Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)

Lo que hice por amor

Narra (T/N)

Me había tomado más tiempo de lo que planeaba llegar al apartamento de Light, así que cuando por fin estaciono enfrente del edificio, ya son las once de la noche.

Subo las escaleras con cansancio, no queriendo tomar el elevador porque me daría sueño. Esto se estaba volviendo una pesadilla, la Death Note parecía traer muchos problemas últimamente. Anhelaba aquellos años en los que la maldita libreta no había causado ningún contratiempo, solo alimentaba los delirios de Light y por ende provocaban un fugaz sentimiento de satisfacción y tranquilidad en él y su entorno.

Toco la puerta del apartamento, rezando porque no me hubiera equivocado y Yagami realmente estuviera en casa. Necesitaba hablar con él seriamente, tenía que confesarle lo que había estado pasando entre Teru y yo antes de que se diera cuenta por si solo y su reacción fuera peor. Además, también estaba la propuesta; mentiría si dijera que no había considerado seriamente aceptarla y dejar todo lo demás atrás, volver a comenzar de nuevo. Pero era un sueño imposible, Light no se detendría hasta verse en la cima de todo o hundido en el abismo, yo con él.

-¡Rokujo-chan!- grita Misa al verme-. Entra, entra... ¡Tengo algo muy importante que mostrarte!

Paso a la sala, sin mucho ánimo de escuchar lo que sea que tuviera que decirme, pero teniendo que hacerlo por no molestar a Light con sus quejidos. Me quito el abrigo, dejándolo junto con mis zapatos y bolso en la entrada.

-¿Y Aizawa?- pensé que el detective se había quedado para vigilarlos.

-Salió por algo de comer... ¡Pero ven, acércate!

-¿Qué es lo que te tiene tan emocionada?

Me giro sobre los talones, quitándome un mechón de cabello de la cara, para encontrarme con la mano de Amane frente a mí, presumiendo un anillo bastante familiar en su dedo anular. Siento el corazón salirse de mi pecho y sin poder creerlo aún, le agarro la muñeca para acercarla más a mí, temblando.

-¡Ya comencé los preparativos!

-¿Dónde está Light?

-En su estudio- ni siquiera se molesta en ocultar su sonrisa cínica.

La sangre me hierve, lágrimas de enojo y dolor amenazando con caer en cualquier momento. Camino con prisa hasta el estudio, sin molestarme en tocar, entrando en la habitación azotando la puerta tras de mí.

-¿TE HAS VUELTO LOCO? ¿QUÉ TE HE HECHO YO PARA MERECER TU DESPRECIO?

-¿¡Qué carajos te pasa!?

-LE DISTE MI ANILLO... ¡Mi anillo Light! Yo podía soportar que ella durmiera en la misma cama que tú, que tus labios besaran su piel como la mía, que le llenarás de mentiras el corazón tal como a mí... Pero ese anillo es mucho más que eso.

-¿DE QUÉ TONTERÍAS HABLAS AHORA?

-¡El anillo que trae Misa en el dedo es el mismo anillo que vimos en Niigata de niños! El que te dije que anhelaba me diera mi futuro prometido- estaba destrozada, fastidiada de su actitud-. Tu papá me lo dijo sin querer unos días antes de que Ryuzaki muriera, el creía que ya me lo habías propuesto y preguntó porque no portaba el anillo. Me explicó que habías pasado años ahorrando para comprarlo, haciendo millones de dibujos para recordar a la perfección como se debía ver... Y todo eso... ¿Para qué? ¡Se lo has dado a Misa!

-Es solo un maldito anillo- Light me da la espalda, organizando algunos papeles en su escritorio-. Te compraré uno más caro y lujoso si así lo deseas.

Es tal mi desesperación, que tengo que recargarme sobre la pared y taparme la cara con las manos, casi enterrándome las uñas en la piel; apretando los dientes tan fuerte que creo que se van a romper.