchillo o algo parecido. Estaba cerca, pero no tanto. Escuché mejor y poco a poco se fue acercando hasta que la puerta se abrió. Un hombre más o menos alto, con capucha, y con un cuchillo afilado entró. En ese momento sentí pánico, porque poco a poco se acercaba a mí. Cada vez más cerca. Al abrir la puerta la habitación se iluminó, por lo que pude ver la habitación. Era amplia y apenas tenía un par de cosas. El hombre se acercaba despacio, puede distinguir un pequeño brillo en su boca. Supe que estaba riendo, pero no podía concentrarme en ese momento, tenía que encontrar algo si quería salvarme, o de lo contrario acabaría mal. El hombre estaba solo a seis pasos, busqué con la mirada por la habitación algo que estuviera cerca y distinguí una pequeña daga, con rapidez la cogí y antes de que pudiera reaccionar se la clavé al hombre. Gritó desangrándose, vi como poco a poco iba perdiendo sandre, color en la piel, y su mirada se iba perdiendo hasta que cayó al suelo, muerto. Me desperté de la simulación sobresaltada.
Después de la confesión nos quedamos un poco pasmados. Después decidimos dejar el juego y los chicos nos enseñaron los nuevos tatuajes que se habían hecho. Luego estuvimos hablando, riendo y comentando sobre el trabajo. Poco después nos despedimos y cada uno se fue por su lado.
Al llegar a casa hice algo de cenar y después me fui a dormir.
Antes de dormirme estuve pensando en que le podía regalar yo a Tris por su cumple. Al final, al borde del sueño se me vino una idea.

Una vida en OsadíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora