P.O.V. Alex
¿Había besado a la princesa? No me lo puedo creer. Sí, admito que me he enamorado de ella y esta tarde me ha servido para darme cuenta pero mi trabajo es protegerla y con lo que acaba de pasar puedo estropear todo. Sobre todo si se entera Alicia. ¿Me quitaran el puesto y me prohibirán verla?.
Soy un estúpido, me repito una y otra vez en mi mente. ¿Cómo he sido capaz?. Mi corazón desde entonces no paraba de latir y se podría decir que me dolía de los fuertes latidos que azotaban en mi pecho.
Estaba enamorado de la princesa y la había besado...
Aparco en mi casa y bajo del coche mientras que sigo con aquellos pensamientos en mi mente. Cuando entro en la habitación de vigilancia miro la cámara 41 que muestra su habitación y veo como ella está acostada en su cama e intenta dormir con una sonrisa en su rostro mientras que acariciaba sus labios con su dedo. Eso provoca que yo también sonría por el simple hecho de que ella fuese feliz.
Eso me trae a la mente el hecho de que la están buscando para saber qué y creo que se perfectamente quién es... Eric.
Me meto en mi portátil y busco toda la información de ese Eric. Decido hackear los datos del instituto para tener sus apellidos y con ellos alguna dirección. Cuando entro veo que su nombre completo es Eric Mate Sánchez Morillo, nació el 11 de Noviembre y su ciudad natal es Paterna.
En un programa que tengo para identificar cualquier persona del mundo meto sus datos y me encuentro que no existe ninguna persona con esos datos, es decir, su identidad es falsa. No lo pienso dos veces y empiezo a llamar a Sara para prohibir la entrada de Eric a esa casa por la noche por si se le ocurre hacer alguna locura.
-¿Alex que ocurre? -dice Sara adormilada.
-Cierra todas las puertas con seguro que nadie entre ni salga hasta nuevo aviso.
-Vale -cuelgo y voy a coger las llaves del coche para poner rumbo a la dirección que entregó "Eric" al centro.
Empiezo a conducir y decido poner la radio mientras que cruzo cada calle. Miro al asiento donde antes estaba sentada Alexa y veo que en él hay una pulsera azul cielo de cuerdas. La cojo y al aparcar me la pongo. Me gustaría tenerla puesta ya que así tendría algo suyo junto a mí.
Salgo del coche y le quito al seguro a mi Magnum 44. Empiezo a caminar lentamente direcció a una ventana y me asomo por ella. En ella veo a Eric sentado en el sofá viendo un partido. Más tranquilo me acerco a la puerta y toco el timbre.
¿Qué? No quería cortarme la mano con el cristal ya que él no se esperaba que le llamase a la puerta.
-¿Quién es? -dice él abriendo la puerta.
¿Enserio? ¿Lo pregunta mientras que abre? Podría ser cualquier persona que quisiera matarle y no le haría falta responder para hacerlo. Bueno mejor me concentro.
-Tu pesadilla -le pongo el cañón en la cabeza y él se tira al suelo de rodillas.
-¿Pero Alex que haces? -dice él como si no supiese nada y río por lo mal mentiroso que es.
-Tu qué crees. ¿Crees que no me iba a dar cuenta imbécil? -el suelta una risa amarga que me hace afirmar mis teorías.
-Eres bueno, muy bueno. Has tardado poco en darte cuenta. Pero todo está preparado y ni tú ni nadie lo va a impedir.
-¿A qué te refieres? -escupo con odio cuando me entran más ganas de darle el balazo en el maldito cráneo.
-Todo está preparado, yo solo soy un peón. No vas a poder evitar que no le ocurra nada a Alexa.
-Cállate ya o ...
-O qué -me interrumpe y esa fue la gota que colmó el vaso.
Le pego un tiro en una de las piernas y el se lanza al suelo gritando por el dolor. Se puede decir que me siento mucho mejor al verlo ahí tirado. Al rato para de gritar y se queda quieto, había mucha sangre alrededor y eso me hace pensar de que se ha desmayado. Donde le he disparado necesita estar cinco horas desangrandose para morir y no llevaba ni diez minutos.
Decido llamar a la organización que envía una ambulancia para llevarle a prisión y recibir los tratados encerrado. Mientras tanto entro a la casa y cierro la puerta para que los vecinos no se alarmaran. Me siento en el sofá y decido ver el partido mientras tanto.
-¿Cómo van jugando? -le digo a Eric sabiendo que no iba a contestar ya que estaba desmayado- Tranquilo fiera te voy a grabar el partido así cuando vuelvas lo puedes terminar de ver. Lo malo es que será dentro de muchos años.
Se podría decir que estaba loco por estar hablando solo pero me da igual porque así soy feliz. En ese momento suena mi móvil y veo el anuncio dela baile de principio de curso.
Super fiesta de inauguración
Todos los alumnos de nuestro centro están invitados a la fiesta de inauguración. En ella habrá bebidas de todo tipo, DJ privado e incluso clases vacías ;). Y lo mejor de todo la música no parará de sonar y la gente de bailar.
Estará ambientado en : Príncipes y princesas.
¡Invítala/o ya! ¿A qué esperas?
Se celebrará el viernes día 8 de Octubre. ¡No te lo vayas a perder!En el momento que leo esto se me pasa por la mente la imagen de Alexa vestida de princesa al yo recogerla. Quiero que vaya conmigo pero no sé cómo pedírselo.
Suena la puerta y al abrirla aparece el grupo médico junto al agente Andrés, el marido de Sara. Él mira a Eric y niega con la cabeza mientras que deja pasar a los enfermeros y se lo intentan llevar en camilla.
-Alex no tienes pruebas contra él. -dice serio y yo miro al suelo.
-Lo sé, pero él es culpable. Pero no le he matado por no tener las putas pruebas.
-Bueno al menos nos hemos ahorrado un buen papeleo. Buen trabajo, avisa a Sara para que baje la guardia sobe Eric.
Asiento y llamo a Sara que a los dos toques coge el teléfono.
-Todo arreglado, vuelve a la normalidad.
-De acuerdo.
Cuelgo el teléfono y vuelvo a mi casa. Al llegar y entrar me encuentro un papel en el suelo y decido abrirlo para ver que contiene.
Muy buen trabajo Alberto. No vas a poder vigilarla todo el tiempo. Va a ser mía y ni tu ni nadie lo va a evitar.
Firmado: tu muerte.Hago una bola de papel y lo tiro a la basura. A la princesa no le va a ocurrir nada teniéndome a mí para protegerla. La quiero.
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
RomanceNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...