Pasé el resto de la mañana pensando en la maldita lista de canciones mientras buscaba por Spotify y me metía en tiendas de las avenidas con Shanzam abierto para identificar los temas que me gustaban.
Estuve alrededor de media hora sentada en un rincón de Forever 21 hasta que me echaron como el perro vagabundo que era.
Luego, por la tarde, tuve que ir a clases. Pero metí los auriculares dentro de mi camiseta para poder seguir escuchando con uno. Cosa que me costó mucho, porque se me ocurrió la gran idea de hacerlo mientras iba por el parque central, así que la gente seguramente pensó que me estaba tocando los pechos.
Llevaba alrededor de dos minutos sentada en un banco mientras intentaba desenganchar el cable de mi sostén cuando se me acercó un oficial despacio, con cara de pocos amigos.
—Disculpe.
Dejé de mirar por debajo de mi camiseta y levanté la cabeza hacia el sujeto que estaba parado a mi lado. Tenía sus brazos rechonchos cruzados sobre el pecho y los lentes de sol puestos, a pesar de que estaba nublado.
—¿Lo perdono? —bromeé, algo nerviosa.
No quería volver a la cárcel.
Esta vez estaba segura de que no había hecho nada ilegal.
—No puede hacer eso en espacios públicos.
Volví a inclinar la cabeza como perro.
—¿Hacer qué?
Él miró las manos dentro de mi camiseta para que yo comprendiera.
—Señorita, no puede tocarse en un parque.
Madre de Dios.
Saqué las manos de aquel lugar de inmediato y abrí la boca para responderle que sólo me estaba acomodando los auriculares, pero alguien dejó un par de bolsas a mi lado, en el asiento, y se paró frente a mí para hablarle al oficial.
—¿Qué hace usted viendo cómo mi amiga se acomoda la camiseta? —Me aparté un poco cuando me di cuenta de que le estaba mirando el trasero a la chica y me incorporé para ver a mi salvadora—. Es menor de edad ¿Por qué la anda mirando?
Tenía el cabello oscuro atado en una cola de caballo ajustada y llevaba un abrigo de lana rojo que le llegaba hasta las rodillas, por lo que no pude adivinar la edad que tendría.
—¿Tu no estabas anoche en la estación de policías?
Ella se limitó a acomodarse el cabello como una diva y apartar la mirada con un suspiro.
—No lo sé, tengo una vida ocupada ¿Eso es todo?
El oficial la miró con molestia, pero acabó por marcharse.
La chica se dio vuelta para tomar las bolsas que había dejado a mi lado y entonces pude ver de quién se trataba.
Mierda.
—¿Cómo estás, Jodie? —Amanda puso las bolsas en su brazo y me dedicó una sonrisa amable—. No le hagas caso a esa gente.
ESTÁS LEYENDO
Todo por el cliché
Novela JuvenilJodie acaba de entrar a la universidad con sólo una cosa en mente: cumplir su lista de clichés para ser la mejor protagonista de wattpad. Y graduarse, claro. -.-.-.-.-. Jodie tiene una doble vida, como Hannah Montana, y de día es estudiante, pero de...