Discusión

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Tú (P.O.V)

Dos días después de mi renuncia al Tiro con Arco, las cámaras y micrófonos en casa de Light fueron removidos en su totalidad, por lo que fuimos capaces de hablar y seguir con la rutina cotidiana como de costumbre.

Light no sabía que había dejado de practicar al decidir ir a la universidad; en cierta manera, me daba miedo de que se enterara y no tenía ni la menor idea del porqué. Así que cuando por fin llega el día del examen de admisión, dejo que Yagami vaya en el horario matutino mientras que yo voy en el vespertino.

-¿Estás nervioso?- le pregunto al mismo tiempo que salimos de la estación de trenes.

-Que pregunta más estúpida- responde él, sin mirarme-. Es solo un examen.

-Perdón- siseo, con la cabeza baja y apenada.

-Recuerda que estaré ahí hasta las once, así que no se te ocurra molestarme- comenta a unos metros del arco de entrada.

-No lo haré- nos detenemos-. Que te vaya bien.

Él simplemente asiente y se dispone a entrar, cuando le agarró del brazo y lo acerco a mí para darle un beso. Al principio se resiste, pero después de unos segundos me sigue el gesto y me agarra de la cintura para profundizar.

-Te amo- le digo sin siquiera pensarlo, en cuanto nos separamos. Es la primera que me atrevo a decirle lo que siento, por lo que él me ve entre sorprendido y divertido.

-Y yo a ti- responde, provocando que una sonrisa surque mis labios. Lo abrazo con fuerza y el me besa la frente en señal de afecto-. Nos vemos al rato.

-Claro.

Light deshace el abrazo en el que estamos fundidos y camina hacía la entrada con Ryuk volando por encima de su cabeza.

-¡Oye tú!- le grita el guardia que está en la entrada-. ¡Quedan menos de diez minutos para el examen! ¡Date prisa!

-Odio esperar, planeaba llegar tres minutos antes de que comience el examen, pero llegué mucho antes de lo que esperaba- contesta Yagami en un tono vanidoso, haciendo que gire los ojos.

Las horas pasan y, justo a las once, recibo la llamada de mi novio, indicándome que ya había salido y que era seguro que sacaría un buen resultado.

*Llamada telefónica*

-¿Dónde estás? Pensé que te vería en la siguiente cuadra para ir a la plaza.

-Se me olvido decirte que no podría ir... Mi entrevista para entrar a la academia de enfermería es hoy a la una de la tarde y tengo que alistarme- miento para encubrir mis verdaderas intenciones de ir a presentar el examen de admisión.

-De acuerdo- responde él sin darle mucha importancia-. Entonces te veo en mi casa a las cuatro para merendar.

-Claro.

-Adiós.

Adiós.

*Fin de la llamada telefónica*

Me veo al espejo una última vez antes de salir de mi habitación y bajar corriendo las escaleras para asegurarme de que no faltara nada en mi mochila. Al llegar a la sala, encuentro a Aika y mi papá sentado uno a lado de otro, observando un pedazo de papel blanco entre las manos del último. Al verme, ambos fruncen el ceño y se acomodan en sus asientos:

-Necesitamos hablar, (T/N)- comenta mi papá. Sé que es algo muy serio desde el momento en que dice mi nombre completo-. Siéntate, por favor.

-Tengo una entrevista en el instituto de enfermería auxiliar ahora mismo, papá... ¿Podríamos hablar más tarde?- miento, con desesperanza al notar que se me iba a hacer tarde.

-¡TE DIJE QUE TE SENTARAS!- me grita, parándose de su asiento y señalando el sillón delante de él.

Obedezco a la rapidez de la luz al oír sus gritos, pues mi papá nunca nos gritaba. Aika sigue en donde estaba, aun observando la carta sobre la mesa. Me empiezo a sentir incomoda.

-Llamaron del instituto hace un rato diciendo que tu entrevista estaba programada para el viernes, pero que recibieron una cancelación ayer por la noche. Querían saber si te encontrabas bien o si era un error- comienza a explicar mi padre, mientras se pasea alrededor mío.

-Papá, debió ser un error. Yo los contactare y... - soy interrumpida abruptamente por la voz ronca de Aika, que me ve con decepción.

-Jina también llamó en la mañana. Dijo que aún había artículos personales en tu casillero y que necesitaba que los fueras a recoger porque lo iba a utilizar. Le pregunte si se estaban cambiando de pabellón y, ¿sabes que contesto?- deja la pregunta en aire, pero sé que no quiere que la responda-. Dijo que habías dejado de ir a practicar y que ya no planeabas ir a los Juegos Olímpicos.

-Escuchen, se los iba a decir cuando estuviera completamente segura, pero...

-¿Segura de qué, (T/N)?- interroga mi papá, indignado y exaltado.

-He decidido ir a la Universidad de To-Ho a continuar mis estudios- replico lentamente, para suavizar el golpe de información-. Quiero entrar en el departamento de leyes, de hecho, tengo que ir a hacer el examen de admisión en una hora.

-Ejecuti...- comienza mi padre-, haz practicado arquería desde que tienes seis años y desde entonces ya tenía claro cuál era tu objetivo de vida... No puedes retirarte así de la competencia.

-Papá, ya lo he decidido- dejo claro al mismo tiempo que me dirijo a la puerta.

-Escucha, Beijing es el siguiente año- insiste Aika, poniéndose frente a mí en lo que me amarro las agujetas-, ¿Por qué no retrasas un año tu entrada a To-Ho y dedicas esos meses solo al Tiro con Arco? Después de los Juegos puedes entrar en la carrera y dejar por completo el deporte.

-No, Aika- niego su petición, haciéndola a un lado y saliendo de mi casa. Mi papá y hermana me siguen.

-¿Y por qué a To-Ho?- reclama la mayor de las tres-. Es porque Light va ir a esa universidad, ¿no?

-No es por eso.

-¿Cuándo planeas dejar de seguir a Yagami?- cuestiona mi padre, enrabiado-. Te has pasado la vida entera siguiéndolo y cuidándole la espalda.

-Papá tiene razón. Antes me parecía algo normal ya que él hacía lo mismo... Pero últimamente esta situación se ha salido de control- Aika sigue peleando-. He visto cómo te trata, (T/N), como si fueras su perro. Se ha convertido en una relación de una sola dirección y me está dando la impresión de que se está volviendo un maldito sociópata. ¡Él no te ama!

No sé en qué momento me volteo, o cómo es que llego tan rápido hasta mi hermana, pero de repente, Aika ya tiene una marca de mano marcada en la mejilla, resultado de la bofetada que le había soltado al escucharla decir todo aquello.

-No te atrevas a hablar así de él- la amenazo, volviendo a retomar mi camino hacia el tren.

En lo que estoy esperando en la estación, minutos después de lo ocurrido, reflexiono acerca de lo que había hecho. Los ojos se me llenan de lágrimas al notar lo violenta que me he vuelto y los límites que he llegado a sobrepasar por proteger a Yagami.

Como lo he dicho y lo seguiré diciendo:

Light es como una daga en el corazón, y en cuanto más me aferro a él, más se me hunde el filo en el pecho.

Koi No Yokan (Light Yagami y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora