Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)

Kira

Tú (P.O.V)

Aquella noche no pude dormir gracias a la ansiedad, por lo que mientras caminaba al colegio a la mañana siguiente, decido comer una manzana para animarme un poco. El sol está resplandeciente y el aire cálido, pero yo tengo frío, así que voy envuelta en una bufanda roja junto con un suéter de lana.

A tres cuadras del instituto, escucho pasos apresurados detrás mío, y cuando me volteo a ver quién es, me encuentro con Light sonriéndome ampliamente; deja de hacerlo en cuanto me ve a la cara.

-¿Qué te pasó?- pregunta tomándome de los cachetes, haciendo que lo viera directamente a los ojos.

-Insomnio- respondo, sacudiendo sus manos de mi cara al notar que están frías.

-Te ves fatal- menciona mientras volvemos a caminar.

-Sí, lo sé. No tenías porque recordármelo- respondo enfadada y aumentando el paso.

-No, no me malinterpretes. Me refería a que te vez enferma, creo que tienes fiebre- me pone el dorso de la mano sobre la frente con preocupación-. No lo creo, estoy seguro.

-¿Y qué quieres que haga? No puedo irme a mi casa, mi padre me sacaría a patadas y me traería de los cabellos a la escuela.

-Primero que nada, quítate el suéter y la bufanda- me ordena, impidiéndome el paso.

Hago lo que dice con inercia y guardo mis prendas en mi mochila. Tiemblo cuando una ráfaga de viento pasa-. Ahora, no dejare que entres a clase en estas condiciones...

-Ya te dije que no puedo ir a otro lugar. Si faltó a clases el director llamara a mi casa y mi papá me matará, lo sabes- le interrumpo, irritada.

-Eso déjamelo a mí- dice agarrándome de los hombros y forzándome a caminar en dirección contraria al instituto-. Mi papá está en el trabajo y Sayu en el colegio. De mi mamá tampoco te preocupes, sale temprano al supermercado.

-No te entiendo.

-Vete a mi casa y quédate en mi habitación hasta que vuelva, duerme un poco- explica mientras me da las llaves de su vivienda.

-Light, no puedo hacer eso- digo apenada y con los cachetes de un rojo intenso.

-Vamos, insisto. Eso es lo que hacen los amigos- reitera con una sonrisa amable.

-¿Estás seguro?

Él solo asiente mientras se acerca a mí para depositar un beso delicado sobre mi frente. Ese simple acto hace que algo en mi interior se aliviane y que las dudas se desvanezcan en el aire. Ahí estaba, mi mejor amigo, Light Yagami. Ese que llevaba perdido las últimas tres semanas sin razón aparente. Los ojos se me cristalizan al mismo tiempo que hecho mis brazos a su cuello y entierro mi cabeza en el mismo.

-De acuerdo- digo segundos después, separándome de él.

Light sonríe con amabilidad y da media vuelta con dirección al instituto, mientras que yo me dirijo hacía su casa. No tardó mucho en llegar a la vivienda de los Yagami, pues se encontraba a tan solo unas cuadras del colegio. Al llegar, abro con sigilo la puerta por miedo a que Sachiko se encuentre ahí, pero al entrar todo se encuentra en silencio, por lo que me relajo. Me quitó los zapatos antes de subir las escaleras por respeto, y me encamino a la habitación de Light. Al pasar a la pieza, notó un pedazo de papel caerse al suelo, frunzo el ceño al verlo. Cierro la puerta tras de mí, después de volver a poner el retazo en su lugar, y pongo el pestillo. Dejo mi mochila y zapatos a un lado de la cama y me tiró sobre ella al mismo tiempo que observo la habitación... Cuando algo llama mi atención.

Light siempre había detestado tener comida en su habitación, a menos que fuera empaquetada. Sin embargo, tenía una canasta de manzanas sobre su escritorio y algunas de las semillas estaban esparcidas por el suelo. Me levanto de la cama para levantarlas y tirarlas a la basura, pero cuando me agacho a recoger las que están debajo de su escritorio, me pegó contra la parte baja de un cajón. Alzó la vista hacia arriba irritada, y veo un pequeño orificio en la madera. Lo examino y llegó a la conclusión de que se trata de la entrada a un segundo compartimiento, lo sé porque Light me había ensañado ese truco años atrás.