Eres mía (Parte 2)

11.9K 769 1.4K
                                    

Advertencia

Atención, este capítulo tiene contenido explicito sexual, te diría que solo está disponible para personas de 18 en adelante, pero no me prestaras atención, así que solo diré que leas bajo tu propia responsabilidad.

XD

Créditos del capítulo a @LoonyFangirl.

_____________________________________________________________________________________

Light P.O.V

Sentí temblar a (T/N) debajo de mí en lo que me quitaba el bóxer, por lo que voltee a verla con verdadera preocupación. Acerque mi mano hacía su mejilla y la bese con delicadeza.

-Podemos parar si así lo deseas- comento, acariciando su piel.

-No, quiero hacerlo- responde ella, aunque en su voz logro captar el miedo.

-Sabes que yo no te haría daño, ¿verdad?- Rokujo me ve insegura, pero asiente.

-Quiero que lo hagas- añade, con más seguridad y viéndome a los ojos.

La beso una última vez antes de acomodarme entre sus piernas. Con decisión la penetro un poco y ella suelta un chillido. Me asusto y sostengo su cara entre mis manos para tranquilizarla.

-Está bien, está bien...- le digo al oído, mientras ella se aferra a mis brazos.

Sigo penetrándola, provocando que (T/N) grite y se retuerza un poco sobre la cama. Cuando ya estoy completamente dentro, espero unos segundos a que ella deje de llorar y rasguñar mi espalda.

Demonios, se sentía mejor de lo que esperaba. Sentía las paredes de su vagina apretar con fuerza mi miembro erecto, lo que causaba que respirara con dificultad ante el placer.

-Me voy a mover un poco... ¿De acuerdo?

Ella solo asiente antes de que comience a embestirla de manera suave, para no lastimarla demasiado y que se fuera acostumbrando. Rokujo solloza de dolor ante el movimiento, pero después de unos minutos de la misma manera ella comienza a mover sus caderas al compás mío.

Aumento la velocidad y dureza, y dejó escapar gemidos, lo que hace que ella se estremezca excitada. La tomo de la mano y la beso con fiereza. En la habitación no se escucha otra cosa más que el chirrido de la cama y nuestros jadeos, lo que hace que me revise la habitación en busca de Ryuk. Se había ido seguramente cuando vio cuales eran nuestras intenciones, se lo agradecí mentalmente.

-Light, Light...- me llamaba Rokujo entre gemidos, por lo que volví a centrar mi atención en ella-. Más... Más rápido.

Veo que está sonrojada hasta la punta de la nariz al hacer aquella petición, así que le beso la frente en lo que acelero.

-Dime que eres mía- le susurró al oído-. Di que me perteneces.

-Soy tuya, Light, solo tuya- me obedece, haciendo que emita un gruñido.

-¿Y qué más?- insisto.

-Light...- jadea de deseo y vergüenza.

-¿Y qué más?- me detengo de repente, torturándola un poco.

-Por favor...

-Di que me perteneces.

-¡Te pertenezco!- grita ella en desesperanza y moviendo las caderas en busca de que siga con mis embestidas.

-Te amo- le digo antes de volver a penetrarla con tanta fuerza que su menudo cuerpo rebota contra la cama bruscamente.

-¡Light! ¡Light!- exclama a todo pulmón, pasando sus uñas por la piel de mi espalda.

En un movimiento que no logro captar muy bien, la posiciono encima de mí y hago que ella tome el control de la situación. (T/N) se mueve rápidamente sobre mi masculinidad, mientras recarga sus manos sobre mi pecho. Aprovecho la posición n la que estamos para volver a tomar su seno izquierdo en mi boca. La frialdad de mi lengua hace que su pezón se endurezca de inmediato, sonrió con maldad a ver el deseo en sus facciones.

A un lado nuestro, en donde se encuentra la ropa tirada, su celular comienza a sonar desde su abrigo. Estiro la mano para agarrarlo, en lo que ella trata de impedírmelo. Vuelvo a moverla para que quede en posición de perrito y la agarro del cabello para jalarla hacía mí. Veo la pantalla del celular, donde en letras negras dice Aika.

-Sera mejor que controles esos gemidos, si no quieres que tu hermana se entere de lo que estamos haciendo- le aconsejo, tapándole la boca. Contesto la llamada

-¿Hola?- modero mi voz al momento de hablar.

-¿Yagami-kun?- la voz de Aika suena al otro lado-, Discúlpame si te molesto, pero Matsuda-san llamó diciendo que (T/N) se fue contigo porque le surgió una emergencia. ¿Sigue ella contigo?

-Si- me detengo un momento a respirar bien-. Mi padre tuvo un infarto y quiso quedarse a apoyarme un rato.

-Oh, de acuerdo- suena aliviada al otro lado de la línea-, Solo estábamos algo preocupados por ella.

-No tiene porque, la llevare a casa en un rato más- digo con prisa, sin poder aguantar los jadeos un minuto más.

-Bien, entonces adiós.

-Adiós- cuelgo el celular tan rápido que inclusive se me cae de las manos hasta el piso.

En cuanto el aparato azota en la madera, (T/N) suelta un grito y se pega un poco más a mi cuerpo.

-Me voy... a...- jadea, con el cuerpo temblando-. Ya voy a llegar.

-Aguanta un poco más, ya casi estoy ahí también- digo al mismo tiempo que la agarro de la cintura.

El sudor nos empapa a ambos y a pesar de que está haciendo un frío infernal afuera, tengo bastante calor.

-Me voy a correr- le advierto, sintiendo que mi mente se pone en blanco.

-¡No! Espera, hazlo afuera, no traes condón- exclama al borde del clímax.

No le prestó atención y dejo salir mi esencia dentro de ella segundos antes de que también llegue al orgasmo. Me dejo caer sobre de ella, haciendo sonar nuestras pieles húmedas y disfrutando del momento.

-Light...- susurra Rokujo, cubriéndose la cara.

-¿Qué ocurre?- le pregunto, besándole la nariz.

-Manche tus sabanas de sangre- contesta apenada y señalando un lugar específico en la cama.

-No te preocupes- le acaricio la mejilla-. No son las únicas que tengo.

Empiezo a escuchar pequeños sollozos por parte de ella, advirtiéndome de que se ha comenzado a llorar.

-Hey- me siento sobre la cama y la acerco a mí-. ¿Por qué lloras?

-Es que... Últimamente haz estado tan indiferente... Y, pensaba que ya no me querías...- ante sus palabras me siento mal. ¿Cómo podía llegar a pensar que no la quería? Yo amaba a esta mujer, la amaba más que a ninguna otra cosa.

-Mírame- le alzo la barbilla con delicadeza-. Nunca vuelvas a insinuar ese tipo de cosas... Re amo, ¿lo entiendes? Te he amado desde el primer día en que te vi.

Ella me ve con lágrimas en los ojos y se abalanza sobre mí para besarme con necesidad. Le sigo el beso gustoso, para después pararme de la cama.

-Vamos, tu papá te está esperando y aún tenemos que pasar a la farmacia.

-¿Para qué?- pregunta ella, agarrando su ropa del suelo.

-A menos que quieras quedar embarazada, tenemos que conseguir unas pastillas- le abro la puerta del baño-. Toma un baño rápido.

-Si- se mete corriendo al cuarto, con su ropa en las manos. La detengo antes de que entré.

-Matsuda y tú... ¿No van a volver a salir, verdad?

-Por supuesto que no, tontito- se pone de puntitas y me besa la nariz, aliviando mi ansiedad. Acto seguido, da vuelta y cierra la puerta del baño.

Por el amor a la Death Note, está chica iba a ser mi ruina.

Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora