Me despierto con el maravilloso sonido de un coche pitando fuera. Decido levantarme y asomarme a la terraza. Veo como una limusina blanca está pitando para apartar uno de los coches que estaba taponando la puerta para entrar. Sin más me meto en mi habitación y cierro la puerta de la terraza.
Llaman a la puerta y doy permiso para entrar mientras que me meto en el servicio. Me peino y lavo un poco la cara y los dientes mientras que miro en el espejo la pulsera.
La pulsera se estaba convirtiendo para mí en uno de los objetos más preciados para mí. No puedo evitar recordar el día de ayer y no sonreír. Me había encantado y sin duda me sentía especial, querida de una forma que no comprendía.
Salgo de baño y veo a la misma mujer del otro día. No sabía nada de ella ahora que lo pensaba y al menos me gustaría saber su nombre.
-Perdona -le digo y ella me mira mientras que hace la cama.- ¿Cómo te llamas? El otro día no te lo pregunté y por lo que veo creo que vamos a vernos más de una vez -sonrío y ella sonríe también.
-Me llamo Emilia -me dice ella con una sonrisa- y es verdad que nos vamos a ver más veces por que yo estoy al cuidado de tu habitación y para su ayuda.
-Genial, gracias Emilia -digo y ella ríe conmigo.
-Bueno ya está todo Alexa. Puedes ponerte ya lo que quieras de ropa. No tienes nada en el horario todavía. -yo asiento y ella se marcha de la habitación cerrando la puerta tras ella.
Voy hacia mi armario y decido ponerme unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta normal de tirantes de color verde. Me lo pongo todo y escucho como la puerta se abre sin que nadie llame.
Me asomo a la habitación y noto como cae todo sobre mí.
- Así que esta es la maravillosa habitación de la princesa. Muy bonita. -dice mi mejor amiga y voy corriendo hacia ella.
Al verme abre los brazos y nos damos un abrazo como si nunca nos hubiéramos visto. Cuando nos separamos empezamos a reír sin razón. Veo detrás de ella a Alberto mirándonos con una sonrisa.
-Bueno chicas os dejo un rato solas. Tengo que avisar a Pablo -nosotras asentimos y el se marcha cerrando la puerta.
-Que fuerte que no me avisaras de que estabas en camino. Me siento muy ofendida -pongo los brazos en jarras y ella ríe.
-No te enfades putona mía. -reímos y nos tiramos en la cama.
La miro y veo como tiene la mirada un poco triste. Algo seguramente le habrá pasado y quiero saber que es.
-Luci ¿Qué te pasa? -digo y ella me mira más triste aún.
-Es Pablo. -dice ella y mira hacia otro lado para evitar el contacto visual.- Se ha mudado.
¿Mudado? Pero cómo habrá pasado eso... Que yo sepa sus padres tenía un trabajo fijo en la misma empresa. A no ser que haya cerrado la empresa...
-¿Por qué se ha mudado? -le pregunto mientras que le pongo mi brazo en su hombro.
-Sus padres han recibido una oferta mejor en Nueva York y se marcharon ayer.
-Por eso estabas ayer tan rara por teléfono... ¿Habéis roto? -ella asiente y le doy un abrazo.
Al separarnos se pone de pie con mucha energía y pone una sonrisa falsa en su rostro.
-Pero no pasa nada. Lo superaré. Pero tú -me señala- me tienes que decir por qué Alex tiene esa sonrisa cuando habla de tí.
Noto como me sonrojo y ella empieza a reír como una loca. Me levanto de la cama y le doy un golpe en el brazo.
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomanceNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...