34. Porque soy Jodie Morgan

8.7K 1.1K 861
                                    

Holaaa. 

Antes de empezar, este es el último capitulo, pero aún queda el epílogo y tres capítulos extras, así que estén atentos a las actualizaciones de esta semana. Por otro lado, gracias por acompañarme a mí y a Jodie en este viaje que comenzó en 2016. Espero que este no sea el fin, sino el comienzo, y que se vengan cosas grandes para este libro.

ahora sí, baii.

-.-.-.-.-



Víspera de navidad, 23.00 hs. 

Luces rojas y verdes se reflejaron en mi rostro mientras la nieve seguía cayendo. Parada sobre un banco en el balcón de Anton, enganché la última tira de leds sobre la ventana.

—¿No quieres cambiar de lugar, Galletita? —preguntó Zack, medio metro más abajo.

Se encontraba sosteniendo mis piernas para asegurarse de que no me resbalara, o algo. Levantó el rostro para verme con una mezcla de preocupación y desconfianza, como si no creyera que yo fuera capaz de pasar tanto tiempo sin caerme. Varios copos de nieve cayeron sobre su cabello y rostro.

—¿Cuándo vas a entender que soy Spiderman? —Me agaché sobre el asiento y lo tomé por los hombros para apoyarme y bajar—. Mira, no te puedo mostrar mi traje, porque es peligroso, pero tienes que tener un poco de fe en mí.

Bajé al suelo y quedé frente a él. Eché una mirada al interior del departamento: Las ventanas estaban cerradas, por lo que llegaba el sonido amortiguado de la música de la fiesta.

Más bien, se trataba de una reunión, porque no llegábamos a ser más de veinte y estaban todos demasiado tranquilos. Salem decoraba adornos del árbol junto a Serena, en el sofá, y no dejaban de mancharlo todo con brillo; Amanda le enseñaba a alguien algo en su portátil. Sienna hablaba muy entusiasmada con un grupo de personas alrededor del árbol; y Luc se dedicaba a cocinar con su grupo de amigos la cena de navidad.

Anton estaba en la otra punta del país, en la fiesta de la discográfica, junto a papá, mamá y su flamante "novia" Sienna. En un principio había planeado ir con ellos, pero me pareció más cauto estar aquí, con mi hermano, que allí, con un Chase medio perturbado. Porque no, aún no había logrado asimilar que su propia hija quisiera matar a su madre.

Pero no me iba a dar por vencida tan rápido con eso y Salem tampoco.

Cuando volví la cabeza a Zack, él ya no me estaba mirando, sino que miraba al interior del piso. Justo donde estaba Amanda.

—¿Te sigue gustando? —Me crucé de brazos. Ahora que no estaba ocupada pensando en no resbalar y morir comenzaba a sentir el frío.

Zack arrugó la frente y adoptó de nuevo esa pose de chico rudo y malo. Él ya debería saber que le perdí todo el respeto después de verlo usar orejas de gato.

—¿Quién?

—Cierta persona cuyo nombre comienza con A y termina con manda —le recordé.

Él comenzó a negar, como si el sólo pensarlo ya le estresara.

—¿Después de cómo terminamos? No, gracias.

Me alcé de hombros.

—Yo no estuve ahí. No sé qué fue lo que pasó. Pero Amanda terminó con Wes definitivamente. —le conté—. Y ya pasaron muchos años desde que ustedes cortaron ¿No? Al menos podrían hacer las pases.

Zack hizo amague de querer responder algo, pero las puertas de la ventana se abrieron y Amanda entró al balcón. Los dos nos apartamos por reflejo y la miramos. Ella ni siquiera reparó en Zack.

Todo por el clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora