Escucho un teléfono sonar y me despierto. Miro a mi alrededor y me acuerdo de la escapada de ayer. Sonrío inconscientemente y me separo de Alberto. Se mueve un poco y se vuelve a quedar frito. Me levanto de la cama y cojo el teléfono. En él ponía Pablo y le contesto la llamada.
-¿Sí? -digo medio dormida.
-Alexa, han contactado con todos los reinos. Incluso Inzia ha contestado. Tienen a todos los guardas de todos los reinos pendientes de cualquier movimiento extraño.
-Bueno,¿Pero no nos reconocerán por el cambio de pelo ni nada no? -veo como Alex se despierta y me indica que me siente junto a él en la cama. Pongo el teléfono en altavoz para que él pueda oír.
-Ese es el problema, imbéciles. Os dejasteis los botes de los tintes en la papelera y saben perfectamente de que color tenéis el pelo cada uno. -ambos nos miramos y negamos con la cabeza por no caer en eso- Han hecho un retrato robot con el cambio y sinceramente son muy parecidos a ustedes.
-Joder -dice Alberto.
-Luego os digo que tengo una reunión ahora.
-Espera -digo- ¿Y Lucía?
-La llevaron a su casa de vuelta. El castillo está muy ajetreado. Tu prometido está tranquilo y creo que lo van a llevar de vuelta a su reino.
-Vale,gracias Pablo -digo y él se despide. Cuelgo y Alberto y yo suspiramos a la vez. Será mejor que mire alguna casa que se pueda alquilar. -Asiento y me levanto de la cama.
-Me voy a vestir -digo y él agarra mi mano.
-No, uno: me gusta verte así ahora y dos: quiero que me ayudes a elegir. Vamos a vivir juntos y que menos que nos guste a los dos la casa. -asiento y me siento junto a él.
Coge una de mis piernas y la pasa por encima de las suyas. Pone en el buscador una página para ver las casas que se pueden alquilar y empezamos a ver diferentes tipos. Cuando pasa una casa que era muy pequeña nos sale un apartamento que era perfecto para los dos. Estaba en un pueblo pequeño y sin duda no tenía mala pinta.
-Me gusta este -le digo y él asiente
-A mí también y el precio es muy bueno. Con el dinero que traigo nos daría para un año. -le miro muy asustada.
-¿Cuanto has traido?
-La mitad de lo que tenía guardado. Además en mi cuenta bancaria tengo lo que me pagaban por estar a tu cuidado. Lo del banco lo quiero guardar para cualquier emergencia.
-Vale, pero me siento mal por traer tan poco dinero. -el me abraza.
-No pasa nada no te preocupes. Venga voy a llamar al de la casa haber si puedo alquilarla. Vete vistiendo aunque no quiero que te quites la camiseta -me hace un puchero y río. Le doy un beso corto en los labios y voy al baño.
Cuando salgo él está sonriendo. Me abraza y me levanta del suelo para darme un beso en los labios. Cuando nos separamos me suelta en el suelo y río.
-¿Qué ha dicho? -pregunto y el sonríe y me da otro beso pero esta vez corto.
-Es nuestra. -salto de alegría a sus brazos y él ríe- Voy a vestirme y nos vamos.
Mientras que se viste cojo mi mochila la cierro y cojo la suya. Veo que algo da un reflejo y voy a cogerlo pero Alberto sale del baño y le cierro la mochila para que no se de cuenta de que estaba a punto de coger algo.
-Listo ¿Nos vamos? -pregunta y yo asiento. Cojo las dos mochilas y me preparo para salir de la habitación. Después en la casa miraría aquello cuando no se de cuenta.
Salimos de la habitación y pone su brazo en mis hombros. Me encantaba que hiciera eso, me hacía sentir protegida. Llegamos a recepción y él va a dar la llave. Mientras miro la televisión y veo que en las noticias empiezan a hablar de mi reino.
Cuando Alberto vuelve a mi lado y pasa su brazo por mi cintura aparece una foto robot de mí con el pelo más oscuro que ahora. Ambos nos miramos y salimos del hotel antes que la mujer se fije en nosotros.
-Acabo de salir en las noticias -digo asustada y entramos en el coche a toda velocidad.
-No pasa nada. La gente de este reino no suelen echar mucha cuenta a ese tipo de noticias.
-Pero y si sí. -digo asustada mientras que el pone en marcha el coche y entramos en la carretera
-Tranquila. ¿No hace falta que te diga otra vez que estoy contigo verdad? -asiento y ríe- Me tienes a tu lado cariño y te juro que nunca te voy a dejar. -sonrío miro a la carretera
-Voy a poner música -él ríe y empiezo a cantar su lista de reproducción.
Pasamos todo el viaje cantando hasta que llegamos a la casa. Había un hombre de pie enfrente del apartamento y se acerca a nosotros con la llave en la mano.
-Bueno aquí esta vuestra llave. El apartamento está en la última planta. No hay ninguno más en esa planta así que sabréis fácilmente cual es. Hasta luego. -nos despedimos y se va.
-Bueno subimos mi amor -dice Alberto y yo río.
-Claro que sí mi vida.
Subimos y entramos a nuestro piso, sinceramente me encantaba. En el salón había un sofá con una televisión normalita. También había una librería. En la cocina había una pequeña isla que sinceramente las adoro. Nuestra habitación tenía una gran cama de matrimonio y enfrente tenía una televisión y en él se podía entrar al baño.
Era pequeña pero para nosotros dos solos, estaba perfecta. Soltamos las cosas en la habitación y Alberto va a hablar con Pablo. Nos estaba ayudando mucho y algún día se lo tendríamos que agradecer.
Cuando sale de la habitación me acerco a su mochila. Miro en el bolsillito que tenía en la parte interior de la mochila. Ahí era donde vi brillar algo y que tenía dentro un papel que no llegué a coger. Cuando meto al mano en el bolsillo estaba vacío. Lo había cogido cuando no me dí cuenta.
Suelto la mochila en el suelo y empiezo a sacar la ropa de los dos y a colocarla. Alberto entra en la habitación y mira de reojo a la mochila y luego le aparece una sonrisa.
-¿Te ha dicho algo Pablo? -pregunto mientras que meto nuestros pantalones en el armario.
-Sí, no saben donde estamos aún. Tus padres están muy mal. Ha tenido que pasar algo pero él no sabe nada todavía. -suelto lo que tenía en las manos y él asiente
-¿Pasado algo?
-Sí pero todavía no lo sabe ningún agente. Es secreto todavía.
-Vale.
-Bueno creo que tendremos que dormir son las diez y mañana tenemos que ir a comprar ropa y un arma.
-¿Arma? -le pregunto y él asiente.
-Sí, sigues siendo la princesa y no sabemos si puede llegar a pasar algo.-se acerca a mí y pone sus labios muy cerca de los míos- Tengo que estar precavido -y me besa.
Cuando nos separamos sonríe y me da una beso en la frente.
-Anda a dormir -le doy un golpe en el brazo y me río.
Mañana será un día largo de compras...
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Yo ¿una princesa? y tú ¿mi guardaespaldas?
Storie d'amoreNunca pensé que yo sería alguien especial. Es más yo me sentía como la típica chica que vivía en una casa con sus padres adoptivos, una mejor amiga y una vida normal por delante. Quién me hubiera dicho a mí que era una princesa y aún menos que el ch...