Capítulo 49

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   Él día de ayer lo pasé básicamente llorando y vomitando. Nunca lo había pasado tan mal en mi vida. Hoy al menos al levantarme no me encontraba tan mal como ayer.

   Me empiezo a vestir y miro nuestra foto de boda. Ambos sonrientes con las manos juntas. Sonrío y lo dejo en la mesilla.

   No sé que pensar sobre que se marchara dejándome aquí pero para nada me sirve quejarme ahora. Su teléfono lo dejó aquí seguramente para evitar que le llamara o lo rastreara.

   Cuando estoy lista llamo para que me recojan y voy saliendo de nuestra casa. Lo que si era cierto es que durante el día de ayer no recibí ninguna amenaza. Tal vez saben que él los está buscando.

   El coche se acerca para recogerme y yo me adentro en él. Todo el trayecto estuve con mi mirada fija en la carretera. Sin duda no tenía ganas de nada.

   Llego al castillo y veo a mi madre en la puerta la saludo y entramos dentro.

-¿Sabes algo de Alberto? -yo niego y noto como las lágrimas llenan mis ojos.

-Se ha marchado a buscar a la persona encargada de las amenazas. -digo mientras entramos a su habitación y nos sentamos en una mesa que tenían con un ordenador.

-¿Solo? Perfectamente puedo volver a poner a todos los agentes pendientes de él para buscarlo -dice mientras que se levanta y le agarro de la muñeca.

-No. Va a volver cuando encuentre a esa persona.

-¿Por qué tanto ímpetu para encontrarlo? -me pregunta y la miro.

-Esa persona le está enviando señales sobre su niñez y él cree que sabe algo sobre lo que les pasó a sus padres. -ella niega y mira al suelo.

-Él sabe mejor que nadie que sus padres murieron. Si no hubieran vuelto a por él. -la miro con la mirada triste y niego.

-Él solo quiere saber eso. Volverá estoy segura.

-Bueno, hoy tenemos que hacer un poco de papeleo. Tu padre no da abasto para terminar.

-De acuerdo. ¿Pueden traer algo de comer? -ella me mira con la ceja alzda.

-¿Desde cuando te gusta comer a las doce? -levanto los hombros y ella avisa para que traigan algo de comer.

-Me apetece comer mucho últimamente.

   Me mira fijamente mientras que cojo unos cuantos papeles y cuando la miro entrecierra los ojos. Tengo mi mirada fija en ella y ella en la mía.

-Hija, ¿Cuando te tiene que venir el periodo? -la miro dudosa y empiezo a pensar.

-Si no me equivoco esta semana. ¿Por? -ella mira a otro lado y niega

-Por nada. Vamos a empezar.

   Estuvimos todo lo que quedaba de la mañana y parte de la tarde con los papeles. Sin duda esto era demasiado papeleo para solo una persona.

-Terminamos -digo suspirando y acomodándome en la silla. Ella se acomoda también y empieza a llamar por teléfono.

-Mira quiero que me traiga un test de embarazo, por favor. -dice ella al del teléfono y me quedo rígida- Bueno mejor dos, por si acaso. -cuelga y me mira.

-¿Test de embarazo? -digo mirándola y ella afirma con la cabeza.

-Puede que estés embarazada -cuando dice eso me quedo callada.

   Lo malo de estar embarazada ahora es que él no está junto a mí. ¿Y si le ocurre algo y no vuelve nunca?. Él era el que tenía más ganas de tener un hijo.

   Empiezo a temblar y ella pasa su brazo por mi espalda.

-Tranquila. Te cuento una cosa para distraerte si quieres. -yo afirmo y ella respira hondo. - Mañana tenemos que ir a una fiesta. Es sorpresa, nadie sabe que la realeza va a ir.

-¿Quién la organiza? -digo intentando calmarme y pensar en otra cosa.

-Una mujer. No sabemos quien es pero por lo visto es muy importante en la política. Nos invitó y sinceramente tenemos ganas de movernos de aquí un poco.

-Voy contigo -digo sonriente y ella toca las palmas. Me apetecía salir de esta depresión en la que he entrado.

-Genial. Vamos a comprar un vestido y cuando volvamos te haces el test. -asiento y ambas salimos de la habitación

   Vamos hacia un centro comercial y simplemente nos hartamos de mirar una y otra vez tiendas. Hasta que encontramos un vestido perfecto. Éste iba pegado al cuerpo con una tela muy fina. Tenía un color azulado que me encantaba. Las dos fuimos a pagarlo sonrientes y nos marchamos.

   Era la primera vez que toda la gente empezaba a saludarme y darme abrazos cada dos pasos. Me estresaba no poder ir tranquila pero por otro lado me gustaba ya que me sentía querida, muy querida.

   En el camino de vuelta no podía parar de morderme las uñas y mi madre a mi lado me regañaba una y otra vez para que dejara de hacerlo.

   Ella mira su teléfono y sonríe.

-Hay una sorpresa en el castillo esperándote. -veo como llegamos al castillo y veo en la puerta a Sara sonriente.

   Nada más parar el coche salgo corriendo de él y le doy un abrazo. Ella ríe y me devuelve el abrazo.

-Pero que diferente te veo -dice sonriente y yo río.

-¿Donde has estado? -digo y ella me abraza.

-Una misión pero ya ha terminado y me verás más a menudo. -dice mientras que nos separamos.

-¿Algo nuevo que contar? -dice y le enseño el anillo, al verlo sonríe - lo vi por la tele y tengo que decirte que estabais guapísimos los dos.

-Sara ven con nosotras a mi habitación. Alexa tiene que hacer una cosa. -ella la mira y sonríe.

   Ambas empiezan a subir las escaleras juntas mientras que se ponían al día. Era cierto que eran muy amigas. Se contaron todo tipo de chismes. Las parejas rotas eran su especialidad por lo visto.

   Llegamos a su cuarto y me entregó los tests. Mientras que estaba en el baño siguiendo las instrucciones ellas hablaban sobre que Alberto se hubiera marchado.

   Termino de hacerlos y me lavo las manos. Con los tests en las manos nos sentamos en la cama todas y los pusimos en el centro.

-¿Cuanto tiempo es? -pregunta Sara.

-Quedan dos minutos.

   Ella coge uno y mi madre el otro. Miran las instrucciones para saber que signo es positivo. Se quedan ambas calladas mirando el test que tenían en las manos y luego miran el de la otra.

-¿Que ha salido? -digo temblorosa con las manos en mis ojos.

-Positivo -dicen ambas a la vez.

   Estaba embarazada y Alberto no estaba junto a mí. Lo que toda madre ha soñado en su vida.

Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora