Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]

Capítulo 2

PARTE 1:

Julio 2008

DAN

- Estoy muy orgulloso de ti, hijo- me dice mi padre al ver la carta de admisión de la Universidad.- ¡Un hijo médico!

- Pero... papá, ¿nos lo podemos permitir?- pregunto sin hacerme ilusiones.

La carrera de Medicina es muy cara y en casa sólo entra un sueldo.

- ¡Por supuesto que sí! He hablado con tu madre y nos hemos puesto de acuerdo para que puedas ir- dice y sonrío.- Eso sí, tendrás que echarme una mano en el taller durante todo el verano y algunos fines de semana

- ¡Lo haré! Muchas gracias, papá- le abrazo agradecido.

Hoy cumplo dieciocho años. Por fin podré dedicarme a la que es mi verdadera vocación. Aunque acabe de empezar el verano y falten aún unos meses para el principio del curso, estoy ansioso por comenzar.

Por la mañana me ha despertado la llamada de mi madre felicitándome. Hace casi dos años que ella y mi hermana se marcharon de casa para vivir en Dublín. Para mi madre era duro vivir en la manada porque era una humana y ni yo ni mi padre la juzgamos por ello. La sigo queriendo de la misma forma y mi padre no oculta todo lo que la echa de menos pero, al no ser mates, no estaban "obligados" a estar juntos para siempre.

Lo más duro para mí es estar lejos de mi hermana. A penas tiene doce años y no me gusta que estemos tan separados el uno del otro, la echo demasiado de menos.

Hoy saldré con Fredek a una fiesta. Subo mi habitación a ducharme y vestirme. Me pongo una camiseta blanca, una camisa de cuadros rojos y azules oscuro desabrochada y un pantalón vaquero oscuro. Me calzó mis converse azules y bajo para despedirme de mi padre. Salgo de casa y Fredek ya está ahí esperándome dentro del coche.

- ¿Y Mila?- me pregunta cuando subo al coche.

- He quedado allí con ella- le contesto.

- Hoy será una gran noche- dice entusiasmado.

Yo no le contesto pero dudo mucho que así sea.

Últimamente estoy bastante desanimado. Si salgo es por Fredek, por no dejarle sólo. Estoy cansado de aparentar ser alguien que no soy. Todos quieren ser nuestros amigos pero sé que si supiesen quién soy en realidad, se alejarían sin pensárselo dos veces.

Llegamos y toda la gente del Instituto nos saluda. Fredek es el futuro Alfa por lo que todos ellos besan el suelo por donde pisa. Yo saludo sonriendo a todo el que pasa por mi lado. Las chicas me miran y sonríen a su vez, unas tímidas, intimidadas por mi presencia y otras como si me quisieran arrancar la ropa allí mismo. Es algo que me incomoda bastante pero yo finjo y hago ver que me agrada.

- ¡Dan! ¿Cómo va eso?- me dice uno de los miembros del equipo de baloncesto del Instituto chocando su mano con la mía y dándome un rápido abraza.

- Pues como siempre, ya sabes- le digo encogiéndome de hombros.

- Mi padre ha llevado esta tarde el coche al taller de tu padre y le ha dicho que te han aceptado en Medicina, ¡enhorabuena!

- Vaya, sí que corren rápido las noticias- digo y ríe.- Gracias, tío, la verdad es que dedicarme a eso siempre fue lo que quise hacer.

- Hey,- me llama Fredek y le miro,- ahí está Mila- dice señalando hacia una mesa en donde está el alcohol.

Ella me ve y sonríe. Viene con paso decidido hacia mí y cuando está a mí altura se pone de puntillas para darme un beso en los labios.

- ¡Ya era hora! Creía que no vendríais- hace un puchero.

- ¿Cuándo nos perdemos una fiesta?- dice Fredek y reímos.

Sí, Mila es mi novia. Todo el mundo hablaba y se preguntaba por qué, con lo atractivo que soy según ellos, simpático y teniendo a todas las chicas enamoradas no había tenido nunca ninguna novia. ¡Incluso Fredek me lo preguntó directamente! No sé cómo reaccionaría si se enterase de que las chicas no son lo mío.

Me duele hacerla esto a Mila pero no tengo otro remedio. Me siento un auténtico cerdo por utilizarla pero si en la manada supiesen de mis preferencias sexuales, estoy seguro de que me repudiarían. No son el ejemplo de la tolerancia precisamente. A pesar de todo, me da igual que Mila no me atraiga físicamente; no la voy a engañar con ninguna otra persona. Una cosa es usarla de tapadera y otra cosa es reírme en su cara. Aunque esa chica no me caiga muy bien, es una persona con sentimientos, al igual que yo o que cualquier otro. Espero que algún día me pueda perdonarme por lo que la estoy haciendo.

- Oye,- se acerca a mi oreja y murmura en mi oído echándome su aliento de borracha- ¿por qué no subimos a una de las habitaciones y nos divertimos un rato?- me dice y me entran náuseas.

- Estás muy borracha, Mila- la digo intentando salir del paso.

- ¡Joder, Dan!- dice alzando la voz atrayendo miradas curiosas hacia nosotros.- Llevamos saliendo un mes y medio y ni siquiera me has tocado.

- Habla más bajo, se va a enterar todo el mundo- murmuro nervioso.

- ¡Me da igual!- me dice molesta.- Dime la verdad, Dan, ¿no te parezco guapa?- me pregunta triste.

- No es eso, Mila,- la digo suspirando,- sólo es que me importas y quiero que nos tomemos las cosas con calma- pongo mis manos en su cintura.- Quiero que esto salga bien- iré al infierno por mentir de esta forma.

Ella pasa sus brazos por detrás de mi cuello.

- Eres adorable. Nunca he estado con un hombre como tú- dice dándome un suave beso en los labios.- Tengo mucha suerte de estar contigo- dice apoyando su cabeza en mi pecho y yo acaricio su pelo con suavidad.

Lo dicho: de cabeza al infierno que me voy.

De pronto noto un olor muy particular. Huele de maravilla. Muevo la cabeza olfateando pero ese olor tan fascinante cada vez es más débil y finalmente acaba desapareciendo.

¿Qué era eso?