Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)

Coma

Narra Light

*Dos meses, tres semanas después*

Entro al hospital con flores en la mano, saludando a las enfermeras que me voy encontrando a mi paso. Después de tanto tiempo de ir y venir a este lugar, ya me sabía de memoria sus nombres al igual que los doctores. Todos eran muy amables, en parte por la naturaleza de su profesión, en otra porque nos tenían lástima a (T/N) y a mí.

A los ojos del hospital, la policía, nuestras familias y el mundo en general, Rokujo y yo éramos unas inocentes y desafortunadas víctimas de Kira. Yo, el policía al mando de la investigación, era el único sobreviviente de mi equipo, huérfano de padre y con una hermana paralítica y traumatizada. Además, mi prometida estaba en coma y había perdido a "nuestro" bebé. Que vida más trágica, piensan aquellos ignorantes a la realidad.

Llego a la habitación donde el Rokujo-san me espera sentada del lado izquierdo de su hija, aferrándose a su mano.

-Buenas tardes, Yagami-kun- se levanta de la silla y me da un abrazo.

-Buenas tardes, Rokujo-san, ¿cómo está?

-Lo mejor que puedo, muchacho- voltea a ver a su hija con melancolía-. Esperando un milagro.

-Yo sé que ella despertara. Siempre ha sido muy fuerte.

-Eso espero- Naoki toma su saco y sombrero, encaminado a la puerta-. Cualquier cosa que ocurra puedes marcar a la casa.

-Por supuesto.

Rokujo-san se va, dejándome a solas con (T/N) y las máquinas. Me acerco a ella y depositó un beso en su frente, acomodando de paso algunos cabellos que habían caído sobre sus ojos. Del jarrón que está en la mesa a su lado, sacó las flores que había traído hace tres días y las dejo en la basura tras poner el nuevo ramo en su lugar.

-Hoy vi a Ny-Ny, parece que dejo de preguntar por Matsuda, pero Sarah dice que aún lo espera sentada en la sala para ver esa telenovela que tanto le gustaba. Pobre niña.

Tomo su mano y acaricio sus nudillos, como ella solía hacer cuando estaba enojado o estresado. Salto su dedo anular, donde resplandece el anillo de compromiso que había pertenecido a ella desde siempre, y que por fin me había dignado a darle. Quitárselo a Misa había sido un dolor en el cuello, pero no importaba, podría haberme hecho matar a alguien para tenerlo de vuelta y no me hubiera importado.

Me quedo en silencio, el sonido de las máquinas y su respiración apaciguada siendo el único sonido de la habitación. Recargo mis codos sobre el colchón, aun sujetando su mano, ahora contra mi mejilla, y viéndola directamente.

-Quédate- digo en un susurro-. Sé que una gran parte de tu vida se ha arruinado por completo gracias a lo que pasó en el arsenal. Y por todo lo que hice antes de eso que conllevo a esta situación. No soy tan estúpido como para pensar que puedo arreglarlo. Pero por favor, quédate.

Cuando la Death Note apareció, en la primera que pensé fue en ti. Estaba preocupado, temía que algo te fuera a pasar y te arrebatará de mi como aquella bala hizo con tu madre. Y comencé a buscar mi fantasia de justicia únicamente por ti, todo lo que hice desde el comienzo fue por ti... No sé cuando pasó de ser un regalo a una maldición.

Eres la única persona que me importa de verdad.

Y eres lo mejor en mi. Tú ves... Lo mejor en mi. Nos cuidamos uno al otro, eso es lo que hemos hecho desde el principio. Incluso cuando el otro mete la pata... Y normalmente siempre era yo... Nunca te importó y me protegiste a pesar de todo.

Lágrimas corren por mis ojos, mientras trato de memorizar la sensación de su piel contra la mía, solo por si me era necesario evocar aquel recuerdo después.

-Por favor, despierta. No me importa que ocurra después, lo único que me importa es que estemos juntos. Lo sé ahora: Eres mi hogar. Haré lo que quieras si te que quedas. Lo que quieras, pero porfavor, quedate.

Ryuk estaba detrás mío, sentía su presencia. Su compañía era un recuerdo de mis pecados, todo lo que tenía que pagar en vida o en muerte. Tanto T/N como yo estábamos condenados, íbamos a pasar el resto de la eternidad atrapados en quien sabe donde, pero ese lugar no sería tan bonito como el cielo ni tan generoso como el infierno.

Aún así, si podía retrasar todo ese sufrimiento solo un poco, si podía darle una vida lo suficientemente buena y memorable para compensar de alguna manera sus sacrificios por mí, no estaría yo tan maldito.

-Light, ya me tienes aburrido- el Shinigami se queja-. ¿Vas a seguir matando gente o me tendrás por aquí solo para seguirte hasta que mueras?

-Callate, ya te dije que no quiero escucharte.

Vuelvo a centrar mi atención en (T/N), quién sigue de la misma manera que los últimos dos meses de nuestras vidas.

-Si no despiertas ahora, tu padre me confesó que te desconectará el próximo mes. Es demasiado para él, para tu familia. Aika está destrozada, Sarah desesperada... Tu padre muerto de miedo de perderte a ti también. Solo te pido que luches un poco más, solo lo suficiente para despertar, lo que venga después lo podremos superar juntos. Como familia, haré realidad todo lo que prometí antes de Kira.

Siento un leve movimiento de sus dedos debajo de mi mano, pero no presto demasiada atención. Ya lo había hecho antes, pero el doctor nos había explicado que solo eran reflejos involuntarios, como las lágrimas que a veces resbalaban por sus mejillas.

Sus dedos se siguen moviendo mientras yo recuesto la cabeza sobre sus piernas, los ojos cerrados y tratando de tranquilizarme, cuando escucho un suspiro.

Me volteo a verla sorprendido y noto que, a mi parecer, está tratando de abrir los ojos. Espero unos segundos para comprobar que no es mi imaginación haciendome una mala jugada, pero no. (T/N) se mueve algo asustada mientras sigue tratando de abrir los párpados.

-¡Doctor!- grito, saliendo de la habitación a toda prisa en busca de algún profesional.

Me encuentro a un cardiólogo a unos metros, hablando con unas enfermeras. Entre sollozos, le explico la situación y el corre de vuelta a la habitación con dos enfermeras detrás. Me ordenan quedarme en la sala de espera en lo que la revisan, así que de inmediato llamo a Rokujo-san para darle la noticia.

(T/N) estaba despertando.