Me despierto y miro a mi alrededor. Se había marchado ya. Me levanto de la cama y me vito mientras que pienso lo que toca hacer hoy. Solo quedaban tres días para mi cumpleaños y no tenía planeado nada para ese día.
Veo en la mesa una nota de color roja y la cojo. En ese momento veo que la letra es de Alberto y sonrío.
Solo quedan cuatro días para ese maravilloso día para ambos. Me entristece no poder verte recién despierta y besarte hasta que sonrías pero tengo que trabajar con tu padre :( Te prometo que esta noche la paso contigo otra vez. Hoy puedes ir con Lucía de compras he convencido a tu madre para que te deje el día libre. Pásalo bien amor. :*
Salgo de la habitación y voy a por Lucía. Cuando llego a su habitación escucho gritos de ella y de Pablo. Me quedo quieta y pongo el oído en la puerta para poder escuchar.
-¡La estabas besando enfrente mía! -grita Lucía.
-¡Ella se abalanzó sobre mí! ¡La separé justo después!
-No me mientas -dice ella bajando la voz.
-Te prometo que ella se abalanzó, yo la separé de mí. Yo te quiero a ti.
Silencio. Solo se escuchaba unos pequeños golpes pero no quise saber más y me marché. Decidí ir a hacer las llamadas para los adornos de la ceremonia mientras tanto.
Había llamado a todos los lugares en los que habíamos comprado los adornos. Llevaba dos horas llamando y me iba a estallar la cabeza. Voy a la habitación de Lucía y llamo. Cuando ella contesta entro y ella me saluda con una sonrisa.
-Tengo el día libre -digo sonriente y ella salta de alegría.
-Perfecto -dice sonriente- Vamos a comprar los vestidos para tu fiesta de cumpleaños.
Salto de alegría y nos vamos al centro. El hombre que me llevaba en coche estaría cansado ya de tanto llevarme. Seguro que él estaría encantado de que Alberto dejase las clases ya para que me fuera con él en la moto.
Llegamos al centro y ambas nos ajamos. Estuvimos toda la tarde de un lado a otro comprando cosas. Decidimos esperar al coche en una parada mientras que así descansábamos los pies.
-Alexa, voy al bar. Necesito ir al servicio. -asiento y deja las bolsas al lado mía.
-Hola princesa. -dice un hombre sentándose al lado mía.
Cuando me fijo en él me doy cuenta que tiene todas las ropas rotas. Tenía una larga barba enredada y sucia y en sus dientes se podía ver la comida de hace meses.
-Hola -digo y vuelvo mi vista al móvil de Alberto.
Últimamente no lo usaba y el teléfono que me compré llegaba dentro e dos semanas. Me lo dejaba con la norma de que siempre lo llevase encima.
-¿Cómo van los preparativos de la boda? -pregunta con una amplia sonrisa.
-Muy bien -digo y guardo el teléfono en mi bolsillo.
La gente no pasaba por la calle y este hombre me estaba poniendo nerviosa. Miraba hacia el bar por si aparecía Lucía pero no daba señales de vida.
En un momento noto como ponen una mano en mi boca y el hombre que estaba a mi lado sonríe. Me levantan del suelo y me llevan en brazos.
Intento dar patadas y golpes pero estaba inmovilizada. Se metieron en un callejón en donde no llegaba la luz y noto como empiezan a poner sus manos debajo de mi camiseta.
Intento gritar pero el hombre que estaba sentado conmigo me dio una bofetada. Fue tan fuerte que notaba el sabor metalico en mi boca. El hombre que tenía a mi espalda agarrándome empezó a besar mi cuello y yo no podía gritar Cerraba los ojos tan fuertemente para que todo terminase pero los hombres seguían tocándome.
Noto como uno de los dos empiezan a intentar desabrocharme el pantalón pero suelto mi pierna y le doy una patada en las partes. Él se tira al suelo gritando y el que tenía detrás me tiró al suelo y me dio una patada en la cara.
Un fuerte dolor me traspasó por todo mi rostro y sentía unas inmersas ganas de llorar.
-Princesa mala. -otra patada. Esta vez me dio en el estómago. Noto como sale todo el aire de mis pulmones y me cuesta respirar. El hombre coge mi camiseta y me la arranca, rompiendo así la camiseta en dos trozos.
Pone sus manos en mi sostén pero en ese momento veo como cae al suelo. Miro a quién lo tiro y veo a Alberto con cara de pocos amigos.
-Alexa, quedate ahí.
Se lanza contra el hombre y le mete dos puñetazos en el estómago provocando que se cayese otra vez. Le da una patada en la cara y otra en el estómago. El compañero del hombre salió corriendo dejando a un Alberto muy cabreado.
Se quita la camiseta y me la coloca encima. Me coge en brazos y me saca de aquel callejón. Notaba como caían mis lágrimas y él apretaba aún más su agarre en mí. Nos metimos en un coche y él se mantuvo conmigo en brazos.
-Vamos a un hospital -dice Alberto.
Tenía los ojos cerrados mientras que respiraba el aroma de Alberto.
-Tranquila, estoy contigo -dice en mi oído y yo lloro en silencio mientras que me mantenía en sus brazos.
El coche para y me lleva adentro.
-Por favor un médico -dice. La gente al darse cuenta quién era dejaron el paso a los médicos. Me sentaron en una camilla y me llevaron a algún lugar. Yo mantenía los ojos cerrados pensando nada más en su mano junto a la mía.
-Necesitamos que salga. -dice alguien y escucho como él niega- Necesitamos inspeccionarla. Esta sangre no es normal. -vuelve a negar.- ¡Guardias!
Escucho los gritos de Alberto y luego como una puerta se cierra amortiguando sus gritos. En ese momento solo quiero dormir al notar como ponen algo en mi cara y me dejo dormir por el sueño que siento...
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomansaNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...