P.O.V ALEXA
-¿Mi.. madre? Pero.. ¿Cómo la conoces?
Tanto tiempo esperando este momento y cuando por fin la tengo delante no soy capaz de pensar con claridad. Ha sido demasiado por hoy. Necesito dormir y dejar de pensar un rato.
Pero tengo a mi madre justo delante sin saber si tiene que darme un abrazo o no. La noto nerviosa cuando me mira y Alex está igual que ella.
-Sí, soy tu madre. -la miro y noto como mis ojos se empiezan a humedecer y caen las lágrimas por las mejillas. Sin pensármelo dos veces me lanzo hacia ella y le doy un abrazo, me lo responde en ese mismo momento y ella empieza a llorar al igual que yo.
-Ella bueno es... creo que te lo debería de contar ella todo. Pero Alexa es mejor que te vayas a dormir. Tengo una cama en la habitación de invitados. Cuando quieras te acompaño. -me dice Alex y yo prefiero irme a dormir ya. Me separo de mi madre y empiezo a andar junto a él hasta la habitación.
Cuando entramos en la habitación veo como hay solo una cama y al lado como un pequeño baúl. Es pequeña teniendo en cuenta las dimensiones de su casa pero me da igual. Me meto en la cama con el vestido que ya está medio roto. En ese instante me acuerdo de que Sara no sabe nada.
-Alex -lo paro cuando estaba apunto de salir de la habitación
-¿Qué?
-Sara debe de estar preocupada.
-No pasa nada tranquila. Ya la he avisado.
Me tumbo en la cama e intento dormir. Mañana sería un día fuerte...
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Me despierto con los ruidos de muchas personas hablando a la vez. Me asomo a la ventana y veo que ya es de día. Decido bajar las escaleras y preguntarle a Alex si me puede dejar algo de ropa. Es muy molesto estar en vestido todavía. Al llegar abajo solo están Alex y mi madre. Me parece muy raro pensar en ella como mi madre pero me gusta.
Entro en el salón y ambos me miran. Parece como si ninguno de ellos quisiera empezar a contarme nada. Decido preguntar primero por la ropa y después les sacaría la información tan importante que parece que están ocultando.
-Alex ¿Tienes ropa para prestarme? -él me mira y luego a mi madre.
-Sí claro voy a por algo. -Empieza a subir las escaleras y me siento en el sofá con mi madre. Decido no esperar más y empezar con la pregunta que siempre quise hacerle.
-¿Por qué me distes? ¿No me querías?
-Ai cariño. No es eso. Claro que te quiero. Me costó muchísimo separarme de ti pero lo hacía por tu bien.
-¿Por mi bien?
-Si pero para que me entiendas mejor te tengo que contar todo.
Veo a Alex con la ropa y me levanto y voy al baño para cambiarme. Cuando ya lo estoy decido dejar el vestido encima del cesto. Ya me lo llevaría después a mi casa. Salgo del baño y me vuelvo a sentar junto a mi madre.
-Empezad a contarme. Estoy cansada de que lo dejéis para después.
-Alexa antes de nada quiero decirte que yo no tenía elección. Estaba ahí por trabajo. -miro a Alex que parece preocupado.
-Contadme.
-Bueno hija. Voy a empezar yo, será mejor. -Alex asiente y se sienta mejor para escucharla- Alexa te tuve que dar por que recibí amenazas sobre tu nacimiento. No habías nacido y unas personas querían hacerte daño justo cuando tuvieras un año. No tuve elección estaba preocupada y decidí darte a dos amigos para que te cuidaran por mí. Te querían a ti por que eres la sucesora al trono. Es decir eres la princesa.
-¿Princesa?
-Sí yo soy la reina y bueno esos hombres se interesaron por tí. Lo mejor que podía hacer es darte a los dos agentes más cercanos y así podías tener una niñez normal. Pero hace poco me llegó otra amenaza que decía que te habían encontrado y bueno decidir enviar a él para que te cuidara más de cerca.
-Creo que me toca a mí -dice Alex y yo le miro atónita. Todo esto es surrealista.- Bueno yo fui enviado para cuidarte. Es más mi trabajo iba a empezar cuando cumplieras los dieciocho pero por culpa de las amenazas tuve que empezar antes. Alicia nos puedes dejar solos un momento. -dice mientras que mira a mi madre y me empiezo a poner nerviosa. Estoy más nerviosa por lo que va a contarme él que por lo que me ha contado mi madre.
-Sí claro. -empieza a irse hacia la cocina y yo le miro.
-Sigue contándome.
-Bueno. Fui entrenado para poder cuidarte en cualquier situación y mi trabajo era acercarme a ti y a tu entorno. No contaba que me iba a enamorar enserio. Soy tu guardaespaldas por que lo acepté hace años y no contaba con que pudiese pasar nada. Mi nombre es Alberto no Alex y bueno casi todo de mi vida era mentira. Pero te mentí por que tenía que hacerlo para que no sospecharas.
-Espera haber si me queda claro. Yo ¿soy una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?.
-Sí -dice mirando al suelo.
-Entonces todo lo que creía saber de ti era mentira.
Noto como mi corazón se rompe en mil pedazos. Me había enamorado de él y todo lo que sabía de él era mentira. Todo lo que me contaba era una tapadera. Seguro que hasta sus sentimientos seerían mentira, solo una excusa para acercarse a mí.
-Pero no lo quería seguir haciendo cuando me enamoré.
-¡Eres un mentiroso! ¡Seguro que ni siquiera estas enamorado! ¡Es mentira! -me pongo en pie y empiezo a caminar hacia la cocina.
-¡No es mentira, te quiero!
-¡Mentiroso! ¡No te vuelvas a acercar a mí!
Entro a la cocina y mi madre me mira muy triste. Sin pensármelo dos veces me lanzo hacia ella y me quedo en sus brazos. Cuando noto ese calor que solo una madre te puede dar rompo a llorar. El chico del que estaba enamorada me había mentido y no creo que pudiera perdonarlo.
-Alexa. Tenemos que volver al castillo. A tu verdadero hogar.
-¿Pero Sara y Andrés?
-No pasa nada ellos también volverán. Creo que tu vida como una persona normal ha terminado. Tienes que aprender a ser una princesa y después te convertirás en reina cariño.
-Vale pero vayámonos rápido de aquí.
Ella me agarra de mi mano y empezamos a ir hacia la salida. Cuando estamos llegando a la puerta Alex me agarra de la mano provocándome un escalofrío por todo el cuerpo.
-Alexa perdóname. Todo lo que te dije en el baile era verdad.
-Alex.. digo Alberto. Necesito un poco de tiempo. Me voy con mi madre a mi verdadera casa espero volver a verte alguna vez.
-Alexa yo también vivo allí. Soy tu guardaespaldas y quieras o no tengo que estar cerca tuya.
-Pues haz tu trabajo y déjame.
Salgo de su casa y mi madre cierra la puerta cuando sale. Justo cuando empezamos a andar noto como con cada paso me voy alejando de una de las personas que mas fuertemente he querido.
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomanceNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...