Rosas

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Narra (T/N)

Olía a rosas, la intensa fragancia rodeándome con intensidad. Abro los ojos algo asustada, recordando de repente mi situación antes de desmallarme. Toco mi vientre, pero no hay herida, tampoco en mi hombro y pierna.

-¿Qué...?

Ay, no. Estoy muerta. Tengo que estarlo, ¿por qué estaría usando un vestido blanco y descalza de no ser así?

¿Dónde estoy? No es el cielo, ni el infierno con seguridad... Pero el lugar se ve tan tranquilo, agradable. Estaba acostada sobre pasto, rodeada de flores de todo tipo, pero en especial rosas blancas y rojas. Había un lago cerca de mi, puedo oír el agua correr y alguna catarata. Los pájaros cantan y la luz de lo que creo es el sol me resplandece en la cara dándome un calor relajante.

-(T/N)...

Me siento, volteando hacía todos lados tras escuchar esa voz. ¿Era quien creía?

-(T/N), ven...

No veo a nadie a mi alrededor, pero me guio por la voz a través de un jardín con esculturas en mármol de personas que me parecen familiares, pero no puedo reconocer del todo. Sigo avanzando sin sentido, distraída con las estatuas y rosas, cuando una figura femenina se aparece delante mío.

-Vaya, has crecido mucho.

Me quedo estática, viendo a aquella mujer como si del mismo Dios se tratará. Los ojos se me inundan de lágrimas y extiendo la mano con temor de que al tocarla, desaparezca.

-¿Mamá?

Ella me extiende los brazos y yo me animo a acercarme más, aventándome a ellos con fuerza. Su abrazo es tal como lo recordaba, cálido, amoroso... Maternal.

-Mi niña... Pero en que te fallamos tu padre y yo para que acabaras así- mi madre me toma de la cara y besa mi frente.

-¡En nada! ¡Nada! He sido yo y mi ingenuidad- ella seca mis lágrimas-. Papá y Aika lo intentaron, cargo en la conciencia haberlos lastimado, realmente quisieron ayudarme y yo los ignoré por la ilusión del amor de Light.

-Pero, cariño, Light realmente te ama- mi madre me sienta en un banca de piedra cerca de nosotros.

-No, Light murió hace años. El hombre por el que me deje manipular lleva por nombre Kira y deje que lo hiciera en mi ilusa creencia de poder rescatar a Light de sus garras.

-Y lo hiciste.

-¿¡A qué precio!?- grito, de repente reconociendo las estatuas. Eran todos mi seres queridos, desde mi familia hasta los miembros del equipo. Incluso Teru estaba ahí, justo a lado de Regi-. Lo he perdido todo, hasta la dignidad. ¡Maté a mis amigos! ¡Maté un niño!

-¿Y te arrepientes?- no me juzga, solo una madre podría amar un monstruo como yo en estas circunstancias.

-Por supuesto que si, de poder volver en el tiempo, no lo haría. ¡Nunca habría encontrado esa libreta! Viviría en la ignorancia de que mi mejor amigo se había convertido en Kira y no me involucraría. Quien sabe, quizá habríamos perdido contacto tras la preparatoria, yo podría haber sido tiradora Olímpica y probablemente estaría casada con alguien que me amara de verdad.

-No lo creo- mi mamá ríe y puedo jurar que es el mejor sonido del universo entero-. Siempre has amado a Light, aún en sus peores momentos. Si no hubieras encontrado la libreta, lo más seguro es que siguieras a su lado, sin saber nada, pero siempre fiel a él. Se hubiera vuelto más violento y frío, si, pero a ti no te importaría. Siempre han estado destinados ha estar juntos, ya sea en vida o muerte.

No digo nada, no puedo negárselo. Aún si todo esto fuera diferente y no ayudara a Kira, sí apoyaría a Light. ¿No había comenzado todo este drama con ese propósito?

-Ahora, necesitas despertar- mi mamá besa mi frente de nuevo.

-¿Qué?

-Vamos, aún no es tu tiempo. Tienes que volver.

-Pero...

-(T/N), aún no has acabado tu propósito en la Tierra, vamos- oigo risas en algún punto lejano del jardín, pero no sé de quienes son-. Solo hay alguien más que quiere verte.

Los diviso a unos metros, caminando con alegría entre las rosas. Una mujer rubia de ojos azules llevaba de la mano a un niño de cabello blanco y un juguete en la mano. Era Near, podría haberlo reconocido donde fuera. Del otro lado, guiaba a un adolescente de cabello naranja y una gran cicatriz en la mitad de la cara, que estaba segura era Mello. Detrás de él, jalando de su camisa, iba otro joven de casi la misma edad, castaño y usando lentes.

Pero detrás de todos ellos, viéndolos a todos con amor y sonriendo como nunca le había visto en vida, iba Elle. Despeinado como siempre, caminando con los hombros metidos y sus ojos negros resplandeciendo.

-¡L!- grito emocionada, corriendo hacía él.

Me detengo a unos pasos de alcanzarlo, recordando de repente la razón por la cuál, la que yo asumo es su familia, se encuentre aquí con él. Yo había matado a Near, y le había fallado a él. No tenía derecho a abrazarlo, ni siquiera mirarlo... Seguramente me odia.

-Gasai-chan...- se adelanta, dejando a la chica y los muchachos detrás.

Camina hacía mi, aun sonriendo, y no puedo evitar dar unos pasos atrás, queriendo alejarme de él. Aún así, logra acercarse lo suficiente a mi para abrazarme, pero caigo de rodillas ante sus pies, llorando.

-Lo lamento, yo... No tengo excusa ni perdón. No quería... No sé qué...

Me aferro a sus manos con fuerza, pidiendo perdón una y otra vez hasta que él me obliga a levantarme.

-No voy a decirte que te perdono por la muerte de mi hijo, Nate, porque eso le toca a él. Pero en lo que respecta a mi, tengo que agradecerte. En vida te convertiste en mi amiga, la única que tuve en toda mi vida además de mi prometida. Sé que quisiste salvarme, pero las circunstancias no lo permitieron. No podías hacer nada, no es tu culpa, mi destino era morir desde el principio de la investigación.

-Elle...- me aferro más a él.

-Después de esto, no volveré a verte nunca. Iras de vuelta, tendrás una buena vida, y luego pagaras por tus pecados donde sea que van aquellos que utilizan la Death Note- él se separa y me besa la mejilla-. Así que se feliz, ¿de acuerdo? Y no permitas que el mundo se olvide de mi y mi familia.

-Lo prometo.

Comienzo a ver todo borroso y me siento mareada, mi madre y L con su familia desvaneciendo de a poco.

-Adiós, amor- mi mamá se va.

-Adiós... Gasai-chan.

Todo se vuelve negro y pasan varios minutos antes de que pueda oír o sentir algo. Son los minutos más terroríficos de toda mi vida, no sé muy bien que va a pasar, y luego lo escucho:

-Inténtenlo de nuevo... ¡Despejen!

-¡No! Esperen... ¡La tenemos de vuelta! Recobro el pulso, pero es mínimo.

-Rápido, ¡la sangre!

Pisadas y voces sin rostros me rodean, un pitido insoportable a lado mío, como una máquina. Huelo sangre, alcohol y plástico, el dolor en el vientre vuelve a mi y comienzo a recobrar el sentido.

-Doctor, creo que está despertando.

Abro los ojos súbitamente y respiro profundo, sintiendo respirar correctamente por primera vez en años.

Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora