Capítulo 36

2.3K 127 13
                                    

   Me despierto con el sonido de unas sartenes caer. Me muevo en la cama y veo que estoy sola. Sonrío al recordar lo de anoche y me visto con la ropa que había colocada en la silla.

   Cuando estoy lista bajo las escaleras y voy a la cocina. Me encuentro a Alberto de espaldas vestido con los pantalones de ayer. Veo como los músculos de su espalda se contraen y relajan y me acerco silenciosamente a él.

   Paso mis brazos por su torso y le abrazo por la espalda.

-Buenos días. -dice alegra y yo sonrío.

-Buenos días -le doy un beso en la mejilla y me siento en la silla.- ¿A qué hora volvemos?

-Pues al terminar de desayunar. -contesta colocando unas tostadas frente a mí y otras para él.

-¿Hoy que tendremos que hacer? -le pregunto dándole un mordisco a la todtada.

-Tú irte con tu madre y yo con tu padre. Nos veremos por la tarde creo. -dice haciendo una mueca y río.

   Terminamos de desayunar con risas y comentarios con doble sentido de su parte y nos fuimos a por la moto. Cuando llegamos al garaje Alberto empieza a buscar su moto pero no estaba ahí dentro.

-¿La puse aquí? -dice buscando por todos lados y yo asiento, me acuerdo de haber estado con él y dejar la moto aquí.

   Sale hacia afuera y yo le sigo. La moto estaba prfectamente colocada en la mitad del camino de la salida y ambos nos miramos. Nos acercamos a ella y vemos una nota.

   Él la coge y al terminar de leerla  la rompe y la tira al suelo. Se monta en la moto y me hace una señal para que yo me montase.

   Al estar montada acelera y salimos de allí y vamos camino al castillo. Al llegar a la entrada vemos como hay un montón de personas haciendo fotos pero aún así Alberto acelera y nos adentramos al garaje del castillo.

   Bajamos de la moto y entramos en el castillo.

-¿Qué ponía? -le pregunto pero él mira al frente.

-Tonterías, da igual.

   Entramos en el despacho de mis padres y ambos nos saludan.

-Bueno, Alberto ¿Preparado para aprender a ser rey? -le pregunta mi padre y él asiente.

-Cariño vayámonos -dice mi madre y nos despedimos de los dos.

   Ambas salimos del despacho y ella me lleva hacia una librería.

-Hoy vamos a hacer una cosa. -dice mientras que empieza a coger libros- Lo primero que vas a aprender va a ser mejorar tu postura. Así que te vas a ir colocando libros en la cabeza y empezar a andar. Comencemos.

   Y así fue. Toda la mañana poniéndome libros en la cabeza y haciendo que algunos se cayeran. Las sirvientas y todo tipo de mujeres que pasaba por allí soltaba una risita al ver que los libros se me caían y mi madre me volvía a hacer empezar.

   Cuando terminé de colocarme libros y "mejorar mi postura" caí rendida en la silla soltando un suspiro.

-Ya has terminado por hoy -dice sentándose conmigo- Mañana irás conmigo a una inauguración que tengo que asistir y verás como es todo aquello. -asiento cansada- En la cocina tienes preparado un sandwich por si quieres comer algo.

   Me levanto y le doy un beso en la mejilla para después marcharme de allí veloz. Voy a la cocina y me dan el sandwich y voy a mi habitación. Menos mal que ya sé moverme un poco por el castillo.

   Entro en mi habitación terminando mi comida y me tiro en la cama para ver la televisión. Después de una hora aparece Alberto y se tumba en la cama de golpe. Le miro y río al ver su expresión de cansancio.

-Estoy agotado -dice suspirando- Entre lo de hoy y lo de anoche -me mira pícaro y yo río.

-¿Qué has echo con mi padre? -le pregunto y él se acomoda colocando los brazos debajo de su cabeza.

-Hemos echo papeleo, papeleo, papeleo y ah sí papeleo. -dice con odio y le acaricio la cara. Luego me acomodo en la cama y pongo la serie de Crónicas Vampíricas. Él al ver que pongo eso bufa pero yo le pongo la mano en la boca al ver a Damon.

-¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta? -me dice y yo le miro.

-¿A dónde? -vuelvo mi vista a la televisión.

-Hay una plaza muy bonita en el centro de la ciudad. ¿Quieres que vayamos más tarde y cenamos por ahí?

-¿En plan cita?-pregunto enarcando las cejas.

-¿Por qué no? -dice riendo y yo asiento.

-De acuerdo. Pero primero quiero ver dos capítulos antes de prepararme. -digo riendo y él niega.

-Voy a entrenar que esta mañana no he ido a hacer deporte. -me dice y me besa para luego marcharse de la habitación.

   Cuando voy por el segundo capítulo Pablo entra en mi habitación con una caja entre las manos. Me la pone delante y se sienta en la silla.

-¿Qué es esto? -le pregunto pero él alza los hombros.

-Ni idea. Ha aparecido en la puerta con tu nombre escrito.

   Miro el paquete y lo empiezo a abrir lentamente. Cuando lo tengo completamente abierto veo un peluche pequeño y gastado que me resulta familiar. Era mi peluche que tenía desde los tres años, un día lo perdí en el parque y nunca lo volví a ver.

   Lo saco de la caja y veo que hay una nota. La cojo y la leo con las manos temblorosas.

¿Te acuerdas de Boby? Pobrecita la Alexa que lo perdió... Que sepas que desde siempre te hemos vigilado.

-¿Alexa? ¿Estás bien? -asiento y tiro el peluche a la papelera. No me fío del peluche ni la nota.

-Sí estoy bien tranquilo. Solo es que este capítulo es muy interesante -digo mirando y él asiente.

-Vale -dice dudoso- Me marcho. Alberto ah dicho que en una hora está aquí para iros.

-Vale, de acuerdo.

   Oigo como se marcha y me quedo viendo terminar el capítulo. Cuando termina me voy a la ducha y me arreglo.

   Quedaban cinco minutos y solo me faltaba ponerme los tacones. Llevaba un vestido que sujetaba mi pecho y luego caía en suaves ondas hasta la mitad de mis muslos de color morado.

   Escucho como llaman a la puerta y veo a un Alberto sonriente al verme.

-Nos vamos -pregunta y yo asiento.

-Nos vamos -le doy mi mano y empezamos a marcharnos a nuestra primera cita siendo prometidos.

Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora