Confesión

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Light (P.O.V)

La tensión se puede palpar en el aire mientras ella me ve fijamente a los ojos. Noto que tiene en las mejillas trazos de lágrimas secas y que sus ojos están rojos.

-¿Te ocurrió algo?- pregunto poniendo mis manos sobre sus hombros y acercándome más para examinarla.

Ella tiembla y avienta sus brazos a mi cuello, atrapándome en un cálido abrazo que correspondo con ternura. Ella era mi amiga, inclusive algo más; si alguien la estaba molestando yo haría que esa persona pagara las consecuencias.

-¿Podemos ir a tu habitación?- dice con suavidad.

Asiento al mismo tiempo que la cojo de la mano y subo con ella las escaleras despacio, temiendo que en cualquier momento se derrumbe frente a mí. Entro en el cuarto detrás de (T/N) y cierro la puerta con pestillo para que Sajú o mi mamá no nos interrumpan, me siento a lado de ella en la cama.

-Antes de decirte la verdad, quiero que sepas que nadie más sabrá tu secreto si decides darme la oportunidad... Pero tampoco te juzgaría si decides desacerté de mí en cuanto me vaya... Solo te pido que por lo menos me des dos horas para despedirme de mi familia- no entiendo a lo que se refiere, inclusive sus palabras llegan a asustarme, pero asiento.

Sin más, se para de la cama, agarra una pluma, saca el tubo de tinta y abre el cajón de mi escritorio. La veo con curiosidad e impresionado, ¿qué está haciendo? (T/N) mete el tubo por el orificio que está debajo del cajón y saca la Death Note de su lugar, luego vuelve a mi lado y abre la libreta.

-Yo... Yo descubrí esto cuando me invitaste a venir porque me sentía mal. Al principio pensé que era una broma o que llevas algún registro, pero algo me inquietaba, por lo que decidí investigar un poco acerca de ella.

Estoy anonado y el miedo me invade de un momento al otro mientras la veo pasar con delicadeza las páginas. ¿Estará tratando de decirme que ella sabe que yo...?

-Light, yo sé que tú eres Kira- lo suelta sin más. Aprieto los puños-, Y ni siquiera te atrevas a negarlo, probé la libreta y puedo ver a tu Shinigami.

Me siento algo mareado y no sé qué decir, por lo que opto por bajar la mirada y morderme el labio, enfurecido por haber subestimado la elocuencia de mi amiga.

(T/n) toma mi silencio como una respuesta y se para con sigilo, dispuesta irse. La agarro con fuerza de la muñeca antes de que llegue a la puerta y la tiro con brutalidad a la cama, aplicando tanta presión en sus brazos que suelta un chillido.

-¿Por qué decírmelo? Pudiste habértelo guardado- los ojos se le llenan de miedo.

-Quiero ayudarte... por favor, déjame mostrarte que yo...- la interrumpo abruptamente.

-Yo no necesito ayuda y de un modo u otro, serías un estorbo- aprieto más sus muñecas.

-Light... me lastimas...- (T/N) comienza a sollozar y las lágrimas empiezan a brotar de sus ojos.

-¡Eres una idiota! Ahora tendré que escribir tu nombre... ¿¡Eso es lo que querías!?

-¡LIGHT!- ella grita, desesperada por el dolor.

Volteo a ver sus brazos, los cuales se han tornado de un color azulado debido a la falta de circulación. La suelto y me situó en una esquina de la habitación, viendo a la ventana, negándome a dirigir mi mirada hacía ella.

-Tienes quince minutos- advierto, sintiendo un pesar en el pecho.

(T/N) se para corriendo de la cama y oigo sus pasos apresurados bajando las escaleras, para después azotar la puerta. La veo correr, desde la ventana de mi habitación. Ni siquiera se había molestado en ponerse los zapatos, por lo que iba en calcetines.

Me siento frente al escritorio, con la Death Note abierta en una hoja en blanco. Si la voy a matar, lo hare parecer un accidente, no es raro que ese tipo de cosas sucedan hoy en día. Cuento cada minuto y cada segundo que pasa, hasta que los quince minutos se cumplen. Agarro una pluma y presiono la punta contra el papel, pensando en el rostro de (T/N). Era sencillo, solo tenía que escribir su nombre y ya, estaría muerta en cuestión de un parpadeo. Deslizo la pluma escribiendo la primera letra de su nombre, pero por alguna razón aparente, soy incapaz de escribir el resto. Mi mano tiembla frenéticamente y siento un picor en los ojos.

Frustrado, tiro la Death Note al piso junto con la pluma, y caigo de rodillas, sosteniéndome las sienes y llorando como niño chiquito. No puedo escribir su nombre, no quiero a pesar de saber que es un gran riesgo.

-Esa chica es para ti, como las manzanas para mí, Light- comenta Ryuk al fondo de la habitación, observándome con diversión.

Lo ignoro y me paró del suelo para ir a mi cama a recostarme. Quizá no fuera tan mala idea dejar que me ayudara, sé que puedo confiar en ella... Siempre lo he podido hacer.

Tú (P.O.V)

Los pies se me estan congelado debido al frio invernal, pero no planeo volver a casa de los Yagami por unos simples zapatos, de un modo u otro, eso ya no importa ya. 

Llego a casa con la respiración acelerada y los ojos ardiendo a tal punto de casi no poder abrirlos. Me veo en el espejo, estoy echa un desastre: mi cabello esta despeinado, mi uniforme rasgado, las calcetas sucias y mi cara demacrada. Dejo de examinar mi aspecto físico en cuanto recuerdo que tan solo tengo quince minutos, por lo que volteo a ver el reloj de pared; tengo tan solo ocho minutos restantes, por lo que me dirijo a la cocina sin prestar atención a mi apariencia.

Mi papá esta bromeando junto con Aika, mientras Sarah observa divertida. Sin embargo, cuando mi hermana me voltea a ver, suelta un grito:

-¡(T/N)! ¿Qué te paso?- se acerca a mí, preocupada.

-Nada, me asaltaron mientras venia para acá- me excuse, tratando de retener las lágrimas-. Aika, ¿sabes que te quiero, verdad?

-No es tiempo de hablar sobre eso... Tenemos que llamar a la policía y a un médico para que te revise- irrumpe mi padre en la conversación, agarrando el teléfono.

-No, estoy bien. Solo me asuste, no se preocupen- me acerco a mi papá y le quito el teléfono de las manos, para luego abrazarlo.

¿Cómo iban a lidiar con que yo muriera frente a ellos? Aika no iba a poder, no después de lo que le paso a mamá, y mi padre no tenía la suficiente fuerza emocional para planear otro funeral en menos de un año.

Me pegué más a mi padre, esperando a que Light escribiera mí nombre en la libreta y por ende, mi muerte. Veo sobre el hombro de mi papá la foto de mi mamá colgada en la pared, así que comienzo a llorar de nuevo.

Empiezo a respirar con rapidez y el terror me invade, lo siento en el pecho. ¿Es esto? ¿Es así como se siente tener un ataque al corazón? Siento como si una gran roca cayera sobre mí y la habitación empieza a obscurecerse. Sarah grita, pero su voz se escucha lejana.

¿Este es mi fin? ¿A si de simple, a sangre fría?

Siento el duro y frio suelo bajo mío cuando caigo sobre él, un sonido irritante en los oídos, y todo se vuelve negro.

Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora