P.O.V. Alberto
Todo parecía detenerse cuando miro a aquella mujer que en unos años la llamé madre. Ella estaba ahí en el suelo tapándose la herida de la bala.
Cuando ella se da cuenta de quién soy abre los ojos asustada. Ella pasa su mirada de mí a Alexa y luego se vuelve a quedar con su mirada en mí.
-Hola, Alberto -dice ella con una sonrisa que sinceramente me daba asco.
-Madre. -digo con asco y noto como Alexa se pone rígida a mi espalda.
-Veo que has encontrado a tu princesita sin problemas. Al menos has devuelto lo que nos pertenece. Este reino debería haber sido nuestro desde un principio. -dice ella
Agarro la mano de Alexa y ella la aprieta aún más que yo para darme ánimos.
-¿Por qué no volviste? -le pregunto y ella sonríe.
-Quería mi reino y no podía seguir viviendo dentro de ese castillo. No podía vigilar a esa tranquilamente en el castillo.
-Me dejaste allí. -digo con odio y ella ríe.
-Si no te convertías en el guardaespaldas de ella te recogería pero lo conseguiste y quise que la protegieras tú por que cuando llegase el momento de presentarme sería más fácil llevárnosla.
-Alexa, nos vamos. -digo duramente y ella asiente detrás mía.
-¿Te vas? hijo. -la miro con odio y empiezo a andar dando pasos hacia atrás
-Sí. Espero que no te vuelvas a acercar a nosotros -digo.
-Hijo, ¿Por qué no recuperamos el tiempo perdido? -dice ella con sus ojos brillantes y poniendo una mano en el aire para que se la cogiera.
-Perdiste la oportunidad en el momento que te marchaste. ¿Papá? -digo deteniéndome y ella niega.
-Murió. De la peor manera que puede morir una persona. -sus ojs empiezana llorar pero yo aparto la mirada y sin verla empiezo a salir de aquel despacho con Alexa agarrando mi mano.
-Una cosa. -digo y me asomo a la puerta- Cuando vuelva a ver otra amenaza o que te acercas a nosotros, te mato. -digo y me marcho de allí dejando a mi madre allí llorando.
Los dos empezamos a bajar las escaleras callados y nos acercamos a sus padres. Ella aún callada y agarrada a mí .
-¿Qué pasa? -dice su madre colocando una mano en el rostro de su hija pero ella no hablaba.
-Tenemos que marcharnos de aquí. -digo y sus padres sin decir nada salen conmigo de allí.
Ellos se marcharon en el coche real y nosotros en el mío.
-Tengo que contarte una cosa -dice ella con su mirada fija en la carretera, la miro por un momento y veo que me está mirando con los ojos emocionados.
-¿El qué? -le digo y ella sonríe negando. Era la primera vez que la veía sonreír después de encontrarla.
-Ahora no. Cuando lleguemos a casa -dice riendo y yo sonrío.
El resto del tiempo estuvimos callados escuchando música. Sabía que en el momento en que estuviéramos en casa me preguntaría.
Fue llegar a la casa y aparcar lo que me hizo ponerme nervioso. Estaría cabreada, seguro que querría divorciar, no me hablaría y todo por mi culpa.
Nos bajamos del coche y entramos en la casa. Nada más entrar mis nervios desaparecieron por que justamente al cerrar la puerta ella me besó.
Solo pensaba en sus labios con los míos y no entiendo como pude marcharme y dejarla aquí. Ella era fundamental para mí.
Se separa y sonríe.
-¿Qué era lo que me ibas a decir? -digo yo sonriendo y ella mira abajo.
-Adivina. -dice ella sonriendo.
La cojo de la mano y vamos hacia el salón. Nos sentamos en el sofá pero ella se coloca encima de mis piernas con sus manos en mi cuello.
-Se me da muy mal adivinar -digo haciendo un puchero y ella niega riendo.
-¿Qué es lo que llevamos deseando durante un tiempo? -dice. Intento pensar una y otra vez hasta que a miro a los ojos. Veo como los tiene brillantes y emocionada me sonríe. La miro en el estómago y ella asiente.
-¿Estas...estas...em..? -tartamudeo y ella asiente feliz y me besa.
Nuestros labios bailaban una danza que solo nosotros dos disfrutábamos. Al separarnos ella coloca su boca en mi oído.
-Sí. Estoy embarazada -dice riendo y provoca que me haga cosquillas.
Era el más feliz en este momento. Ya nada podría hacer que la sonrisa que tenía en mi cara desapareciera.
Pasaron meses y meses y la barriga de Alexa aumentaba. Con esa barriga también aumentaban nuestras ganas de cuidar a ese bebé que tenía en su interior. Ella acabó siendo la más ilusionada de los dos.
No volvimos a recibir ninguna amenaza más. Todo era perfecto a partir de ahora. Tenía la vida que siempre había soñado y con ella junto a mí no podía ser mejor.
Lo sé es corto pero solo voy a decir una cosa el siguiente capítulo es el final. Así que os lo digo por penúltima vez. Muchas gracias a todos aquellos que han seguido día a día mi historia y espero que todo os vaya muy bien. En el siguiente capítulo nos despediremos de nuestros protagonistas para siempre. Así que espero que cuando lo suba lo apoyéis como nunca.
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomantizmNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...