Capítulo 40

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P.O.V. Alberto

No sabía que hacer. Alexa estaba en el quirófano y yo aquí fuera, lejos de ella. Ella con toda la parte baja de su cuerpo lleno de sangre.

Todos los médicos que pasaban no contestaban mis preguntas y yo no sabía como tomarme todo aquello.

Pablo que me llevó en coche se quedó fuera para ir a buscar a Lucía que la dejamos en un taxi. De eso hace ya una hora. Estaba solo en este pasillo y los médicos seguían pasando de mí.

Escucho como personas hablan medio en gritos y miro en esa dirección. Veo como vienen Alicia, su marido, Lucía y Pablo. Al verme salen corriendo hacia mí.

-¿Como está? -dice Alicia.

-Ni idea. La están inspeccionando en el quirófano, tenía mucha sangre en las piernas y no sé de donde era. -digo mirando el suelo.

No quería revivir el momento en que la ví en el suelo y también cuando la llevaba en brazos con la cara ensangrentada. No puedo soportar pensarlo.

-Alberto... -dice su padre y yo le interrumpo.

-No vayas a decirme que me marche a hacer papeleo u otra cosa por que no voy a obedecer -me levanto y le miro a los ojos- Ella está ahí dentro, sangrando. Hace más de una semana que casi no nos vemos así que yo no me voy a mover de aquí hasta que sepa que está bien y consciente.

Cuando termino todos se quedan callados y sin decir más me dirijo hacia una máquina de café. Si esto seguía así necesitaré unos cuántos para soportar la noche.

Cuando vuelvo veo que solo están Pablo y Lucía y me acerco a ellos.

-Alberto, el rey y la reina se han marchado. Tenían que hacer mucho trabajo por la mañana temprano, me han dicho que si te dicen cualquier cosa les avises. -asiento y me siento en una de las sillas al lado de Lucía.

Después de horas Pablo se levanta y ayuda a Lucía.

-Alberto nos vamos. Cualquier cosa avísanos. -asiento y sigo mirando el suelo.

Estaba solo otra vez. Mirando el suelo era la única manera en la que podía mantener la calma. Escucho como la puerta por la que entró Alexa se abre y levanto mi vista. La enfermera que me echó antes se dirige hacia mí con una carpeta en la mano y me levanto automáticamente.

-¿Cómo está?

-¿Es usted su pareja? -dice ella mientras que mira la carpeta.

-Sí -digo de mala gana. Esta mujer me estaba hartando.

-Bueno la princesa está bien. -respiro tranquilamente en ese momento y la miro- Pero me temo que el bebé no tanto.

Me quedo extrañamente mirándola. ¿Bebé?. Eso no podía ser posible. Siempre usamos protección... Pero me acuerdo de una vez en al que ambos no nos acordamos. Joder.

-¿Bebé? -le pregunto y ella asiente.

-Verá, no se puede decir bebé. Estaba de dos semanas según los médicos. Los golpes que recibió en el estómago hicieron daño al óvulo y de ahí que tuviera tanta sangre en las piernas. Puede estar tranquilo por la princesa. Está bien, solo tiene que despertar de la anestesia.

-¿Puedo ir a verla? -le pregunto y ella me da la dirección de su sala.

Mientras que voy a su habitación le mando un audio a Pablo diciéndole todo y él ya se encargaría de avisar a sus padres.

Me paro enfrente de su habitación y entro cerrando la puerta al entrar. Cuando la veo me acerco a ella.

Estaba dormida con su ceño fruncido como siempre. Su pelo estaba apoyado en la almohada y estaba tapada hasta la cintura con una sábana.

Me siento en una silla al lado de su cama y le agarro su mano. Todo estaba en silencio, solo escuchaba los latidos de mi corazón y la máquina que tenía a mi lado que contaba sus latidos.

En su mano puedo ver el anillo. Ese anillo que tanto me había costado encontrar y que cuando lo vi supe que ese iba a ser el suyo.

Apoyo mi cabeza en mi brazo y cierro los ojos para descansar la vista.

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-Alberto -escucho en una voz baja y me despierto y la miro

Seguía dormida y miro en la habitación. Alicia estaba ahí a mi lado y podía ver la luz del sol pasar por la ventana. Había pasado la noche aquí con ella.

Separo nuestras manos y me siento mejor en la silla mirando a Alicia.

-¿Es verdad lo del...? -dice pero la interrumpo.

-Sí y sé que ella no sabía nada así que por favor que nadie diga nada. Se lo quiero contar cuando se despierte y se relaje. -ella asiente.

-Estoy en el pasillo con Pablo y Lucía -asiento y vuelvo mi vista a Alexa.

Sigue en la misma posición que ayer y sé que no se ha movido en toda la noche. Cojo mi teléfono y empiezo a ver las fotos. En todas salíamos los dos juntos con una sonrisa que no se puede comparar. Incluso había fotos de cuando nos escapamos y teníamos los pelos tintados.

En una salía ella sola, dormida en la casa del campo. La primera vez que nos quedamos a dormir. Estaba guapísima y me fui a hacer el desayuno para cuando despertase.

Noto como hay movimiento en la cama y la miro. Sus ojos están temblando y guardo mi móvil. Coloco mi mano junto a la suya y espero a que despierte. Ella empieza a abrir los ojos lentamente y me mira.

Luego de mirarme se fija en la habitación y después vuelve su mirada a mí otra vez.

-¿Donde estamos? -pregunta con una voz muy ronca y aprieto mi agarre.

-En el hospital.

-¿Por qué? ¿Qué me pasa? -pregunta mientras que se empieza a poner nerviosa.

-Tranquila. Después te lo digo cuando estés mas relajada. -le digo y ella asiente.- Voy a avisar a tu madre y a los chicos.

Me levanto y le doy un beso en la cabeza. Luego salgo de la habitación hasta donde estan ellos esperando.

-Ha despertado pero pido solo una cosa. No digáis nada del bebé. Se lo comentaré cuando esté más tranquila. Avisad a los médicos para que no digan nada.

Me marcho de allí y voy haca la máquina de café. Esa máquina iba a ser mi amiga durante el tiempo que vaya a estar aquí

Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora