Toda la gente estaba alrededor ansiosa por oír mi respuesta. Tenía Alberto frente a mí arrodillado en el suelo y con un anillo precioso en la palma de su mano. Todo lo que habíamos pasado en el mes me viene a la cabeza y la mayoría eran momentos felices juntos.
-Sí -Él sonríe, me coloca el anillo y sin darme cuenta me besaba. Toda la gente de alrededor aplaudió y en ese entonces supe que había echo lo correcto. Era mi prometido y eso es lo que deseaba en todo mi interior.
Nos separamos y uno de los hombres le dio el ramo a Alberto. Él con una sonrisa me lo entregó y yo salté para besarle. La gente no paraba de exclamar y aplaudir con el espectáculo que le acabábamos de montar.
Los hombres se empezaron a marchar y las personas volvieron todas a sus caminos. Nos quedamos los dos allí quietos mientras que todos se iban. Él cogió mi mano y nos sentamos en el banco donde estábamos.
-Estas loco-digo riendo mientras que miro el anillo en mi mano derecha.
-Loco por tí -me dice con una sonrisa y yo le abrazo.
-¿Esto como se lo tomarán mis padres? -pregunto mientras que me separo con las flores en mis manos.
-No muy bien, es más me veo que me van a separar de ti hasta que sepan las razones de la escapada. Alexa -me llama y le miro a los ojos- Prométeme que me esperarás.
-Te lo prometo. -digo y él me da un beso en la frente con sus manos colocadas en mi barbilla.
-Nos toca volver -dice y me da su mano para salir de allí.
Llegamos a la moto y meto las flores en la mochila, dejando la parte superior un poco abierta. Me agarro a él y empezamos a volver.
Todo el camino de vuelta no pude evitar pensar en cómo actuarán mis padres y ese jefe. Haré lo que haga falta para que no lo separen de mí.
Veo la entrada del castillo y un montón de coches aparcados en las afueras. En el momento en que se dan cuenta de quienes somos no paran de hacer fotos. Abren la puerta y Alberto acelera todo lo posible para salir de ahí lo más rápido que se pueda.
Cuando entramos en el garaje llegan un montón de guardas y nos separan. A mí me coge Pablo y otro más y a Alberto le cogen cuatro. Un agente se acerca a él con la pistola en mano.
-¡No te muevas! -grita el agente. Alberto no se resiste y se queda quieto.- Llevadlo arriba.
Alberto me mira y se va arrastrado hacia afuera sin decir ni una palabra.
-Puedes marcharte. Yo la llevo hasta la reina -dice Pablo y él agente me suelta para irse con los demás agentes que entraron.
Empezamos a andar con Pablo agarrándome la mano. Cuando nota algo en mi mano derecha la mira y ve el anillo.
-No puede ser -murmura y me mira.
-Sí. -le afirmo- ¿Qué van a hacer con él?
-Se ha metido en un gran lío por escapar contigo. Sinceramente no tengo ni idea pero algo malo seguro que sí. -me dice con la mirada triste. Empezamos a subir las escaleras y paramos enfrente del despacho de mis padres.
-Haré lo posible para que no le pase nada -digo y él me afirma con la cabeza.
Abre la puerta y mis padres miran hacia nosotros. Mi madre al verme sale corriendo hacia mí y me abraza. Siento como sus lágrimas caen en mi cuello y yo lloro con ella. Luego noto como otra persona se une al abrazo y veo a mi padre que nos abraza a las dos.
-Espero fuera -dice Pablo y escucho como se cierra la puerta.
Mis padres se separan y nos sentamos en las sillas. Con mi padre detrás del escritorio.
-¿Por qué lo has echo hija? -me pregunta él y noto caer mis lágrimas.
-No quería casarme con él papá. Estoy enamorada de otra persona y él de mí. No podíamos vivir sabiendo que yo iba a estar con otro hombre -digo llorando y mi madre me coloca la mano suya junto a mi mano izquierda. Suspiro ya que mi mano derecha no la pueden ver.
-¿Por qué no nos lo dijiste? -dice mi madre- Que estabas enamorada de otra persona y él de ti. -aclara
-Por que lo queríamos mantener en secreto porque si no él se iba a meter en un gran lío. -digo y mi padre me mira.
-¿Quién es? -me dice. ¿No sospecharon nada cuando nos fuimos los dos?
-¿Si te lo digo me podréis ayudar? -le digo y mi padre suspira.
-Alexa, tu matrimonio con Ricardo ha sido cancelado por que él se caso hace poco cuando desapareciste. Eres libre ahora, lo que me gustaría saber quién es ese chico por el cual decidiste escapar con tu guardaespaldas para revelarte.
Mi madre me mira al oír a mi padre dándose cuenta de quién podría ser.
-Alexa es..
-Sí -la corto y ella se tapa la boca con la mano.
-¿Quién? -dice mi padre y mi madre mira al suelo.
-Alberto -digo con mi mirada en el suelo y mi padre se apoya mejor en la silla.
La habitación se quedó en silencio ninguno era capaz de hablar y romper el silencio. En ese momento mi padre coge el teléfono y llama.
-Por favor traerme al jefe de la seguridad al despacho.
Cuelga y se queda mirándonos a mi madre y a mí.
-Verás Alexa, necesitamos que estés casada para tu coronación como reina. Nosotros no podemos seguir ya, necesitamos descansar y necesitas a alguien a tu lado. No puede ser un novio que se haya interesado por ti al saber que eres de la realeza -dice mi padre tranquilamente.
-Él me ama de verdad. Íbamos a vivir lejos de todo esto, de la realeza y las fiestas. Sólo él y yo. Pero no. Volvimos porque decía que tenía que ser la reina y que no se iba a separar de mí en nada. Si él no me hubiera dicho de volver yo no estaría aquí.
-Pero si solo sois una pareja de jóvenes. Es un noviazgo que no va a tener futuro y vas a quedar siendo reina y sola. -dice mi padre y me levanto de la silla dejándola caer al suelo.
Le pongo mi mano con el anillo de compromiso justo enfrente y le suelto la frase que no se esperaba oír.
-¡Estamos prometidos y si lo hemos echo tan pronto es para que yo llegase al trono con un prometido o marido.!
En ese momento entra el jefe con un guarda a su espalda. Él jefe tenía las manos manchadas de sangre y cuando miro a su espalda el guarda estaba arrastrando a un Alberto inconsciente y muy herido.
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomanceNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...